Morena y sus precandidatos
¬ Augusto Corro lunes 30, Oct 2023Punto por punto
Augusto Corro
Las pugnas internas en los partidos políticos se agudizarán debido a las designaciones de precandidatos que participarán en la búsqueda del poder. Aunque los métodos selectivos sean de una limpieza total, los perdedores no aceptarán resignados su eliminación. Un ejemplo lo tenemos a la vista en el caso de Marcelo y Morena. El ex canciller no aceptó la derrota frente a la doctora Claudia Sheinbaum y llevó su inconformidad ante los tribunales electorales.
Aunque el ex titular de Relaciones Exteriores tenía todo el derecho de quejarse, no le preocupó reflejar la imagen de divisionismo al interior de su organización política. Las repercusiones de su actitud repercutieron en muestras de apoyo de sus seguidores, que, sin duda, afectarán la unidad en el partido Movimiento de Regeneración Nacional. Ahí tenemos la renuncia a Morena de una senadora, lo que podría convertirse en el principio de una lucha en el interior de Morena.
El propio Ebrard se encargó de echarle más gasolina al fuego con su indecisión de continuar o salirse del partido guinda. Además, su coqueteo con la organización política Movimiento Ciudadano (MC) llevaron a opinar que buscaba abrir la posibilidad de representar a la organización política emecista. Esta idea continúa en el aire, mientras en el partido naranja el gobernador de Nuevo León, Jaime García, se empeña en que lo nombren el abanderado en la contienda presidencial.
La unidad en Morena parecía que iba a durar para siempre, sin embargo, las pugnas por el poder poco a poco brotaron. En la historia del joven partido morenista se registró un conflicto que al final de cuentas no provocó mayores problemas. Se trató del pleito entre Mario Delgado y el experimentado político Porfirio Muñoz Ledo. Ambos buscaban la presidencia de Morena. Con el paso de los días, el problema se olvidó. Luego apareció el asunto de las elecciones en Coahuila, en las que apareció el divisionismo en Morena y su inevitable derrota.
En los comicios estatales, se suponía que Ricardo Mejía, morenista de hueso colorado, sería el candidato de Morena. No ocurrió así, el designado por el partido guinda fue el antipopular empresario minero, Armando Guadiana, quien perdió. El ganador de la gubernatura fue el priista, Manolo Jiménez. Como resultado del pleito se registró la renuncia de Mejía Jiménez. El mencionado conflicto se apagó poco a poco. Fue la experiencia la única ganancia de los guindas.
A grandes rasgos nos referimos a los problemas internos de Morena que amenazan con crecer en la temporada electoral de 2024. Como se sabe, habrá que participar en las elecciones presidenciales y por cambios en el poder legislativo y en nueve estados. En Morena, ya se resolvió el tema de la candidatura presidencial, cuya responsabilidad estará a cargo de la ex jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum. Quedan pendientes para los próximos días las designaciones de los precandidatos. En Morena deberán analizar a fondo a sus abanderados para evitar inconformidades que repercutan en la unidad del partido. Entre otros asuntos que tendrán que resolver los morenistas se encuentra el relacionado con el ex jefe de la policía, Omar García Harfuch, como precandidato a la gubernatura de la Ciudad de México (CDMX).
La precandidatura de García Harfuch no fue aceptada por los grupos radicales de Morena, que prefieren a Clara Brugada, una dirigente de izquierda en lugar de un precandidato con un historial político no muy aceptable, pero eso sí con todo el apoyo de Claudia Sheinbaum, que lo escogió para el gobierno de capitalino. De acuerdo con los métodos de Morena, serán las encuestas las que determinen quien de los dos contendientes será el ganador. Será interesante saber que tanto se afectará la unidad de Morena. ¿O surgirá el divisionismo?
¿Usted qué opina amable lector?