El adiós de Mayans
Ramón Zurita Sahagún martes 12, Jul 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Día abundante en noticias fue el de ayer. Santiago Creel va por la candidatura presidencial de su partido, no se encontraron irregularidades en la gestión de Miguel Ángel Yunes Linares en el ISSSTE y Humberto Domingo Mayans Canabal desiste de ir por el gobierno de Tabasco.
En esta ocasión abordaremos el último de los casos, ya que resultó sorpresivo el anuncio de quien el 10 de enero renunció a la Secretaría General de Gobierno para buscar la nominación priísta.
Por eso, la pregunta es cuál será el temor que enfrenta Mayans Canabal para dejar ir la oportunidad tanto tiempo esperada y que lo motivó a reingresar al PRI, después de una no muy larga militancia en el PRD.
Si las razones son similares a las que lo llevaron a renunciarle al gobernador Manuel Gurría Ordóñez por la misma vía que lo hizo ahora, o las que lo motivaron a negarse a participar en la interna de su entonces partido hace 12 años, o las que provocaron su salida del PRI, su ingreso al PRD y su retorno al PRI, o las que generaron su reciente renuncia a la Secretaría General de Gobierno, quiere decir que Mayans mantiene la misma línea.
El político tabasqueño es uno de los personajes más temperamentales que existen dentro de esta actividad, que responde solamente a sus impulsos emocionales, que se deja ganar por las vísceras y que atribuye a otros sus continuos fracasos.
Forjado al amparo de las viejas reglas políticas, el ex perredista y ahora priísta se acostumbró a los tiempos en que las candidaturas eran simples imposiciones, alejadas del trabajo y de la comunión entre políticos y ciudadanos, por lo que realiza sus clásicos berrinches si no le dan lo que pide.
Así ha sido toda la carrera de este personaje que, tal vez, mantiene otro temor, no pasar los exámenes de confianza que se vienen practicando en las administraciones estatales.
Y es que en los meses recientes las cosas se le empezaron a descomponer al ex diputado y ex senador, ya que primero fue la exigencia de dichos exámenes y después la detención de Pablo Salazar Mendiguchía, de quien había sido asesor y personaje cercano durante su gobierno.
Con todo y ello, Mayans Canabal se mantenía como uno de los cinco políticos tabasqueños mejor posicionados para convertirse en gobernador de esa entidad en los comicios del año próximo.
Es cierto que no ocupaba el primero o segundo lugar, pero también lo es que falta mucho para la definición.
Sin embargo, pudieron más en Humberto Domingo su fuerte temperamento, sus caprichos y su poca fe en un respaldo ciudadano para ganar una interna que la habilidad y experiencia política abrevada a lo largo de cuatro décadas en la actividad.
La decisión asumida por el ex secretario de Gobierno es similar a la adoptada hace 12 años, cuando rechazó participar en la contienda interna por la candidatura del PRI al gobierno estatal.
En aquel entonces, el gobernador Roberto Madrazo Pintado lo placeó por todos lados, dada su calidad de senador de la República y lo invitó a participar en la contienda interna.
Incluso, llegó con él a la comida-destape del entonces diputado federal Arturo Núñez Jiménez y, tal vez, Mayans Canabal se impresionó por el número de asistentes al convivio y se rehusó a registrase como aspirante.
Eso lo llevó a renunciar al PRI y ser uno de los operadores del candidato perredista al gobierno estatal, César Raúl Ojeda Zubieta, su primo, con quien terminó distanciado y con fuertes declaraciones sobre el supuesto financiamiento a la campaña del sol azteca por parte de Carlos Ahumada.
Uno de los argumentos usados por Humberto Domingo es de que en Tabasco privan intereses mezquinos que insisten en obstaculizar su candidatura y dijo que aunque los estudios de opinión lo mantienen en una posición envidiable, es preferible retirarse, porque en Tabasco priva la mala política desde 1988, la misma que ha sumido en el atraso y la pobreza a la entidad, por lo que debe terminar el encono y la discordia.
Y es que en Tabasco se vive una situación especial desde aquella fecha en que se generó la primera candidatura fuerte de la izquierda, la de Andrés Manuel López Obrador, de la que el propio Humberto Domingo fue actor principalísimo en su papel de secretario de Gobierno.
Desde esa fecha, los políticos tabasqueños pasan de uno a otro partido, como viles trapecistas y saltimbanquis en busca de colocarse, sin importar que un rato estén en la izquierda y en la otra en el centro o la derecha.
De eso sabe mucho el mismo Mayans Canabal, quien desde aquella fecha pasó por ser efímero jefe delegacional en el Distrito Federal, diputado, senador, diputado y secretario de Gobierno.
Para los tabasqueños la noticia no causó sorpresa, por estar acostumbrados a los berrinches, caprichos y temperamento de su paisano que desata en ira cuando no se cumplen sus exigencias.
Ahora, los priístas tabasqueños tienen una baraja más cómoda y reducida para elegir a su candidato para la contienda del 2012, en la que el PRD ya mostró sus cuatro cartas (Arturo Núñez Jiménez, Óscar Cantón Zetina y los hermanos Rosalinda y Adán Augusto López Hernández), elegidos por el dedo mágico de AMLO.
CAMBIOS EN VERACRUZ
Como una decisión acertada del gobernador Javier Duarte de Ochoa fue considerado el nombramiento de Juan Manuel del Castillo González, como secretario particular en sustitución de Harry Grappa Guzmán.
El manejo cordial de Del Castillo y la cercanía que mantiene con el gobernante lo hacen apto para esa nueva posición. Otra buena decisión es el nombramiento del nuevo secretario de Seguridad Pública, que recayó en Arturo Bermúdez Zurita, en sustitución del general Sergio López Esquer.