Migración y sus derivados
¬ Augusto Corro viernes 22, Sep 2023Punto por punto
Augusto Corro
El problema de la migración seguirá presente en Latinoamérica sin solución alguna. Los gobiernos de los diferentes países sólo en discursos tratan el tema. Mientras los indocumentados nacionales y extranjeros recorren las peligrosas rutas para llegar a la frontera de México con Estados Unidos.
Alcanzar esa meta representa una verdadera victoria contra la adversidad. Miles de personas huyen de sus países de origen para buscar mejores condiciones de vida en otras regiones. Ante los riesgos que amenazan sus vidas, los centroamericanos, caribeños, sudamericanos, etc., se lanzan a la aventura.
Depende del lugar que parten, los sin papeles tienen que cruzar zonas áridas, selvas y someterse a los climas extremos. A los obstáculos naturales de esos viajeros debe sumarse la participación de las autoridades migratorias y delincuencia organizada para extorsionarlos y, como ocurrió en varios casos, asesinarlos.
Los indocumentados tienen que recorrer miles de kilómetros para llegar a su meta. El transporte que esté a la mano es el que se utiliza para el viaje. Recientemente, miles de ilegales, muchos con su familia, tuvieron que enfrentar la paralización de los trenes de carga, principalmente en el norte de país. Los empresarios decidieron frenar la migración que cada día crece, incontenible.
Se reanudó el movimiento de trenes y los indocumentados siguieron su viaje, con la esperanza de llegar a Estados Unidos; mientras el problema migratorio en los diferentes países latinoamericanos. Los gobiernos de esos países ya se acostumbraron a vivir con el problema que desean erradicar, pero con discursos.
Algunas veces las autoridades mexicanas y estadounidenses se refieren a la necesidad de invertir recursos económicos para la creación de empresas y la lógica creación de fuentes de empleo. Sin embargo, eso no ocurre y el asunto de la migración resurge en las campañas políticas.
Si bien es cierto que el problema del desempleo golpea a los países latinoamericanos, no es lo único que presiona a las personas a dejar sus pueblos. También la pobreza es otro de los factores que obligan a la gente a buscar nuevas formas de vida. Además, los migrantes huyen de la violencia, derivada de las luchas entre los grupos de la delincuencia organizada.
En México, el fenómeno migratorio es tratado con indiferencia. Es errática su política para manejar la crisis de los indocumentados. En las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) es exagerada la tardanza en la atención a los indocumentados, que cansados de esperar optan por iniciar su viaje en condición de ilegales en el territorio nacional.
Recientemente, en Ciudad Juárez, Chihuahua, 40 indocumentados que iban a ser deportados perecieron en un incendio en un inmueble del INM. Por otra parte, los ilegales perecen en accidentes en la carretera o son secuestrados y asesinados. Son múltiples los casos en los que las autoridades participan en las agresiones a los migrantes.
Hace varios días, un juez declaró culpables a 11 ex policías de Tamaulipas por el asesinato de 19 personas, 17 de ellas migrantes centroamericanos y dos de origen mexicano. La agresión a los extranjeros ocurrió en enero de 2021.
El tejido social es afectado cuando los jóvenes, niños, etc., deciden vivir la aventura de llegar a Estados Unidos. Los menores de edad corren la misma suerte que los adultos, sin medios para defenderse son víctimas, igual que los adultos, de la delincuencia, concretamente de los llamados “coyotes”.
Continúa, pues, pendiente, la solución del problema migratorio. No será con buenas intenciones como se resolverá. Erradicar las causas que lo originan es una idea positiva, pero insuficiente, debido a la lentitud en la obtención de resultados.
¿Usted qué opina amable lector?