Xóchitl va que va
Freddy Sánchez martes 19, Sep 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Dos opiniones acerca de la corrupción que se atribuye a Xóchitl Gálvez.
La primera: Que es justo y correcto sacar a flote las irregularidades de quien aspira a gobernar este país y por eso hay que llegar hasta las últimas consecuencias tope en lo que tope.
La segunda: Que las acusaciones son más bien embustes que pretenden enlodar la reputación de quien se ha convertido en un “dolor de cabeza” para el presidente López Obrador, a causa de la creciente popularidad que le han dado las críticas en su contra.
Hasta dónde entonces habrán de llegar los actos de autoridad si en verdad se ha puesto “bajo la mira de la ley” a la representa de la oposición que a diferencia de otros prospectos realmente viene creciendo en el ánimo social de quienes no están de acuerdo con el gobierno en turno y quieren que termine la era de la 4T.
Lo contrario, naturalmente, de esa otra parte de integrantes de la sociedad que están más que contentos con el gobierno de AMLO y su empeño en apoyar a los futuros candidatos de Morena parece más que “cantado”.
Eso, obviamente, incluye la unificación morenista y de sus partidarios en torno a la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum.
Un asunto que se consolidó con la actitud de solidaridad hacia la ex jefa del Gobierno de la Ciudad de México, dada a conocer públicamente sin ningún reparo por la mayoría de los aspirantes al mismo cargo partidista y quienes formaron parte de sus equipos de trabajo en sus respectivas acciones proselitistas. Lo cual dejó a Marcelo Ebrard (único insatisfecho con la contienda interna de Morena para designar su candidatura presidencial), sin mucho por hacer en cuanto a restarle apoyos a la ganadora.
Así que en apariencia, por lo menos, la unidad en torno a la candidatura de Claudia ha quedado absolutamente garantizada entre los militantes del partido gobernante y los simpatizantes y leales seguidores de Andrés Manuel.
De modo que, Movimiento de Regeneración Nacional, según podría pensarse, está en mejores condiciones para ganar las elecciones de 2024 que los partidos políticos que decidieron ir unidos a la lucha por la primera magistratura y demás puestos electorales en disputa.
Y una pregunta es necesaria ante dicho panorama: Por qué entonces el afán de buscarle una “historia negra” de corrupción a Xóchitl Gálvez con la aparente consigna de hacerla ver como un personaje más que siniestro de la política nacional.
Las imputaciones sobre supuestos trafiques con los contratos de servicios conseguidos en el gobierno por parte de una empresa familiar, además de la construcción irregular de una residencia en la alcaldía antes delegación política donde estuvo como encargada de la administración y demás sarcasmos y burlas sobre su persona y sus orígenes indígenas, qué es exactamente lo que se proponen.
Porque si se trata de evidencias de corrupción que se pueden acreditar indubitablemente, es de mencionar que quienes defienden a la acusada parecen tener razón al decir que las acciones penales en su contra se están tardando o de plano son falsas y sólo pretenden desacreditarla.
De ser esto último lógicamente el propósito de “enlodar” la reputación de aludida se ha traducido en un rotundo fracaso entre millones de simpatizantes de su candidatura presidencial al tal grado de que sin importar cuando se siga diciendo en contra de la candidata de la oposición no son pocos los que en tono de reto aseguran que Xóchitl va que va.