La metamorfosis de Omar
Ramón Zurita Sahagún lunes 16, Oct 2023De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los que conocieron a Omar García Harfuch en sus veinte años lo recuerdan como un joven propagador de la palabra de cristo, derivado de su interés por difundir los preceptos contenidos en la Biblia.
Su madre, María (Sorté) Harfuch, tenía su propio grupo de oración en los que participaba el joven Omar como conductor del mismo del rito Pentecostés.
Esa rama del cristianismo es la misma en que participan algunos personajes del medio del espectáculo como las cantantes Yuri y María del Sol, entre otros.
Omar era (es) un ferviente cristiano que ahora incursiona, por vez primera, en cuestiones políticas, alejada de sus pasiones, de la religión y la policía.
El ahora aspirante al gobierno de la CDMX memorizó la Biblia en su juventud, por lo que puede recordar cada uno de los pasajes del libro que sirve de base a la religión cristiana.
Hoy se encuentra alejado de la vocación que le veían algunos para convertirse en un clérigo pentecostal y optó por la ruta policiaca que ahora lo tiene a las puertas de uno de los principales cargos políticos de elección popular.
Sus principios adquiridos en el cristianismo busca aplicarlos en el nuevo camino por el que transita y al que parecen conducirlo las encuestas que lo marcan como favorito en el entorno de la capital del país, dentro de los aspirantes de Morena y lo relanzan en la misma posición considerando a todos los que buscan participar en la contienda electoral del dos de junio de 2024, dentro y fuera del Movimiento de Regeneración Nacional.
Omar no teme a la competencia política, ni siquiera el atentado de que fue objeto hace tres años le provoca miedo, pánico o algún sobresalto, ya que se encuentra resguardada su seguridad por elementos que son de su entera confianza y que cuentan con el suficiente arsenal para repeler cualquier ataque de que sea objeto.
Una reciente entrevista realizada por el diario El País (los políticos mexicanos son proclives a la prensa extranjera, antes que a la local), narra el fuerte armamento de alto calibre (50) y el blindaje 7 de la camioneta en la que se transporta, que más que vehículo motorizado asemeja una fortaleza.
Así es la vida de un candidato al segundo cargo de elección popular más importante del país, rodeado de alta seguridad y que, en caso de ganar, tendrá que redoblar su seguridad, convirtiendo la capital del país en un sitio con alto grado de seguridad, aunque eso no signifique sea seguro.
Son muy contados los casos en que un policía, catalogado como tal sea candidateado a un cargo de gobierno, mediante el voto directo de los electores.
Dos, tres o alguno más lo han sido, pero sin las gruesas medidas de seguridad que se tienen con García Harfuch, obligados por la contingencia provocada por el atentado de que fue objeto y las mantas amenazantes contra su vida que aparecieron en los primeros días en que manifestó su aspiración política.
Rogelio Flores Curiel, jefe policiaco en el Distrito Federal el 10 de junio de 1971 fue removido del cargo y regresó al Senado de la República, de donde fue promovido como candidato del gobierno de Nayarit, el que ganó en una elección catalogada como fraude y que se negoció más adelante por un cargo de senador al entonces presidente de su partido. Su gestión como gobernante fue calificada como buena.
Fernando Gutiérrez Barrios fue director de la entonces temida Dirección Federal de Seguridad, donde actuó mucho tiempo, más adelante fue promovido al gobierno de Veracruz, donde duró dos años que fueron calificados como buenos.
Omar conseguirá lo mismo, será candidato, gobernante y ofrecerá buenos resultados, el tiempo lo dirá. Por lo pronto, parece ser que la religión perdió a un futuro clérigo y la política obtuvo un personaje que el tiempo lo calificará.
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Listos los personajes (hombres y mujeres) que participarán en las encuestas con las que Morena definirá a sus nueve candidat@s en igual número de entidades. La lista es amplia, pero no pasan de dos (un hombre y una mujer) los que en cada estado tiene posibilidades reales de encabezar al partido.