Dime de qué presumes…
¬ Luis Ángel García viernes 28, Jul 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
De nueva cuenta, el gobierno de la 4T manipula las estadísticas y presume una numeralia que no corresponde a la realidad ni a las cifras con valor absoluto. Por más que los voceros de Palacio Nacional pretenden hacer creer a la opinión pública que comienza a dar resultado la política de abrazos, no balazos y que en el quinto año de gobierno empieza a descender la incidencia delictiva, sobre todo en los homicidios dolosos, porque se combate la pobreza con las becas a los ninis, que ya no tienen necesidad de reclutarse como sicarios, la terca realidad comprueba que es una falacia la narrativa oficial.
Cierto, hubo una disminución de los asesinatos en 2022, respecto de 2021, según el Inegi -aunque hay que empezar a dudar de su rigor científico-, pero no del 15 por ciento como lo anunció y presumió el mandatario, sino del 9 por ciento, pero en el acumulado de lo que va del sexenio, las muertes suman más de 161 mil, número muy superior a los registrados en las administraciones de Zedillo a Peña Nieto, y todavía falta un año para el cambio de estafeta.
Otro argumento falaz es que se combate a la pobreza como detonante de la criminalidad y que los jóvenes, como reciben una beca, dejan de reclutarse como sicarios, “halcones” o “mulas” de las mafias. Los programas asistenciales o sociales no atacan de raíz las causas de un fenómeno tan complejo como es el crimen organizado; los recursos que se destinan a los “ninis” sólo son un paliativo que cumple con un objetivo electorero. De tal suerte que es falsa la premisa de que acciones como “jóvenes construyendo el futuro” o “sembrando vida” disuaden a ese sector de la población de desmarcarse de los grupos criminales, quienes les ofrecen muchos más ingresos y una forma de vida efímera, pero “exitosa”, con lujos que no tienen con las “becas”.
Si realmente el gobierno quisiera arrebatar a los pubertos de las manos de la delincuencia, tendría que empezar por reconstruir el tejido social, inculcar más valores familiares, morales y éticos desde la infancia, proporcionar una educación de calidad en todos los niveles y garantizar la generación de empleos bien remunerados. Mientras esas condiciones no se den, difícilmente los ninis dejarán de engancharse con las bandas delictivas. Además, el gobierno sabe que no está erradicando la pobreza, ya que la falta de una política económica para el desarrollo ha provocado la generación de cinco millones de nuevos pobres, un millón por año, los cuales sobreviven de los programas asistencialistas.
Otro fracaso de este régimen es que no ha podido frenar el éxodo de mexicanos que buscan del otro lado de la frontera la posibilidad de tener un mejor nivel de vida, oportunidad que les niega su propio gobierno en su país. Pero eso sí, presumen los récords de las remesas como triunfo de una inexistente estrategia económica que prefiere alentar el consumo interno con dinero que mandan los paisanos a sus parientes que apoyar la creación de fuentes de trabajo. Las remesas son el doble de la inversión extranjera directa.
Así que no hay nada qué presumir. Falló la política de seguridad pública, las dádivas gubernamentales no son atractivas para disuadir a potenciales sicarios, no hay empleos bien remunerados ni educación de calidad que garantice la formación de profesionistas competitivos en un mundo globalizado. Este será el gobierno más sangriento de la historia con doscientos mil asesinatos en seis años, por más que quieran manipular las estadísticas.