Para eso me gustabas, “carnal”
¬ Francisco Reynoso martes 14, Nov 2023Triple Erre
Francisco Reynoso
Con argumentos francamente vergonzosos para muchos de sus seguidores, principalmente Malú Mícher y Selene Ávila, el “carnal” Marcelo Ebrard doblas las manos y se queda en Morena.
Después de sus berrinches por las tramposadas, para que las encuestas las ganara Claudia Sheinbaum, y de los amagos de que podría unirse a Movimiento Ciudadano y ser su candidato presidencial, ayer confirmó que se queda en Morena para “seguir luchando por la transformación de México”.
“Pinche lamebotas mamón…”, expresó un asistente de la diputada Claudia Selene Ávila. Y es que todavía no se apacigua el escándalo que armó en San Lázaro la legisladora Marcelina y ya Marcelo “se bajó los pantalones”.
Según Ebrard decidió no aceptar el premio de consolación que ofrecieron a quienes sirvieron de patiños en la farsa presidencial y en la de las “corcholatitas” estatales. La realidad es que Marcelo no aceptó un escaño en el Senado porque sabe que no sería líder de la bancada. Tendría que ser uno más del montón bajo las órdenes de quien López Obrador imponga en la coordinación, que podría ser Adán Augusto López.
Los argumentos que convencieron a Marcelo para quedarse en Morena son francamente ridículos. La cúpula de Morena, con Mario Delgado al frente, reconoció que hubo irregularidades en el proceso. Es decir, que fue una marranada armada para favorecer a Sheinbaum.
Empero no podían repetirla. No podían, como en “el jurbol”, acudir al VAR (Video Assistant Referee) y anular el gol. En otras palabras, le dijeron a Marcelo que le habían hecho trampa, pero que se tenía que aguantar. Y disciplinarse. Como dicen en política, tenía que comer caca sin hacer gestos.
Lo más que le ofrecieron fue castigar a los tramposos. Aunque no le mencionaron quiénes son, dónde están y cuál será la sanción.
Marcelo Ebrard no quiso repetir la historia de su padre putativo Manuel Camacho. En 2004 el entonces canciller Camacho se sintió traicionado doblemente por Carlos Salinas. Primero porque prefirió a Luis Donaldo Colosio y luego, después de que lo asesinaron, a Ernesto Zedillo. Entonces se largó del PRI y formó su propio partido, junto con Ebrard, de muy breve existencia.
Y después Camacho fue desapareciendo de la escena política. Se convirtió en uno más del montón.
Marcelo Ebrard se muerde uno y la mitad del otro, se traga su orgullo, deja colgados a sus seguidores y permanece en Morena. En unos días más aparecerá en público con Claudia Sheinbaum y le levantará la mano y dirá que es la mejor de todos para continuar con la cuarta transformación. Y aceptará una chamba en el gabinete.
Triste papel, muy triste, el del “carnal” Marcelo Ebrard Casaubond. Mucha gente confiaba en él. Ya demostró que estaban equivocados.
Tiempo de compensación
Poca cosa les tocó a los partidos patiño de Morena: Verde y PT, en la repartición de precandidaturas para los ocho estados y la Ciudad de México. En Jalisco, Claudia Delgadillo, del PVEM, será candidata a gobernadora con pocas posibilidades de triunfo. Perdió la encuesta con el ex súper delegado de los programas sociales, Carlos Lomelí, pero la paridad de género la rescató… ¿Dónde quedó el “doctor muerte”? En las encuestas de la Ciudad de México Hugo López Gatel ni pintó. El premio de consolación será para Omar García Harfuch, quien le ganó las encuestas a Clara Brugada, pero tuvo que someterse a la voluntad de López Obrador; López Gatel deberá conformarse con una diputación local, si acaso… La medición en Veracruz la ganó Rocío Nahle con un raquítico 16% de aprobación ciudadana; menos de 20 de cada 100 jarochos simpatizan con la ex secretaria de Energía. La culpa de que la gente no esté entusiasmada con Morena es del gobernador orangután: Cuitláhuac García. Nahle recibirá, ella sí, una herencia maldita… Les guste o no les guste a López Obrador y sus compinches, Morena se parece extraordinariamente al PRI todopoderoso e invencible, aunque Andrés Manuel es el presidente más poderoso de todos los tiempos. Con todo y todo, Morena no logrará “carro completo” en 2024. Los pronósticos más lógicos son que retendrá la Presidencia, ganará Tabasco, Veracruz, Puebla y Chiapas. La oposición se llevará la Ciudad de México, Jalisco, Yucatán, Guanajuato y Morelos. Y en el Congreso de la Unión, los partidos de López obtendrán la mayoría, pero otra vez será simple y por un margen menor al que tienen actualmente.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos