Presidente candil de la calle
Armando Ríos Ruiz lunes 24, Jul 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La actual administración representa el sexenio de la impunidad. El arribo al poder de la delincuencia. El despliegue de las armas a la vista de la población pacífica y trabajadora. La incorporación del crimen a las tareas cotidianas y normales de la vida diaria. El cinismo. El descaro de los políticos que dialogan con los delincuentes a la vista de todos. Sin ningún rubor ni preocupación. Caso Chilpancingo y en suma, la desgracia que representa un gobierno complaciente con esa clase que sólo sabe sembrar miedo, destrucción y muerte.
En el estado de Guerrero, por ejemplo (aunque en cualquiera otro, como Tamaulipas, Veracruz, Michoacán, etc.), el gobierno local y los ayuntamientos se exhiben junto a los malosos sin ningún recato. Les basta decir que sus juntas obedecen a cualquier actitud que no está fuera de la ley, como si los ciudadanos fueran retrasados mentales. Les basta pregonar que no protegen a los malos, sino a los buenos, aunque las evidencias demuestran exactamente lo contrario.
¿Qué ha hecho México para merecer semejante karma, que hoy nos hace pagar a la inmensa mayoría? Vivimos en un país en donde muchos mexicanos se niegan a darse cuenta de lo que pasa. Que cierran los ojos a la realidad que ofrece el Presidente, de quien parecen realmente enamorados a pesar de sus notorias incongruencias. En donde la encargada de la seguridad afirma cada vez que puede, que, como el frio, la incidencia delictiva ya bajó a menos cero.
Las mujeres buscadoras iniciaron un peregrinar de protesta incansable, sin lograr obtener un hálito de misericordia de los que ejercen el poder. Han realizado marchas a lo largo del territorio nacional y en esa desesperación, inclusive, han intentado negociar directamente con las sociedades de delincuentes para que amainen sus desapariciones y en cierta medida, mejor han encontrado eco en ellos que en la misma autoridad encargada de administrarles protección.
Estos intentos, por el contrario, han dado al gobierno oportunidad de encaramarse en la idea, para decir que la petición es justa. Pero más que nada, para empatarla con la fingida “estrategia” concebida desde inicio de este mandato, de abrazos, no balazos, que lo único que ha logrado es aumentar la aparición de grupos delictivos, cuyos crímenes no se persiguen.
Las madres buscadoras han hecho peticiones de hablar directamente con el Primer Mandatario y sistemáticamente han sido rechazadas. Suena lógico, si se da por descontado que el altísimo funcionario no puede ofrecerles una solución, porque no sería capaz de perseguir a ningún delincuente. Prefiere perder su tiempo en denuestos a quienes considera adversarios.
No obstante, el viernes reciente sí recibió en su mañanera a la señora Estela de Carlotto, presidenta y fundadora de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, organización que ha ayudado a localizar a personas desaparecidas durante la dictadura militar de ese país.
¿Por qué a ella sí y a sus compatriotas no? Más sencillo que sumar uno más uno. Porque no fue a pedirle ayuda para localizar a nadie de su patria. Fue una especie de visita de cortesía a la que el Mandatario accedió, sin ningún compromiso. No obstante, dio pauta para la crítica. Para variar.
Por ejemplo, la lideresa de las Madres Buscadoras de Sonora, Ceci Patricia Flores Armenta, señaló que las ha abandonado e insistió en pedirle que también la reciba “para contarle el dolor que se vive en el México que gobierna”. Seguramente el Ejecutivo lo sabe de sobra. Sólo que debe ser cierto lo que algunos psicólogos que han estudiado meticulosamente sus desplantes dicen: que no es capaz de sentir la mínima pena. El mínimo dolor por los que sufren.
También la aspirante a la Presidencia, Xóchitl Gálvez, aprovechó para echarle en cara su actitud con una madre buscadora extranjera y otra muy diferente con sus compatriotas. Esto le mereció el título que seguramente aparecería en la mente de cualquiera que sepa del asunto: Candil de la Calle.