Golpe rumbo a la dictadura
Armando Ríos Ruiz viernes 13, Oct 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Desde que la favorita para ocupar la presidencia de la Suprema Corte, Yasmín Esquivel, fue impedida para tal encomienda, luego de descubrirse su plagio de tesis de licenciatura y la de doctorado, el Presidente ideó desaparecer ese organismo, hasta hoy el contrapeso que limita los extremos, los abusos y el prurito de someterlo hasta la aniquilación, para continuar a la dictadura.
Norma Piña llegó al cargo exactamente contra esos deseos perniciosos. Representa intereses contrarios a las intenciones presidenciales y, por lo tanto, se convirtió en enemiga a muerte del mandatario, quien ha destilado ideas para acabar con ese poder. Recién comenzó a recibir negativas a sus desobediencias constitucionales, discurrió que los ministros de la Corte deben ser electos por el voto popular, contrario a lo que se hace en cualquier parte del mundo.
Obviamente, este mecanismo se prestaría a pervertir la elección e imponer a incondicionales. Hemos vivido de sobra lo que ocurre con este método, desde que tenemos uso de razón. De por sí, ya se habla de que las elecciones presidenciales están desde ahora cocinadas con fuertes dosis de fraude que exige inimaginables gastos multimillonarios, que sólo el gobierno puede sufragarar.
Más fácil resulta intervenir y hacer todas las labores de prestidigitación en una institución aislada, con candidatos a modo, nombrados por el máximo representante del poder político y reconocidos por el Congreso con sólo una orden, como acaba de ocurrir con la aprobación de desaparición de 13 fideicomisos del Poder judicial, por la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, fiel a Morena y más que a nadie, a la voz del Presidente.
La consigna es ahorcar al Poder Judicial. De Asfixiarlo hasta que deje de respirar, para entonces ordenar una reestructuración totalmente a capricho del mandatario, que permita la sumisión de sus integrantes. Que deje de ser el contrapeso que hoy representa y que actúe de acuerdo con las ocurrencias y los deseos de su amo y señor. Con esto se sumaría al otro Poder. Al Legislativo, representado en su mayoría por lacayos sin voluntad y sin poder de decisión.
Por eso se habla ahora en las filas de Morena, y principalmente de su futura candidata a la Presidencia, que es muy importante ganar el Congreso. Sobra material de incompetentes que abrazarán con gusto la causa morenista. De todas formas, dicho partido no necesita calidad, sino gente dispuesta a someterse, como ocurre en este momento. Esa es la estrategia.
El primer mandatario está obsesionado con su marcha hacia lo que sigue para consolidar la llamada Cuarta Trasformación. Alguien ha dicho que engaña con la verdad, porque parecería que desea caminar rumbo a la salvación de México. Sin embargo, los más acuciosos saben que se trata de una argucia para finiquitar su propia idea, de empobrecer, de aniquilar instituciones, de desaparecer medicamentos para cumplir con el catecismo de la dictadura.
Los legisladores de oposición tienen razón de acusar que la iniciativa busca debilitar al sistema democrático y el equilibrio de poderes y se aprestan a discutir en el Pleno, la aprobación a esta medida, por demás absurda, que se anticipa a cimentar caprichos. Los medios a favor echaron las campanas a vuelo para denostar a la Corte, en aras de reivindicar la orden presidencial.
Mientras, el organismo afectado se aprestó a emitir en un comunicado bastante completo, los estragos que causará la medida en su seno, que la mayoría morenista está lista para aprobar sin “cambiarle una coma”, como hoy se estila. Lo que quiere decir que también se ahorrarán ese trabajo y lo más complicado, de entenderla. No hace falta
La Corte hizo un recuento de sus derechos, que resultarán afectados y que están reconocidos en la Constitución, hoy casi letra muerta en la visión del primer mandatario, porque él mismo contiene mejores elementos. Así como de organismos y personal que labora allí y derechos adquiridos que ya cumplen con requisitos establecidos en las reglas de operación de cada fideicomiso.