170 mil muertos y contando
¬ Luis Ángel García viernes 6, Oct 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Antes de que termine octubre habrán ocurrido más de 170 mil homicidios dolosos en el país, sin que las autoridades presenten -aunque sea de manera tardía-, una estrategia de seguridad que frene la violencia en México. Mientras el crimen organizado ensangrienta las calles de la República, los responsables de la prevención del delito están reestructurando al ISSTE, legalizan carros “chocolate” -en detrimento de la industria automotriz nacional-, organizan tianguis para repartir productos decomisados -fayuca o piratería-, con lo que legitiman el contrabando, entre otras actividades ajenas a su función de proteger la vida y el patrimonio de los mexicanos.
Pero la opinión pública está distraída con las bolas de humo del régimen de la 4T, como su campaña de desprestigio y linchamiento mediático en contra del Poder Judicial o de los políticos de oposición, sobre todo cuando le crecieron los enanos al catapultar a la hidalguense Xóchitl Gálvez, o de los legisladores americanos que le recriminan su inacción, omisión o complicidad con los barones de la droga y los reta valentonamente para que no invadan al país, porque “los mexicanos sabremos defender la soberanía nacional”.
Pero ahora es el juego sucesorio lo que mantiene ocupada a la opinión pública. Que si las encuestas dan como ganadora a la consentida de Palacio Nacional -la única que le garantiza el continuismo y a la que maneja como títere-, que si ya se desinfló Xóchitl o si es una plagiaria, que si ya nos traen de Israel a un presunto delincuente sexual, que si el Ejército es inocente del caso Ayotzinapa, que si los libros de texto son buenos o no, que si ya salieron a la venta los boletos para los viajes en la militarizada Mexicana de Aviación, que si el doctor muerte es el bueno para la CDMX, que si las remesas de los paisanos son un logro del gobierno, que el súper peso va pa’ largo. Todos los distractores son buenos para encubrir la ingobernabilidad.
A los nulos resultados en la administración de la 4T, se debe sumar el fracaso en materia de gobernanza y seguridad. El crimen organizado pasó de ser un poder fáctico a uno formal y metaconstitucional, el cual gobierno a nombre de las autoridades impuestas por ellos. Tal es el caso de zonas de Guerrero, Tamaulipas, Michoacán, Veracruz, Zacatecas, Edomex, Sinaloa, Colima, Oaxaca, Baja California y Chiapas, donde hay una ausencia total de gobernabilidad.
Sin la presión gubernamental, los cárteles de la droga se disputan territorios y mercados a sangre y fuego, aunque se lleven entre las patas, además de policías y soldados, a gente inocente, miembros de la sociedad civil. Las guerras entre sicarios, las masacres, los enfrentamientos con las fuerzas del orden dejan decenas de muertos todos los días a lo largo y ancho del país, sin que intervenga autoridad alguna. El rechazo y la confronta de pobladores con las fuerzas armadas, la expulsión de soldados de las comunidades o la retención de elementos militares y policiales es el pan de cada día, sin que los gobiernos de todos los niveles hagan algo por restablecer el Estado de Derecho.
Resultado del empoderamiento de la delincuencia organizada, que tanto reclama, condena y exige acciones el gobierno de la Casa Blanca a México, es la impunidad y ello va más allá del tráfico de armas. Los mañosos se matan entre sí o retan a entelequias gubernamentales porque se disputan un negocio que representa billones de dólares, de donde salen las corruptelas que posibilitan la connivencia oficial. Mientras tanto, la falta de una política pública eficiente sobre seguridad redundará en más asesinatos, más sangre derramada. Se calcula que al término de este sexenio habrá más de doscientos mil homicidios dolosos… y contando.