¿División en el PRI?
Francisco Rodríguez jueves 21, Jul 2011Índice político
Francisco Rodríguez
Vivimos ya el clima político de la sucesión presidencial adelantada. Se da así por la prisa que la gran mayoría de los sectores sociales muestran para que este malhadado sexenio llegue a su fin lo más pronto posible. Ahora sí que, como bien dice el mismísimo panista Santiago Creel, “hay que adelantar los tiempos”.
Y es en este clima que el war room electoral de Felipe Calderón -siempre pleiteando, siempre creando sus propias guerras- ha echado a andar una estrategia que, gracias a la complicidad de cierta prensa, merced al mercenarismo de algunos periodistas, ha prendido exitosamente.
Desde hace meses, en efecto, prácticamente no hay espacio periodístico, ya sea impreso, radial o televisivo en el cual no se diga o cuando menos insinúe que el Partido Revolucionario Institucional va a terminar dividido.
Es en la posibilidad de que se presente esa falta de unidad de los priístas, más que en su propia capacidad para generar propuestas que sean bienvenidas por los electores, que los calderonistas adueñados de Acción Nacional basan sus esperanzas de conseguir el triunfo electoral el primer domingo de julio de 2012, cual lo hicieron por primera y última vez en día similar del 2000.
Para los estrategas de ese war room electoral, la división priísta estaría incubándose a partir de una supuesta pugna entre el grupo del senador Manlio Fabio Beltrones y el que apoya a Enrique Peña.
Por tal, instruyen a continuar difundiendo versiones sobre “esta división” y, en su momento, a hacer pública información en poder de la fallida administración calderonista sobre ambos personajes, haciendo creer una pugna entre Beltrones y Peña.
Se trata, para más señas, de generar la percepción de que los priístas son como el alacrán de la fábula aquella, en la que una ranita se ofrecía a cruzarlo a través de un río y aquel se comprometía a no encajarle el aguijón, lo que finalmente hacía en fidelidad absoluta con su naturaleza.
Peor aún, el objetivo final sería el generar entre la sociedad la percepción -otra vez la palabreja- de que el PRI continúa con sus prácticas “históricas” de corrupción, lo que por cierto en nada sería distinto a las prácticas que el PAN ha seguido en esta decena trágica del siglo XXI.
El documento existe. Ha circulado ya entre políticos del PAN y del PRI.
Todos ellos saben, cual usted ya conoce al leer estas líneas, que estas versiones han sido echadas a volar en los “medios afines”, que por lo visto no deben ser pocos, dada la velocidad con la que esta especie ha ido tomando cuerpo y, más aún, cartas de veracidad.
Estrategias panistas aparte, ¿qué tan cierta es esa división de los priístas?
¿Es real y por ello es que han “prendido” las versiones filtradas desde Los Pinos?
O confundiendo la gimnasia con la magnesia, esta historieta panista del enfrentamiento de los dos priístas ¿no es sino su interpretación ad hoc de una justa leal, abierta, democrática entre dos militantes de una organización en busca de regresar al poder, no sólo con el más popular de sus militantes, también con el mejor de los proyectos para devolver al país a la ruta del crecimiento, la seguridad y el bienestar de todos los mexicanos?
Esta última pregunta es la que, entre analistas serios, no comprometidos con el fallido régimen calderonista, es la que más respuestas afirmativas ha venido recibiendo en los últimos días, cuando este escribidor interroga al respecto a los llamados actores políticos. La justa, repito, es abierta.