Guerrero, otro Estado fallido
¬ Arturo Ríos Ruiz lunes 17, Jul 2023Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- Historia hecha pedazos
- Hoy mandan los narcos
La ruta del estado de Guerrero se inició gloriosa, fue pilar de la Guerra de Independencia, en la Costa, se conformó su ejército que se inició en Cuarácuaro de donde partió con 25 guerreros y en San Jerónimo, hoy de Juárez, se conformó su batallón de más de 800 hombre semiarmados. Ahí se unió el tecpaneco Hermenegildo Galeana de Bargas, su mejor operador que le dio lo triunfos.
Al morir el iniciador, Miguel Hidalgo y Costilla, Morelos se convirtió en el jefe del trascendente nacional en lo que sería ese estado suriano y avanzó por tres años hilando victoria, hasta su terrible derrota en 1813, en Morelia, para después hilar fracaso, hasta el 5 de noviembre de 1815, que fue atrapado por el ejército virreinal en Temalaca, Guerrero, y fusilado en Ecatepec el 22 de diciembre del mismo año.
El sucesor fue Vicente Guerrero, nativo de Tixtla, de ese estado, que mantuvo el movimiento hasta pactar con Agustín Iturbide la consumación de la Independencia en la guerrerense ciudad de Iguala.
El estado tuvo presencia importante en la Revolución, iniciada el iniciada el 28 de febrero de 1911 en ese estado auspiciada por los hermanos Figueroa, en apoyo abierto a Francisco Ignacio Madero, que después se cobraron con la gubernatura estatal en cinco ocasiones y una en el estado de Morelos.
Los guerrerenses por muchos años nos hemos enorgullecidos de los recuerdos de grandes hazañas en la lucha por la independencia principalmente de Hermenegildo Galeana y sus primos hermanos de San Jerónimo, de Julián de Ávila, Marcos Mongoy y una pléyade de hombres valientes que llevaron adelante la guerra por la libertad en apoyo a Morelos.
La evolución del estado ha sido muy accidentada, pues desde la gubernatura de Baltasar Leyva Mancilla, 1945-1951, las gubernaturas duraban tres años, ya que los choques violentos entre políticos terminaban con la expulsión a medio sexenio del que gobernaba en el momento.
Así ocurrió hasta 1963, con el gobierno de Raymundo Alarcón que terminó a los seis años en 1969 y después se mantuvo en relativa normalidad.
Hoy, Guerrero está destrozado por el narcotráfico, los hechos de Chilpancingo son el mejor e irrefutable ejemplo: La entidad está carcomida y hecha pedazos, como en gran parte del país, la violencia aumenta los asesinatos, el robo de automóviles en carreteras, pago de piso y la zozobra constate de la población.
De acuerdo a los datos oficiales de la entidad, 24 grupos delictivos, unos bien organizados y otros de bajo nivel, se registran en Guerrero y todos hacen de las suyas y se apoderan los habitantes que los utilizan para protestar. Eso ya está comprobado en Chilpancingo.
Guerrero es la muestra representativa del fracaso gubernamental a nivel nacional que se irá con el sello exhibido de la comunión con los grupos fuera de la ley que copan gran parte del solar nacional. “Abrazos, no balazos”, la frase fallida que se quedó únicamente en la primera palabra y semeja que la mano gubernamental se quedó en la segunda.