El drama de Coahuila
¬ Augusto Corro viernes 15, Jul 2011Punto por punto
Augusto Corro
- Proceso violento de muerte y miseria
- Denuncia del obispo Raúl Vera
- Niños trabajan para los narcos
El llamado tejido social se encuentra hecho añicos en Coahuila. La población vive en la zozobra, pues la violencia ya se adueñó de ese territorio. Las desapariciones forzadas son el pan de cada día. En los últimos seis meses se registraron 300 ejecuciones. Los niños son contratados por los narcos para que trabajen como halcones.
Este panorama fue presentado por el obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera, durante su presencia en la Basílica de Guadalupe, a donde llegó acompañado de peregrinos de su diócesis a rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, como lo hace cada año.
El obispo Raúl Vera, defensor de los derechos humanos, ofició una misa en el templo mencionado y durante la homilía se refirió a la tragedia que viven los coahuilenses en todos los órdenes de su vida social y política.
Se trató, pues, de una radiografía detallada que debe mover a la reflexión, a propios y extraños, con el propósito de encontrar caminos para erradicar el sufrimiento, el miedo y el terror, y “salir del proceso violento de muerte y miseria” al que se encuentran sometidos amplios sectores de la población mexicana, no solamente en Coahuila.
Después de la ceremonia religiosa, el obispo concedió una entrevista en la que señaló que los narcos “están reclutando niños porque los están usando de halcones; ya hay muchos pequeños que nada más están parados en las esquinas de las colonias informando y sabemos que les dan hasta mil 500 pesos semanales”.
Dijo que se trata de menores, en general varones, que apenas llegan a los 12 años.
A continuación presentamos, parte de lo expresado por el obispo Raúl Vera, durante la homilía:
“En Coahuila, en los últimos seis meses, según el recuento de un diario de Saltillo tenemos 300 ejecuciones. La PGR en su web oficial reporta de 2006 a 2010, 654 muertes en eventos violentos en Coahuila. El Centro de Derechos Humanos de la Diócesis tiene documentadas 185 desapariciones forzadas en el estado y las autoridades estatales han recibido 219 denuncias de desaparición de personas.
“También sabemos que hay decapitados, extorsiones, desplazamientos de poblaciones pequeñas, propiciadas por personas de la delincuencia organizada, agresiones a edificios públicos, concretamente en Saltillo la presidencia municipal y las instalaciones de un partido político.
Hemos tenido en la zona norte del estado saqueo, quema y destrucción total de viviendas en algunas ciudades, en espacios céntricos y a plena luz del día. Coahuila ocupa el tercer lugar en el país en agresiones a reporteros e instalaciones de medios de comunicación.
“Los mineros del carbón continúan esperando justicia. Después de la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, en febrero de 2006, que permanece impune, a la fecha han muerto otros 61 mineros, por lo menos. Los así llamados pozos del carbón son trampas mortales, que no cumplen en lo mínimo la norma mexicana ni los requisitos internacionales de seguridad para las minas donde se extrae carbón. Las personas dañadas por el huracán “Alex hace” casi un año en la zona del desierto, siguen hasta la fecha esperando la reconstrucción de sus habitaciones, pues solamente fueron dotadas de un cuarto de mínimas medidas -eso las personas que recibieron ese servicio pues muchas ni eso-. Muchos perdieron sus sus animales y todos sus haberes domésticos. La solución para la mayoría ha sido mínima. A esto se agrega la sequía que ha hecho sus estragos en la zona, sus animales mueren, no tienen agua potable y la producción de alimentos para el sustento de sus familias está en grave riesgo.
“Las agresiones a los migrantes han aumentado; los voluntarios alemanes que por muchos años estuvieron apoyando a Belén, Posada del Migrante se retiraron del lugar en junio pasado por las amenazas recibidas por grupos delictivos”.
En relación a las elecciones efectuadas en aquel estado, el 3 de julio del presente año, el obispo dijo:
“Desgraciadamente, la esperanza que representaba para nosotros los coahuilenses el pasado proceso electoral, para cerrar filas en torno a un proyecto para salir del proceso violento de muerte y miseria en que vivimos, pasó en medio de condenas y reproches entre los candidatos, que dejaron de lado los retos que al proyecto político le representa la situación actual de Coahuila, sumido en la violencia y el desconcierto social, en la destrucción de las instituciones y en el empobrecimiento creciente. Los partidos se valieron de las clásicas trampas puestas a la ciudadanía empobrecida, para aprovechar su necesidad y comprarle el voto, moverla a votar por medio de promesas de índole inmediatista y no mediante una agenda política madura, que garantice la reestructuración profunda del estado.
“El 60 por ciento de los ciudadanos registrado en el padrón electoral acudió a las urnas, lo que demuestra la buena disposición de los coahuilenses para encontrar una solución política a los problemas del estado.
Qué pena que los partidos políticos solamente vieron en la ciudadanía carne de cañón para seguir aplicando los clásicos métodos de manipulación de los electores e inyectar así una fuerte dosis de regresión al Estado autoritario y paternalista. Se enfrascaron así en metodologías que se vienen utilizando desde hace cincuenta años, ignorando la emergencia social mediante la vivencia de los valores democráticos, pues solamente por ese camino se puede enfrentar la arrolladora destrucción social que está provocando el crimen organizado con sus complicidades dentro del Estado mexicano y la iniciativa privada.
“La mordaza a los medios de comunicación y la corta visión social en el proyecto político de la función pública, que privilegia el prestigio necesario para mantener la carrera política de los funcionarios, han rodeado de silencio los graves acontecimientos violentos que vivimos día con día en nuestro estado. Esto significa un retraso para la búsqueda de soluciones, porque si lo que se busca es difuminar los acontecimientos y no enfrentarlos para llegar a una solución efectiva, lo que prevalecerá será la impunidad. De este modo los ciudadanos, sin la información suficiente que les lleve a tomar conciencia real de lo que está pasando, se expondrán más a la muerte, pues no sabrán adoptar las medidas necesarias para protegerse junto con sus respectivas familias, ante los riesgos que corren”.
Mientras tanto, feliz fin de semana.