La polarización de la economía
¬ Luis Ángel García miércoles 26, Jul 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El discurso de odio, la estrategia permanente de polarizar a la sociedad, de dividir a los ciudadanos, de mantener una narrativa de antagonismo social, alienta la visión maniquea de interpretar la realidad y eso trasciende al mundo de la economía.
Es indiscutible que, en un afán por destruir el modelo económico de los mal llamados neoliberales, el gobierno de la 4T se apresuró a destruir programas, acciones e instituciones sin tener un proyecto de políticas públicas financieras y mucho menos un plan nacional de desarrollo; es más, pretendieron cambiar los indicadores de desarrollo o crecimiento por variables intangibles de bienestar. Así construyeron un México color de rosa, donde ya no había pobreza y la igualdad campeaba por todo el país, además de haber combatido la corrupción, contar con un peso fuerte, frenar aparentemente la inflación, sostener que no han endeudamiento público y presumir la bandera de las remesas como un gran logro del gobierno, como el recuperar empleos y mantener la inversión privada. Creen que la han hecho tan bien que hasta quieren patentar su modelo de “planeación económica”.
Pero la terca realidad muestra la otra cara del manejo maniqueo de la economía. Sí hay un peso fuerte por factores externos y por la relocalización del capital extranjero, mucho de ello como reinversión, y el nearshoring, al que todavía se tiene desconfianza. Pero una moneda fuerte no necesariamente implica una economía sana ni representa una mejora en la población. Destacan el récord en divisas enviadas por los paisanos -afrenta de todo gobierno ineficiente que no puede retener su mano de obra-, pero la fortaleza del peso hace que las familias beneficiarias reciban menos ingresos por la nueva paridad; así que para que esa gente pueda mantener su nivel de consumo, le tendrán que mandar más billetes verdes sus parientes. Otro sector afectado es el de las exportaciones que recibe menos dólares por sus productos y mantienen los mismos costos de producción. Así que no necesariamente el peso fuerte repercute favorablemente en nuestra economía.
También es cierto que la inflación se ha contenido, pero la inflación subyacente, la que incide en los precios al consumidor, no cede y ello se traduce en los costos de la canasta básica, la que mantiene todavía en un alto porcentaje la pobreza laboral.
Dice el inquilino de Palacio Nacional, y sus voceros lo replican, que vamos requetebién y que somos el país con más empleo, pero lo que no aclaran es que la mayoría de las fuentes de trabajo las genera el comercio informal, la que representa el 60 por ciento de la economía nacional, pero que no da seguridad social ni prestaciones a sus trabajadores ni paga impuestos. Por cierto, también presumen su gran recaudación hacendaria, la cual han logrado no por los impuestos de una mayor base tributaria, sino por la persecución fiscal de empresarios. Ocultan el endeudamiento público, pero es obvio que para hacer frente a los programas gubernamentales y aunque no hay mucha obra pública, se tiene que recurrir al financiamiento externo. El turismo es otra industria que no se ve muy favorecida por la paridad, ya que, si bien los mexicanos pueden viajar más con un dólar barato, la industria sin chimenea nacional capta menos pesos.
Así que la visión maniquea de la economía no necesariamente trae crecimiento y desarrollo, porque los parámetros de bienestar solo ocultan la pobreza. Olvídense de patentar un modelo que crea un imaginario mundo feliz.