¿Tiene la culpa el PRI?
Ramón Zurita Sahagún jueves 28, Sep 2023De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Es culpable el PRI de que una bola de oportunistas, chantajistas, depredadores y abusivos de la política abandonen al partido cuando pasa por uno de sus momentos más difíciles.
Sí lo es, ya que el mismo partido permitió a esta bola de zánganos oportunistas nacer y crecer políticamente a su sombra y disfrutar de los grandes placeres del poder y ser los primeros en abandonar la nave cuando se hunde.
Muchos de estos personajes que hoy se afilian al partido en el poder son responsables de la debacle del partido que por 70 años gobernó al país y que doce años después de la pérdida de la presidencia de la república tuvo los arrestos suficientes para recuperarla y llenarla de sátrapas, ladrones y extorsionadores.
El PRI sí es culpable de la falla en permitir que personas sin grandes capacidades políticas, ni sentido social escalaran a los primeros planos de la política, medraran con ella y obtuvieran grandes beneficios.
También lo es de dejar que se establecieran acuerdos secretos entre sus altos cuadros dirigentes y permitieran que el poder se les fuera de las manos, consintiendo que el último gobierno emanado de ese partido se prostituyera en todas sus ramas, generando una secuela de rechazo entre la población.
Y no sólo eso, los últimos personajes que han gobernado estados se muestran como oportunistas que a la mejor provocación dan el giro, traicionando al partido que los impulsó y posicionó.
Los más recientes personajes que han abandonado al PRI muestran que su sentimiento hacia el partido y su ideología es convenientemente flexible o simplemente cambiante, por decir lo menos.
Ellos fueron personajes claves en el gobierno más corrupto de la historia y la mayoría se afilia al partido gobernante, mostrando que ellos no se equivocan, ya que siempre están del lado del poder, del poderoso.
Miguel Ángel Osorio Chong, fungió como secretario de Gobernación en el pasado sexenio, un operador tibio, sin carisma que abandonó su interés de ser candidato presidencial al ver la plaza perdida y optó por una senaduría de comodidad, como la mayoría de ellos, plurinominal.
Igual sucedió con Claudia Ruiz, ex secretaria de Turismo y de Relaciones Exteriores, ocupando un escaño de representación proporcional, luego de perder en las urnas hace una docena de años.
Eviel Pérez Magaña, un eterno perdedor que perdió el gobierno de Oaxaca, el Senado de la República, pero que fue recompensado el sexenio pasado con la secretaría de Desarrollo Social, emigró a Morena.
Jorge Carlos Ramírez, el coleccionista de casas de muñecas perdió recientemente la alcaldía de Mérida, por su propia soberbia y hoy se suma al partido gobernante, por la vía del Verde, después de obtener diputaciones plurinominales y ser secretario de Desarrollo Urbano en el mismo sexenio que los anteriormente mencionados, hoy es flamante aspirante a cargos de elección popular por el mejor postor. Eruviel Ávila, senador que llegó a serlo por una plaza plurinominal del PRI, abandonó este partido.
Nuvia Mayorga, danzó por diputaciones y senadurías plurinominales y bajo el cobijo de Osorio alcanzó cargos de segundo nivel en el pasado sexenio.
Jesús Valdés Palazuelos, diputado federal y alcalde de Culiacán por el PRI, perdió su propia reelección y ahora se suma a las filas de Morena.
Otros, como Quirino Ordaz y Claudia Pavlovich, fungen como diplomáticos improvisados por su apego al partido gobernante y otros más como Alfredo del Mazo y Omar Fayad se encuentran a la espera de recompensas. Los trapecistas priistas han abandonado las bancadas del tricolor en Hidalgo, Sonora, Sinaloa y otras entidades.
Hay otra serie de personajes que han gobernado, sido diputados, senadores o simplemente alcaldes que se mantienen con bajo perfil, pero que ya trabajan para Morena. Dos de los principales personeros de Emilio Gamboa (José Juan Lecanda y Héctor Ortega), son hoy los principales operadores del ex secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, Omar García.
Conforme se acerca la elección, una serie de políticos de todos los niveles buscan el acomodo cerca del poder y eligen dejar su militancia de tantos años, siendo los primeros en abandonar el barco, como suele ocurrir en las embarcaciones, siendo un símil de lo que sucede en ellas.
Tiene la culpa de esas traiciones el PRI, sí, pues fueron ellos los que dejaron crecer y alcanzar los primeros planos políticos a los que ahora lo traicionan.