Incierto
¬ Augusto Corro martes 12, Jul 2011Punto por punto
Augusto Corro
- Destapes efímeros en la izquierda
- Indirectas contra Marcelo Ebrard
- Aconsejan a AMLO dejar al PRD
Se aproxima la hora de las definiciones en la izquierda mexicana, que en el presente se encuentra más dividida de lo que se supone. Los dirigentes políticos se culpan entre ellos por la derrota desastrosa que sufrieron en las elecciones recientes en el Estado de México. Además, empiezan a surgir los destapes desordenados para posicionar a Marcelo Ebrard Casaubón como posible candidato a la Presidencia de la República. Esto agudizará los enfrentamientos de las corrientes políticas que apoyan al propio Ebrard y a Andrés Manuel López Obrador.
Parece que los dirigentes políticos de la denominada izquierda le apuestan a la derrota, porque no controlan a sus incondicionales, que en franco desafío a la unidad, se pronuncian por tal o cual aspirante a la contienda electoral del 2012. Se inicia así la pugna que traerá consecuencias nada halagüeñas, porque lleva, indiscutiblemente, a más debilitamiento político, de la ya maltrecha izquierda.
Por ejemplo, Jesús Ortega, el chucho mayor, ya destapó abiertamente a Marcelo Ebrard y dijo que es el candidato del PRD a la Presidencia de la República. De igual manera, se pronunció el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, el neoperredista recién llegado al poder, en Guerrero. Tanto Ortega como Aguirre son cartuchos quemados dentro la política, que poco favor le hacen al jefe del gobierno capitalino, brindándole su apoyo, pero ya lo destaparon sin contemplar que contribuyen al divisionismo partidista.
El chucho mayor quiere que el mundo sepa que la corriente Nueva Izquierda que controla lo que queda del PRD, simpatiza con Ebrard y que ahí está lista la plataforma de lanzamiento para su candidatura, aunque no cuente con la fuerza política suficiente para competir con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el adversario a vencer.
De las otras organizaciones políticas de izquierda, como el Partido del Trabajo (PT) o Convergencia, ahora identificada como Movimiento Ciudadano, ya se encuentran en manos de AMLO, quien difícilmente dejará su capital político, poco o mucho, en manos de Ebrard. Si los dos se dicen luchadores sociales y representantes genuinos de la denominada izquierda, las diferencias en sus posturas y pensamientos políticos son diferentes.
AMLO es un líder, casi radical, que ha desperdiciado su capital político, porque no quiere aceptar que teoría y práctica tienen que complementarse en un país que se encuentra muy lejos de parecerse a la India. Aquí nunca funcionó la lucha social de resistencia pacífica. Ebrard es un militante de la izquierda pragmática, que poco o nada le interesan los medios para alcanzar la victoria. Ebrard es, pues, un convencido de las alianzas políticas por los resultados que se obtuvieron en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Esa misma táctica quiso seguir en el Estado de México, pero las condiciones políticas no se lo permitieron. AMLO y el propio Encinas se opusieron. Ebrard culpó al candidato perredista de la derrota, por oponerse a la coalición PAN-PRD. El jefe de gobierno capitalino y su asesor y maestro Manuel Camacho Solís, aún no asimilan ese fracaso. No agotarán sus intenciones de aliarse con el PAN en futuras aventuras políticas.
Ante las circunstancias derivadas de esa derrota y la necesidad de perfilar su imagen hacia la candidatura, Ebrard señaló que “las izquierdas prevén hacer para el 2012 una gran coalición de fuerzas que permita sacar al país de la situación en que está”. Expuso que más que luchar contra una persona, lo que se está planteando al interior del Partido de la Revolución Democrática es una coalición de fuerzas, un frente amplio”.
También comentó que hay avances en cuanto a la selección del método para elegir al candidato que encabezará a la izquierda en el 2012 y aseguró que “estamos muy cerquita”, pues ya se está discutiendo con el Partido del Trabajo y Convergencia. Sobre la derrota amarga del 3 de julio, Ebrard dijo que se hace una evaluación de ella; pero “lo que es evidente es que tenemos que tener una posición unificada para 2012”.
Por su parte, AMLO abrió fuego contra Marcelo, con la hipótesis de que los “30 potentados, la mafia que controla a México, vería con buenos ojos a don Marcelo”. El tabasqueño suelta, siempre que puede, frases que van contra Ebrard.
La situación actual de ambos lleva a pensar que necesitan más que gestos simples de unidad para conseguir el triunfo en los comicios del 2012. Es muy difícil saber en qué condiciones quedará el PRD después de la pugna entre los aspirantes a la candidatura presidencial. Y si esta lucha no fuera suficiente, tendrán que decidir sobre el aspirante a gobernar el Distrito Federal. Obvio que esto implicará mayor desgaste de los contendientes. Por cierto, ¿el próximo candidato a jefe del gobierno capitalino será de la corriente de Ebrard o de AMLO? Habrá otro pleito a morir.
En otras entregas, ya analizamos las condiciones tan complejas en las que se encuentra la izquierda mexicana y el tiempo limitado que tiene para buscar la unidad y reorganizarse para desempeñar un papel decoroso, digno, en las próximas elecciones presidenciales. Ante esa problemática, tendrán que llegar a la autocrítica, como una actitud que les permitirá conocer a fondo sus debilidades y sus aciertos, sus triunfos y sus errores. De no analizar los pros y contras de su situación, eso los llevará a asumir actitudes de enfrentamiento permanente, de desgaste constante, que beneficiará, únicamente, a sus adversarios políticos.
La fisura en la izquierda entre Ebrard y AMLO para ser más exactos, podría hacerse más amplia y más profunda, porque de los dos lados hay quienes presionan para que los políticos mencionados se separen definitivamente y que cada quien busque su destino como mejor le convenga. Algunos lopezobradoristas aconsejan el rompimiento total con el PRD, a fin de que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que encabeza AMLO, no sea contaminado con un partido en franca descomposición.