Justicia según la 4T
¬ Luis Ángel García lunes 7, Ago 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El hombre que pregona todos los días que no es vengativo y que no tiene enemigos sino adversarios ha hecho, desde el inicio de su sexenio, de la justicia un instrumento para la venganza política, la persecución de opositores, el linchamiento social y el encubrimiento de personajes afines. En el gobierno de la 4T se aplica el apotegma juarista de a los amigos justicia y gracia, a los enemigos solo la aplicación de la ley.
Bajo el amparo de la promesa de campaña de que se perseguiría a los corruptos, se inició una cacería contra empresarios bajo el argumento de que eran evasores fiscales e incluso se despidió a cientos de trabajadores del SAT con el pretexto de que encubrían a malos contribuyentes. También se persiguió al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, y al empresario ex propietario de Altos Hornos de México, Alonso Ancira, por la venta fraudulenta de una planta de fertilizantes a la paraestatal.
Entonces se inició el uso faccioso del aparato de justicia como brazo inquisidor para la persecución política, no con buenos resultados, pero excelente instrumento de cobro para que el gobierno se hiciera de dinero para financiar sus programas clientelares a través de la figura del testigo colaborador. Poco importa capturar al ex presidente Enrique Peña Nieto y a su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, por los cochupos realizados desde la petrolera estatal, sino sacarle 30 millones de dólares al ex colaborador del mexiquense o ingresar a las arcas los 216 millones de dólares que pactaron con el ex dueño de AHMSA para redimirlo de sus actos de corrupción.
Curioso el evangelio cuatroteista que como moderno Torquemada persigue a sacrílegos y herejes corruptos que roban en beneficio propio y a los que se les perdonan sus pecados no con cárcel sino con jugosos diezmos reparadores del daño patrimonial. En cambio, si roban “poquito” —los del PRI robaban más, aunque no aplica con el caso Segalmex—, y es para la causa, se encubren esos ilícitos y otras responsabilidades como el trágico desastre en la línea 12 del Metro, cuyos muertos fueron causados por la corrupción en la construcción y falta de mantenimiento en el STC y del que son corresponsables dos de las “corcholatas” presidenciales.
También van tras el dinero de Genaro García Luna y no por ser soplón o querer resarcir algún daño a la nación, sino por esa ambición recaudadora de la 4T para tapar el boquete financiero que provocan los programas sociales y su uso electorero.
Pero también tienen en las fiscalías, como la de la CDMX, otro brazo vengador que está listo, no para procurar justicia —ahora hasta la SSC les hace el trabajo de investigación y detención—, sino para meter a la cárcel a personajes incómodos al régimen con la invención de delitos o apresuradas carpetas de investigación con la complicidad de jueces de consigna, como sucede con la “justicia” veracruzana. Aquí exoneraron con una rapidez inesperada a las “corcholatas” presidenciales por la tragedia del Metro elevado, pero se encargaron de refundir en prisión a la dueña del Colegio Rébsamen con una sentencia casi perpetua, caso del que salió impoluta la ex jefa de Gobierno y quien era la alcaldesa en Tlalpan cuando se otorgaron los permisos de construcción. Una disculpa fue todo su castigo.
Ahora, la vengativa aspirante presidencial —digna discípula del inquilino en Palacio Nacional—, no descansó hasta que su fiscal “carnala” aprehendió a su homólogo de Morelos, no para esclarecer un posible feminicidio, sino por contradecir a la aspirante presidencial en un controversial peritaje.
Así es la justicia en los tiempos de la 4T. Moderna Inquisición para los opositores y encubridores de los delincuentes canteranos. Justicia y gracia para los amigos, la aplicación irrestricta de la ley para los enemigos.