Desapariciones en México
Luis Muñoz miércoles 16, Ago 2023Segunda vuelta
Luis Muñoz
Según cifras oficiales, en México desaparecen 14 personas cada día, en promedio, y no hay autoridad local ni federal que dé una respuesta favorable a los familiares que tienen que utilizar los medios a su alcance para realizar la búsqueda que corresponde a la autoridad.
Uno de los casos más recientes es el de Ricardo Elizondo Velázquez, desaparecido desde el 26 de julio de este año en el centro de Guadalajara, Jalisco, uno de los estados con mayores índices de desapariciones, junto con Tamaulipas, Veracruz, Chihuahua, Oaxaca y Sonora.
Durante la presentación de su informe de seguridad en el estado correspondiente a 2022, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez presumió una disminución del 11% en los casos de desapariciones, pero eso no es más que una falacia. Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad ha documentado que hay más de 100 mil personas en México en esta situación, cifra que debería ameritar por sí misma toda la atención pública y el empeño de las autoridades para resolver estos miles de casos que, en su mayoría, están archivados.
Al papá de Ricardo, Eugenio Elizondo, le asiste la razón cuando expresa su indignación por la respuesta de la autoridad: “quizá él se lo buscó por viajar solo”. De las autoridades judiciales no hay que esperar mucho: su apatía, desdén e ineficiencia demuestran que poco les importa la vida de sus semejantes o, en el mejor de los casos, no están preparadas para realizar su labor. Los datos disponibles permiten dimensionar el tamaño de una tragedia sin comparación en el mundo; tan sólo entre 2006 y 2022, 83,761 personas han entrado al eufemismo de las estadísticas oficiales de ser consideradas personas desaparecidas o no localizadas.
El dolor y la impotencia de los familiares debería ser razón suficiente para que los funcionarios se abocaran a la búsqueda de personas desaparecidas, como un gesto de empatía con las víctimas, o al menos cumplir con su obligación porque para eso están y para eso se les paga. El Comité contra la Desaparición Forzada (CED) ha hecho patente su dolor porque a pesar de todos los esfuerzos realizados por las víctimas, sus allegados y las organizaciones que las acompañan, las desapariciones continúan ocurriendo a diario en México, reflejo de un patrón crónico de impunidad.
Hoy, nuevamente, el CED urge a México a implementar las recomendaciones contenidas en los informes para cumplir con sus obligaciones internacionales y atender prioritariamente las demandas de las decenas de miles de familiares y amigos de personas desaparecidas en el país.
¿Dónde está Ricardo y las miles de personas desaparecidas?
Eugenio Elizondo, padre de Ricardo, lamenta la falta de empatía de las autoridades cuando tienen enfrente a un familiar de una persona desaparecida. No entienden su dolor y solo reciben respuestas banales.
Rodrigo Elizondo (hermano de Ricardo) dijo a un medio de comunicación: “No culpamos a nadie, queremos saber cuáles son las líneas de investigación, que se centren en dónde estuvo y con quién; sólo deseamos dar con su paradero”. La mamá de Ricardo, la señora Tere Velázquez, terriblemente abatida, pide que le devuelvan a su hijo sano y salvo.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas ha sido muy claro: “No hay excusa que alcance para justificar la irresponsabilidad de los gobiernos en México frente al aumento en el número de personas desaparecidas en los últimos tres sexenios. Aunque la ausencia de mujeres y hombres de todas las edades ha trastocado la vida de miles de familias y amigos, no ha habido gobierno que las localice y que tome acciones para prevenir que más personas desaparezcan”. Aunque duela, hay que reconocer que el Estado Mexicano nos ha fallado a todas y todos por su incapacidad para resolver qué sucedió con el paradero de las personas, encontrar a los responsables y reparar el daño de cientos de miles de familias. Sin acciones coordinadas para que los diferentes gobiernos se hagan cargo de su responsabilidad, en México seguirá prevaleciendo la impunidad, señaló. Miles de familias mexicanas exigen hoy una justicia que no llega. Cuando el gobierno les niega además un espacio público para conmemorar a las personas que les faltan, las re victimiza. Les niega la justicia y les impide la memoria.
Un reclamo generalizado es que no habrá justicia en este país hasta que no se sepa qué pasó con cada una de las personas que los registros oficiales consideran como desaparecidas y no localizadas. No hay compromiso que no sea más que promesas vacías hasta que el Estado pueda garantizar búsquedas profesionales por los desaparecidos y no relegue su responsabilidad a las familias de las víctimas.
No tendremos certezas sobre la dimensión del problema hasta que no conozcamos el número de personas que no se cuentan en estos registros. Ninguna autoridad en el gobierno puede estar tranquila hasta que a todas las familias se les garantice el derecho de saber qué pasó con los suyos.
La búsqueda de personas desaparecidas es un reclamo permanente que no encuentra eco en las fiscalías. Por esa razón, la CNB reconoce la importancia de la capacitación para la profesionalización y actualización de las personas servidoras públicas cuyas funciones tienen como objeto localizar a las personas desaparecidas.