Políticos come-sapos
Alberto Vieyra G. miércoles 15, Nov 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A Marcerlo Ebrard se lo chupó la bruja en el poder y después de hacer un papelazo, pues dijo mi amá que siempre no y se queda en Morena a comer sapos.
Y es que una máxima de la polaca azteca es que el arte de la política es “el arte de comer sapos sin hacer gestos y con una sonrisa saber pedir más sapos”.
Pero el llamado “quince uñas”, Antonio López de Santa Anna solía decir que “en política hay que dárselas a los de arriba y perdírselas a los de abajo”.
No hay duda de que Marcelo Ebrard, el hijo putativo de Camacho Solís, forjado en el viejo régimen priista y lobo de mar, reculó en sus aspiraciones de ser candidato presidencial por alguna lacra social llamada partido político. Ebrard lo tenía todo, pero por esas inconfesables artes de la política azteca, después de que le hicieron un cochinero en la elección del dedazo presidencial para legitimar a la corcholata de AMLO, prefirió quedarse a comer sapos en Morena y a legitimar con ello a Claudia Sheinbaum después de que no la bajaba de “corrupta”.
¿De a cómo sería la pedrada o el cañonazo para que el ex titular de la cancillería mexicana pueda mantener su residencia de primer mundo en París, Francia o se conformará solamente con el liderazgo de Morena en el Senado de la República por la rigurosa vía plurinominal? ¿Acaso lo convertirá Claudia Sheinbaum, si es que gana la Presidencia de la República, en secretario de gobernación o lo mandará nuevamente a la cancillería?
La cuestión es que Marcelo Ebrard se queda en Morena, pero muy devaluado y tan devaluado que ya ni los diputados marcelistas lo pelan, aunque no faltan las lenguas de doble filo que aseguran que la presunta rebelión legislativa de más de 30 diputados marcelistas para que se negarán a aprobar el presupuesto de AMLO para el 2024, que contemplaba y se materializó un endeudamiento histórico de 2 billones de pesos y de cero centavos para la reconstrucción del devastado Acapulco, tuvo un precio muy alto para Ebrard y para sus diputados que por lo visto también se quedarán en Morena a tragar sapos. Ya veremos qué tanto los politicastros que comen sapos ganan perdiendo.
Por lo pronto, Xochitl Gálvez la candidata presidencial del Frente Amplio Opositor puede dormir tranquila porque Ebrard no se convertirá en una piedra en el camino o en el zapato para restarle votos de la llamada clase media, a la que AMLO odia con toda su alma por aspiracionistas. AMLO no puede ver ni en pintura a quienes se labran una carrera y un futuro promisorio para ellos y sus familias. Lo que AMLO quiere es que el pueblo de México siga siendo ignorante para poder gobernarlo a su antojo como si se tratara de una marioneta. ¡Vaya perversidad política!
Y con esa misma perversidad política, AMLO ha declarado cínicamente que la señora Karla Quintana, que cobraba al frente de una institución gubernamental encargada de llevar el registro y búsqueda de personas desaparecidas en México, que suman más de 111 mil desaparecidos, dejó el cargo porque según AMLO estaba inflando el padrón de desaparecidos, cuando en realidad de Palacio Nacional le exigieron que bajara de la lista a varios miles de desaparecidos porque las organizaciones sociales de madres buscadoras se han convertido en una amenaza para AMLO, quien no quiere saber nada de esos asuntos que para él se han convertido en una papa caliente. ¡Qué perversidad del llamado falso mesías tropical.