Violencia y degradación social
Luis Ángel García viernes 18, Ago 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
En las últimas semanas se han registrado diversos eventos criminales que exhiben no sólo el clima de inseguridad que vive el país, sino la degradación social que sufrimos los mexicanos. Ante un gobierno impotente para combatir a la delincuencia y bajar la incidencia de los ilícitos, se incrementa la violencia e impunidad y conocemos de nuevas conductas humanas que hablan de la descomposición social por la pérdida de valores.
Desde hace tiempo -ahora en desuso por la inmediatez de otras plataformas-, hizo su aparición un portal de nota roja, aparentemente administrado por grupos criminales, El Blog del Narco, que difundía videos con ejecuciones, descuartizamientos, torturas a sicarios de grupos rivales, castigos crueles o degradantes de empleados de narcos por deficiencias en el trabajo o traiciones, decapitaciones, donde los verdugos, sin remordimiento, ejecutaban sus labores. Indiferencia, amoralidad y hasta gusto se observaba en el ejercicio de sus encomiendas. No había comportamiento ético o de piedad con las víctimas.
Ahora, en las noticias vemos cabezas sobre el cofre de vehículos, cadáveres apilados a orillas de las carreteras o en las calles de las ciudades, se mostra, también, con intención amenazante o didáctica la labor de los “pozoleros” que desintegran cuerpos en botes con ácido, decenas de migrantes ejecutados por el crimen organizado por negarse a pagar rescates o no querer ingresar a las filas de los sicarios. Escenas fuertes que hablan de una crueldad inusitada, donde los criminales no demuestran moral, valores sociales o éticos, compasión o remordimientos. No son extraterrestres, son mexicanos que han perdido toda ética, sin principios familiares, ajenos a todo compromiso con el pacto social y que son producto de la pérdida de valores.
Esa etapa no se ha superado y se manifestó recientemente en Veracruz con los cuerpos, descuartizados, en congeladores dentro de dos casas, sin que se conozca el motivo de por qué mantener así a las víctimas. En Jalisco, cinco jóvenes fueron ejecutados sin que se localicen sus cuerpos. Aquí no sólo es reprobable el secuestro de ellos, sino el video donde se observa que los criminales obligan a uno de los amigos a golpear, patear, desfigurar con una piedra a la víctima y luego degollarlo. Esa es una expresión más perversa de la degradación social, corromper así a un joven para hacerlo un homicida, dar muerte a su fraterno.
Pero esa degradación no es privativa del crimen organizado, también es hoy una conducta individual de psicópatas que se han exteriorizado ante la pérdida de valores sociales. Tal es el caso de lo ocurrido con un prepotente especialista en artes marciales y boxeo que agredió a un joven en un Subway en San Luis Potosí porque no lo atendió y haya osado pedirle que tomara su turno. Casi mata al muchacho, pero no mostró remordimiento y ya tenía antecedentes similares de su arbitrariedad criminal. El otro caso es el del barbaján que mató a una mujer indefensa a puñaladas en pleno día; la víctima se dirigía al trabajo cuando fue agredida por un rufián que huyó del lugar cuando la enfermera se desangraba en la vía pública, ya no pudo festejar su cumpleaños.
Esos no son casos aislados, sólo son los conocidos por las cámaras particulares que grabaron los eventos, pero pareciera que como sociedad ya normalizamos la violencia y poco se hace por rescatar los valores sociales. La ola de violencia, criminalidad e impunidad que vivimos no sólo es producto de la ineptitud de los gobiernos, de la ausencia de una estrategia de seguridad y el fracaso de la política de abrazos, no balazos, también es resultado de la descomposición social que se da desde la familia, la cual no ha sabido inculcar en los niños los indispensables valores morales que requiere todo país. Se incuba desde el hogar la falta de respeto a personas y reglas, se es permisible la violencia familiar que después se manifiesta en las calles. Sicarios y psicópatas son personas que desde su casa perdieron toda moralidad. Frenemos esa degradación.