Tienta a Dios de paciencia
¬ Luis Ángel García lunes 2, Oct 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Envalentonado porque hasta ahora sus bravuconerías le han funcionado, el inquilino de Palacio Nacional tienta a Dios de paciencia. Lo mismo insulta a España que a Panamá, a Austria o a Perú; reclama el respeto a la soberanía nacional, pero es un intervencionista contumaz. La cereza del pastel es su constante enfrentamiento con los legisladores y gobernadores estadounidenses o su rechazo y hostigamiento a los inversionistas norteamericanos. Además de descalificar a la prensa extranjera cuando no coincide con el proyecto político de la 4T.
Más por el tesón de los propios empresarios, que por la postura de las autoridades mexicanas, ha crecido la inversión extranjera, pero también se han incrementado los reclamos en tribunales internacionales de inversores que se ven afectados por violaciones al T-MEC, como es el caso de las empresas dedicadas a las energías limpias o los industriales del maíz transgénico. Muy echado para adelante, cada vez que puede, el Presidente rechaza o cancela las inversiones americanas o canadienses en materia de energía eólica y sin argumentos científicos se niega a la importación de maíz transgénico, además de prohibir concesiones mineras o reducir la vigencia de las ya otorgadas.
Abierto partidario del bloque izquierdista en América Latina, condena a los gobiernos neoliberales o de derecha, aunque confunde socialismo con populismo.
Sus bravatas tienen como objetivo los pronunciamientos y acciones de los republicanos, e incluso alentó a la defensa armada de la soberanía nacional cuando erróneamente interpretó la primera vez que los congresistas sajones propusieron considerar a los cárteles nacionales como terroristas. Rápidamente se rasgó las vestiduras y casi reivindica el “mexicanos al grito de guerra, el acero aprestad…” para combatir la “inminente” invasión norteamericana.
Pero la Casa Blanca no necesita de enviar tropas a suelo azteca para castigar a narcotraficantes, a pesar del desparpajo del tabasqueño para enfrentar verbalmente a los vecinos del norte, ya que es muy dócil nuestro mandatario para cumplir las órdenes del gobierno yanqui, como lo ha demostrado con la recaptura de Rafael Caro Quintero o la aprehensión y extradición fast track de Ovidio Guzmán y el guiño para enviarles a los otros ”chapitos”, además de aceptar sumiso el regaño de los gringos porque, en su opinión, la administración de la 4T no hace lo suficiente para frenar la exportación de fentanilo, opiáceo que provoca la muerte por sobredosis de cien mil jóvenes al año, allende la frontera.
Ni hablar de la crisis migratoria que sufre el país. Al inicio del presente sexenio, el líder de la 4T alentó el paso de las caravanas de trashumantes y hasta les ofreció casa, vestido y sustento, además de empleo y educación se deseaban quedarse —aunque no pueda dárselos a los propios nacionales—, pero cuando el flujo migratorio rebasó a los gobiernos mexicano y estadounidense, al primer manotazo americano, se militarizaron las fronteras para impedir que los latinos llegaran a territorio norteamericano.
Por otro lado, demócratas o republicanos no necesitan mandar soldados o marinos para realizar sus incursiones punitivas, basta que la DEA ordene un operativo de captura para que las fuerzas armadas cumplan con sus requerimientos. Así que, contrario al discurso patriotero de la 4T, la Casa Blanca sólo debe mandar -cuando se canse de la inacción y encubrimiento de las autoridades mexicanas-, la captura de los barones de la droga para que esta se lleve a cabo.
Donde tienta a Dios de paciencia no es por una invasión armada de los marines, sino por los paneles internacionales que muy pronto México perderá y las indemnizaciones multimillonarias que le estallarán al próximo gobierno en la cara. El tabasqueño —aparentemente—, va de salida, pero dejará una deuda impagable que ameritará otro tipo de invasión para que los gringos cobren su deuda.