El poder de las mafias
Freddy Sánchez martes 12, Sep 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
No votar por “la mafia del poder” y no hacerlo por “la mafia del no poder”.
Tal parece que en ese propósito se centrará la propaganda electoral a favor y en contra de Morena y la oposición. En un “toma y daca” de increpaciones acerca de sus errores, deliberadas fallas y habituales actos de corrupción, que unos les achacan a otros y viceversa.
Como si los gobiernos que precedieron el acceso al poder presidencial de Morena y éste mismo grupo político, en vez de cosas positivas para México sólo fueran responsables de sus más terribles males. La corrupción e inseguridad, en primer lugar.
Eso, en lo que reiteradamente el gobierno de AMLO culpa a sus antecesores, siendo que no pocas voces que tuvieron poder en aquellos gobiernos lo mismo hacen tildando al régimen en turno de incompetente para remediar los graves problemas que tanto afligen a millones de habitantes de México. Acusaciones idénticas salen del Palacio Nacional y llegan hasta ahí diciéndose mutuamente culpables de que la corrupción subsista y el crimen organizado en vez de aminorar incremente su dominio en territorio nacional. Ambas cuestiones atribuidas a que en anteriores administraciones (conforme a lo que insistentemente afirman integrantes de la 4T), se dieron confabulaciones con corruptos y delincuentes.
Lo que se dice también de quienes actualmente asumen mandos institucionales y a pesar de haber cumplido la mayor parte del sexenio que les ha tocado gobernar, sus resultados no satisfacen por obvias razones. En el caso de la delincuencia organizada debido a que los cárteles operan prácticamente con impunidad, a pesar de la detención de algunos mafiosos.
Y por cuanto a la lucha contra la corrupción se refiere, a causa de que de todos aquellos que tanto se mencionan como coludidos en conductas deshonestas casi ninguno ha pisado un ministerio público habiendo ocupado altos cargos en gobiernos del pasado.
Casi lo mismo que sucede con los que en esta administración sexenal son objeto de sospecha por presuntas corruptelas en el ejercicio de sus funciones sin que se los investigue y mucho menos haya habido condenas carcelarias en su contra.
En ese sentido, cierto es que la aplicación de la ley se ha visto en distintos casos del pasado y presente de la corrupción oficial, pero entre lo que se esboza de toda la inmoralidad delictiva sucedida en otros regímenes y el que está en tránsito, lo que se ha logrado para castigarla es insuficiente.
De modo que nada extraño sería que ante el imperio de la ley no sean pocos riendo a carcajadas los mafiosos que cometen toda clase de crímenes y quienes antes como antes y ahora como ahora fueron y son presuntos responsables de corrupción y siguen gozando de impunidad.
Así las cosas, el material electoral del que podrán echar mano los señores de Morena y de la oposición, manteniendo su postura de jueces morales de su contraparte, obviamente será abundante de los dos lados.
Porque quieran o no verlo de ese modo, los que buscan empleos electorales para el futuro, las suspicacias en su contra por posibles ineptitudes o complicidades en asuntos del crimen organizado y de corrupción institucional, lo mismo afectan la imagen de militantes del partido en el poder como de quienes pretenden recuperarlo.
Como si lo que estuviera en competencia electoral fuera el poder de las mafias.