El tráfico de migrantes
¬ Augusto Corro martes 31, Oct 2023Punto por punto
Augusto Corro
Son múltiples los problemas que enfrentan los migrantes a lo largo y ancho de las rutas que escogen para llegar a la frontera de México con Estados Unidos. Además de exponer sus vidas, los indocumentados son víctimas de los traficantes de personas que cobran elevadas sumas de dinero para guiarlos por las selvas y a través de mar abierto. En su camino, los indocumentados corren el riesgo de ser víctimas de la delincuencia organizada.
El fenómeno de la migración crece incontenible ante la incapacidad de los gobiernos para detenerla. Hace pocos días se efectuó una reunión de funcionarios de varios países, para analizar el problema. Los discursos no condujeron a ninguna solución. Se habló de las causas que llevan a los pobladores a abandonar sus lugares de origen. Se dijo que la pobreza y la violencia, así como los fenómenos naturales son determinantes para huir con toda la familia, incluidos niños.
Los traficantes de personas promueven su negocio como si se tratara de una actividad lícita, pues incluyen en la publicidad los beneficios del viaje, que se realiza por lugares llenos de peligros como la selva de Darién (entre Colombia y Panamá) o por el mar en embarcaciones frágiles e inseguras. Las caravanas de indocumentados salen de países latinoamericanos y de Caribe para llegar a la frontera sur de México, donde inician otro tramo de su travesía con otros peligros, en los que participan narcotraficantes.
Los ilegales exponen sus vidas al transportarse en camiones en pésimas condiciones conducidos por gente inepta. Las propias unidades son trampas mortales, en las que los indocumentados se exponen a perecer asfixiados; otros casos de accidentes los padecen quienes viajan en los techos de los trenes de carga. Ninguna autoridad puede cancelar esos viajes clandestinos.
Recientemente, en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración perecieron 40 indocumentados al incendiarse el inmueble donde esperaban su repatriación. Eran centroamericanos la mayoría de personas que perecieron en las oficinas migratorias de Ciudad Juárez, Chihuahua. Los representantes de los gobiernos que asistieron a la reunión se mostraron preocupados por lo inseguridad de los ilegales; pero, repetimos, todo hace suponer que no habrá cambio alguno.
Tras su paso por el territorio mexicano, los ilegales tienen que cruzar la línea fronteriza que divide a México con Estados Unidos. Un obstáculo lo representa el Río Bravo, el muro y la guardia fronteriza estadounidense. Es elevado el número de extranjeros detenidos que son regresados a sus lugares de origen, luego de un recorrido lleno de aventuras, en las que las pésimas condiciones de vida se reflejan en los niños que viajan con sus padres, en no pocas caravanas de la muerte.
Una de las formas de evitar el éxodo migratorio es la creación de fuentes de empleo en sus lugares de origen, pero resulta que muy poco o nada se habla de inversiones para la creación de empresas. Con relación a la violencia, tampoco se ve que los gobiernos tengan un verdadero interés por erradicar el problema. Sólo en El Salvador, las autoridades aplican mano dura contra las bandas del crimen organizado.
La reunión de Palenque, Chiapas, quizás hubo algún compromiso para luchar contra el fenómeno migratorio, aunque estuvo ausente el representante de uno de los países más afectados por el problema: Estados Unidos. El asunto de la migración no es nuevo y ocurre en diferentes partes del mundo, generalmente en países pobres, cuyos habitantes buscan mejores condiciones de vida. El tema es tratado en el citado país en las campañas políticas. Los candidatos prometen continuar en la construcción del muro de la ignominia. Se trata de discursos demagógicos que se lleva el viento.
¿Usted qué opina amable lector?