La aventura del PRI
¬ Augusto Corro martes 12, Sep 2023Punto por punto
Augusto Corro
Los partidos opositores viven tiempos. Su sobrevivencia dependerá de los resultados del proceso electoral presidencial de 2024.
Si las organizaciones políticas buscan triunfos contundentes, primero deben apoyarse en la unidad.
No se ve claro que los institutos políticos vayan por ese camino. ¿Cómo puede ofrecer unidad un partido que en su interior se encuentra dividido?
Parece que la unidad partidista no se toma en cuenta debido a que cada quien lucha por sus propios intereses.
En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tenemos el ejemplo más claro de la lucha interna que alimenta el divisionismo. El próximo 15 de septiembre termina el tiempo de gobernar de Alfredo Del Mazo Maza, en el Estado de México (Edomex).
Con el adiós del mexiquense el Revolucionario Institucional se queda vacío el último baluarte importante del tricolor.
Como se sabe, Delfina Gómez, de Morena, será la nueva gobernadora del Edomex, primera mujer en ocupar ese cargo.
El PRI es de los partidos que durante décadas mantuvo el poder; sin embargo, su poder se debilitó poco a poco.
En el año 2000, el panista Vicente Fox ganó la Presidencia de la República y se acentuó la decadencia del priismo.
Los blanquiazules aprovecharon la situación para mantenerse en el poder. Así, en una elección fraudulenta, el michoacano Felipe Calderón, continuó como Presidente.
En el 2012, el PRI recibió un tanque de oxígeno para seguir con vida. Regresó a la ruta del triunfo.
Ganó la Presidencia de la República el mexiquense Enrique Peña Nieto. Una gran oportunidad para rescatar al PRI de sus derrotas, pero no se hizo.
En 2018, Morena arrasó y dejó en la lona a los partidos políticos opositores. A partir de ese año, los antiolopezbradoristas siguen sumidos en las derrotas.
Sin duda, las pugnas internas en el Revolucionario Institucional fueron determinantes para debilitar las bases partidistas.
Quizás la presencia de su líder, Alejandro Moreno “Alito” fue una de las causas del descontento interno.
“Alito” no trabajó por la unidad, sino para mantenerse en el poder. Los principales representantes del priismo, inconformes con el dirigente, le exigieron la renuncia.
Ocurrió lo contrario. El líder se fortaleció, pues le ampliaron su tiempo al frente del partido, e hizo a un lado a sus adversarios.
En medio de ese divisionismo, el PRI participó en la designación del candidato opositor que competirá en busca de la silla presidencial.
Los priistas participaron con la aspirante Beatriz Paredes, quien tiene una importante experiencia política. Pudo hacer un buen papel como representante del tricolor, pero no tuvo el apoyo necesario de su partido.
El método de la designación no se hizo completo y los propios dirigentes priistas optaron por sumarse a la cargada de Xóchitl Gálvez, quien resultó vencedora.
A estas alturas de precampañas y campañas electorales rumbo al 2024, en el PRI tienen las esperanzas de mejorar su condición de partido político, casi en vías de extinción.
El tricolor estaría en condiciones de seguir los pasos del Partido de la Revolución Democrática (PRD), casi desaparecido, que ahora es administrado por sus dueños “Los Chuchos”, Jesús Zambrano y Jesús Ortega.
En el presente, no se ve la forma en que el PRI recupere su poderío como partido político en sexenios pasados.
El próximo 15 de septiembre, el priista Alfredo Del Mazo, el último eslabón del Grupo Atlacomulco, se despedirá de los mexiquenses, pues termina su gestión como gobernador.
Por su parte, Alejandro Moreno “Alito” planteó la posibilidad de expulsar a Alfredo Del Mazo del partido, por su sumisión al gobierno de López Obrador.
¿Cuál será el futuro del PRI tras los resultados de las elecciones presidenciales?
¿Usted qué opina amable lector?