Xóchitl, ¿relanzamiento?
¬ Augusto Corro lunes 9, Oct 2023Punto por punto
Augusto Corro
Se encuentra en apuros Xóchitl Gálvez, la precandidata presidencial del opositor Frente Amplio por México.
De acuerdo con las encuestas recientes, el 50% de las preferencias electorales es para Claudia Sheinbaum; y el 20% para la senadora hidalguense.
Esta situación preocupó a la oposición, principalmente, porque su abanderada no crece. Hasta se habla de un posible candidato sustituto.
A los promotores de Xóchitl les funcionó el destape, pero el impacto no les duró mucho. La misma aspirante se puso obstáculos que no puede superar.
Entre los problemas que podrían preocupar a la senadora se encuentra su relación con los partidos políticos.
Esos organismos opositores se encuentran más preocupados por la designación de sus diputados y senadores que por la campaña presidencial.
Ante esa situación, se comenta en los círculos políticos que Xóchitl se siente abandonada por los dirigentes de los partidos políticos.
Los jefes de la hidalguense, como Claudio X. González, quizás esperan una mayor participación de apoyo a su precandidata por parte de la sociedad civil.
Quizás el relanzamiento de la candidatura de Xóchitl brinde posibilidades de un mejor posicionamiento, aunque no presente un proyecto atractivo de gobierno.
Los albures en sus expresiones, así como las palabras altisonantes que usa la precandidata en su campaña sólo la presentan como una figura política apoyada en la vulgaridad.
Por cierto, la pobreza de su discurso político lleva a pensar que no cuenta con un equipo de asesores que orienten su campaña.
¿Dónde está Santiago Creel, el supuesto coordinador de la campaña de Xóchitl? ¿Cuál es el verdadero papel que representan los dirigentes de los partidos políticos?
La imagen política de la senadora hidalguense luce apagada. ¿Qué sigue?
“Alito” y sus adversarios
La semana pasada el Partido Revolucionario Institucional (PRI) expulsó de sus filas a militantes que renunciaron anticipadamente.
Por ejemplo, el Consejo Político Nacional del PRI echó de ese instituto político, el jueves pasado, al ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a la senadora Claudia Ruiz Massieu y a los gobernadores del Estado de México (Edomex) e Hidalgo, Eruviel Ávila y Omar Fayad, respectivamente.
Entre otros que renunciaron se encuentran el ex gobernador de Tlaxcala, Marco Antonio Mena; la senadora Nuvia Mayorga, el diputado Pedro Armentía; y el senador yucateco, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Las expulsiones de los priistas de primer nivel obedecen a la política dictatorial de Alejandro Moreno “Alito”, quien arribó a esa organización para apropiarse de ella.
En el presente, tras una intensa lucha interna, el ex mandatario campechano tiene el poder absoluto en el partido al que maneja con una camarilla de incondicionales.
Sin embargo, la situación política que se vive en el interior del partido es sombría, llena de indecisiones.
El partido tricolor dejó de ser ese instituto político que acumulaba todo el poder en México: gobernaba en todo el país desde la Presidencia de la República.
Fueron décadas de “una dictadura perfecta” que terminó por la incontrolable corrupción de sus gobernantes.
Su poderío empezó a desmoronarse. En las elecciones presidenciales en las elecciones presidenciales de 2000, el PRI perdió frente al Partido Acción Nacional (PAN).
El pésimo gobierno del ganador, Vicente Fox, le permitió a los priistas recibir oxígeno para sobrevivir.
A Fox le siguió en el poder el presidente panista Felipe Calderón, quien coqueteó con los tricolores y el PRI siguió con vida.
Después, los panistas vieron como se les esfumaba el poder que nuevamente el Revolucionario Institucional volvía a Los Pinos.
Fue hasta el 2018, con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador que el PRI empezó a hundirse. Perdió casi todas sus candidaturas en el país. Quedó el puro cascarón de partido.
En el presente, el PRI está en la lona. “Alito”, con su lucha interna, lo hundirá más. El divisionismo en nada ayudará a salir a los priistas del hoyo en que se encuentran.
¿Usted qué opina amable lector?