Cinismo
Alberto Vieyra G. lunes 2, Oct 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Se necesita tener cara de piedra y un monumental cinismo para quien busca un cargo de elección popular habiendo cometido un genocidio durante la pandemia de Covid-19.
Le estoy hablando del cinismo de un politicastro y que de vivir Héctor Suárez Hernández ya lo habría personificado en un cínico personaje del “No hay”, que durante la pandemia del coronavirus “mató” con su negligencia criminal a por lo menos 300 mil mexicanos que murieron en sus casas o cayeron como moscas en la calle por no contar con un tanque de oxígeno y después de recorrer angustiosamente ser atendidos en algún hospital cuando colapsó la emergencia sanitaria y que hoy busca convertirse en jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Se llama Hugo López-Gatell Ramírez. ¡Qué Dios nos libre de tal cinismo de esta cara de piedra!
Cuando la semana pasada escuche semejante disparate no aguante la carcajada y perplejo me pregunté: ¿Estaremos locos los mexicanos para votar por un cínico cara de piedra como López-Gatell que busca afanosamente fuero constitucional como diputado o senador o como lo que sea para no ir a la cárcel?
Recuérdese que sobre López-Gatell pesan cuando menos 7 demandas judiciales por negligencia criminal.
Bien decía el ex presidente José López Portillo, que lo peor que le podía pasar a México es que se convirtiese en un país de cínicos. Parece que el Jolopo tuvo voz de profeta porque el destino ya nos alcanzó, pues hoy lo que vemos que impera en la mayoría de la clase política es un cinismo con cara de piedra. Pero a todo esto ¿qué es el cinismo? Recurro al tumbaburros para que no me salgan después con que yo invento.
El cinismo es la actitud de la persona que miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta algo que merece general desaprobación.
¿Cuántas veces el cínico cara de piedra Hugo López-Gatell desoyó las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud para evitar mortandades escandalosas?
Recordaré que con más 850 mil muertos, México se convirtió en el cuarto lugar a nivel mundial con mayor mortandad por la pandemia del siglo. Y de acuerdo con la UNAM, más de 200 mil compatriotas murieron sin recibir atención médica porque López-Gatell influyó de manera asombrosa en Andrés Manuel López Obrador para que el Presidente mandara señales de humo a los mexicanos diciéndoles que “no pasaba nada”, que podían salir tranquilamente a los restaurantes, que bastaba curarse con paracetamol y Vick VapoRub o bien buscarse unos amuletos consistentes en un dólar de a dos pesos, un trébol o estampitas de nuestro santo de devoción.
Pero no sólo López-Gatell debe ir a la cárcel, su jefe AMLO también porque el binomio criminal le hizo mucho daño a México que no contaba desde entonces y sigue sin contar con medicamentos de alta especialidad en los hospitales del territorio nacional, violando con ello el artículo 4° constitucional que consagra el derecho a la salud para ricos y pobres, para los dos Méxicos en que AMLO ha dividido a la nación azteca y la prueba de ello es que hoy ese gobierno anuncia que las vacunas contra el coronavirus ya se podrán comprar en breve en el sector privado, mientras que los jodidos y analfabetas, que son los que votan según él por su partido Morena, podrán ser atendidos con vacunas comunistas rusas y cubanas como la Abdala.
Obviamente que López-Gatell no llegará jamás a ser jefe de Gobierno. Le espera la cárcel. Por ello, AMLO lo utiliza para que le haga el trabajo sucio en otra farsa disque democrática y luego lo premiará con fuero constitucional como diputado o senador para que sea intocable en el próximo sexenio. Ese es el meollo del asunto. “Hay que proteger, al precio que sea, al mejor funcionario del mundo”, a ese cínico cara de piedra llamado Hugo López-Gatell.
¿Dios mío, qué pecado habremos cometido los mexicanos?