Despropósitos
Ramón Zurita Sahagún lunes 25, Sep 2023De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Curiosa la actividad política nacional, la que se presenta con una serie de traiciones, ambiciones, deslealtades e infidencias, donde los proyectos del bien común que pregonan los profesionales de la materia quedan rezagados y hasta relegados.
Los distintos personajes buscan concretar sus propósitos personales, amagando de un lado y otro, en una serie de simulaciones que nadie sabe cuándo habrán de desencadenar a los demonios del presente y futuro.
Xóchitl Gálvez se dice injuriada, amenazada y amagada por el habitante de Palacio Nacional, pero responde con el mismo lenguaje y su rápido crecimiento se frenó, lo que preocupa en forma considerable a los dirigentes de los partidos que habrá de representar en los comicios federales.
La preocupación es mayor de lo que parece, ya que cada día muestra flancos más débiles y se muestra renuente a aceptar algunas medidas de precaución que le son recomendadas.
La coordinadora de la defensa del Frente Amplio por México muestra muchas fisuras, principalmente la carencia de las cosas más elementales como lo es la falta de un equipo.
No tiene capacidad de reacción y mucho menos estrategia de intercepción, de comunicación, de inteligencia, de discurso y su picardía deja de ser lo interesante que fue en un principio.
Se comenta en los cuadros dirigentes de los partidos que la apoyan la eventualidad de un cambio de yegua por un caballo trotón, dependiendo de los arreglos que se pudieran hacer con el eslabón necesario para ello.
Una de las ideas que fluyen es la de regresar a Xóchitl a su punto de inicio, la candidatura al gobierno de la CDMX, donde se le considera más competitiva y con arrastre suficiente para equilibrar la balanza y subir a Marcelo Ebrard como abanderado del frente opositor.
La idea no parece descabellada para algunos que ven para los toros del Jaral, los caballos de allá mesmo y creen que Marcelo Ebrard puede ser el antídoto que se requiere para frenar la ascendente carrera de Claudia Sheinbaum.
Marcelo y Claudia son enemigos naturales. Lo fueron desde un inicio como figuras principales de los personajes con mayor cercanía al presidente López Obrador, cuando se notaba el favoritismo en favor de la jefa de Gobierno de la CDMX a pesar del impecable trabajo que realizaba Marcelo.
El ex secretario de Relaciones Exteriores se encuentra realizando una gira de proselitismo por todo el país, lo mismo que vine haciendo Claudia, aunque en plataformas distintas y mantiene su dicho de que se encontrará en la boleta electoral el dos de junio del año próximo, como candidato presidencial.
Las dos vías que tiene Marcelo son la de ser candidato de MC, algo que se ve distante o del Frente Amplio Opositor, donde empiezan a ver el despropósito de postular a Xóchitl Gálvez, con cada vez mayores frentes abiertos.
Es cierto que los obuses en contra de la hidalguense se vienen estrellando en la indiferencia de los ciudadanos, pero tampoco sus respuestas le reditúan beneficios que ayuden a mejorar la percepción que de ella se tiene.
Las versiones, rumores, filtraciones, chismes y murmuraciones de cada uno de los frentes políticos son la comidilla de todos los días y serán alimentados en mayor grado, según corran los tiempos electorales.
Por lo pronto, no hay campañas, ni se pueden hacer propuestas y falta mes y medio para que inicien las precampañas y en esas grandes lagunas que tienen las leyes electorales, cada uno seguirá haciendo sus propios juegos malabares, ante la pasividad del INE y del Tribunal.
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Ahora toca a Chiapas mostrarnos el imperio de los cárteles de los grupos delincuenciales. Antes fueron Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit, Sonora y otras entidades las que han mostrado el lado festivo de los habitantes de algunas poblaciones en los recibimientos que hacen de la delincuencia organizada. Chiapas se encuentra infestado por todos lados, delincuencia, migrantes, autoridades que toleran todo y una impunidad rampante. Qué hacen las autoridades, nada y el gobierno federal ve pasivamente la abulia de un gobernador como Rutilio Escandón que, simplemente no ata ni desata.