Temblorina en Palacio Nacional
Alberto Vieyra G. miércoles 8, Nov 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La muy valiente periodista Elena Chávez, que hace un año cimbró al falso mesías con su libro El rey del ca$h, vuelve a desatar la temblorina en Palacio Nacional con otro libro que refleja la enfermiza pasión de un Presidente de la República que es tan corrupto como la mayoría de quienes han ocupado hasta hoy la silla presidencial.
El nuevo libro de Elena Chávez se titula El corruptor y en él narra el modus operandi de López Obrador y la familia presidencial para extorsionar a empresarios y gente del poder que tenga asegunes con la justicia norteamericana o que no esté al corriente con el SAT. Cuenta la periodista que cuando AMLO habla de algún empresario con esas características, inmediatamente el hijo Andy López se pone en contacto con la víctima en cuestión para fijarles un monto de extorsión de hasta 10 millones de pesos por piocha.
El libro que se está vendiendo como pan caliente a través de Amazon y que pronto saldrá a la venta con Grijalbo, Elena Chávez envenena al Presidente de la República cuando denuncia que tiene los pelos de la burra en la mano, y también la burra, con la “estafa maestra” de la 4T, que AMLO lleva a cabo con las pensiones de los adultos mayores y sostiene que tan sólo en los primeros 6 meses de 2021, el megafraude es por más de 45 mil millones de pesos, es decir 3 veces mayor que la “estafa maestra” en Segalmex por más de 15 mil millones de pesos.
El libro en cuestión será presentado el 17 de este mes en la capital del país, pero desde ahora la autora deja en claro que el corruptor de Palacio pasará a la historia como el Presidente más corrupto y alerta que los mexicanos no podemos ni debemos volver a cometer el error político de llevar a otro enfermo de poder a Palacio Nacional en las elecciones presidenciales de 2024, mientras que voces como la de Diego Férnandez de Cevallos aconsejan que en Palacio Nacional se requiere y con urgencia de un psiquiatra porque el Presidente pareciera haber enloquecido contra los medios de comunicación, los periodistas y los dueños de medios por el escandaloso manejo que han dado al desastre causado por el huracán “Otis” en Acapulco, pues después de llamarles “carroñeros y buitres que andan buscando muertos de entre los escombros”, por lo que AMLO presenta una enfermiza patología que debe ser tratada con urgencia por los especialistas de la psiquiatría. El Presidente quería ver una prensa, si no amarillenta, sí en color de rosa que hablará de lo bueno y lo bonito que dejó a su paso el destructivo huracán. ¿Puede haber algo bonito en un escenario de tanta devastación?
No faltan versiones escalofriantes que alertan a concesionarios de radio y televisión que hablan de una nacionalización de medios de comunicación concesionados, utilizando como vil argumento el supuesto mal manejo que la prensa ha dado a la catástrofe de Acapulco, cuando en realidad es un mero pretexto para nacionalizar medios de comunicación, como la marcan las directrices de los gobiernos comunistas. Así que esta es una llamada de alerta para la industria de la radio y la televisión.
Pero, además del libro de Elena Chávez, como reguero de pólvora, por las benditas redes sociales de AMLO, circula la información que revela que AMLO es candil de la calle y oscuridad de su casa, porque AMLO está desviando recursos de los mexicanos para apoyar a gobiernos comunistas y las cifras van como siguen: A Cuba le inyectó 255 millones de pesos; a El Salvador, 60 millones de pesos; a Honduras, más de 30 millones y a Venezuela, que es la nación hermana adorada por AMLO porque ahí impera el comunismo Chavista que ha empobrecido a los venezolanos, muy pronto sabremos de cuánto es la generosa aportación de AMLO que no la veremos jamás en Acapulco y que ni siquiera sería necesaria, si el humanista AMLO no se hubiese embolsado los 300 mil millones del Fonden. Ahora, pretende destinar solamente unos miserables 65 mil millones de pesos, que si los repartimos entre un millón de damnificados, les tocarían como de a 60 mil pesos para construir una nueva casa en el régimen de “Pejelandia”. ¡Qué bárbaro, señor Presidente!