¿El principio del fin?
Ramón Zurita Sahagún lunes 11, Jul 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Parece cercana la caída de Elba Esther Gordillo Morales, la todavía poderosa lideresa moral del SNTE, después de 22 años de mantenerse al frente del poderoso sindicato.
Durante ese tiempo, la profesora pasó de ser una representante del gobierno capitalino en una delegación (Gustavo A. Madero) a transformarse en, tal vez, la mujer más poderosa del país.
La lideresa sindical concentra odios, envidias y amores, según el ángulo por el que se le vea, negocia posiciones políticas, maneja amplios recursos de todo tipo y se ha convertido en un ser parte mítico, parte leyenda y parte realidad.
Historias sobre ella abundan, unas ciertas, otras inventadas, pero parte de del enorme expediente que sobre ella se ha generado.
Una de esas historias con las que carga la profesora Gordillo Morales es su supuesto involucramiento en el crimen del maestro Misael Núñez Acosta, un caso sumamente discutido, pero el que todavía provoca dudas y mantiene acusaciones y sospechas sobre ella.
Otras versiones de la leyenda negra de Gordillo Morales establece la concentración de una gran fortuna, acumulada al amparo del poder sindical y político, donde se habla de más de 60 propiedades inmobiliarias, además de vehículos de todo tipo y transportes sofisticados.
El manejo de los recursos sindicales y del Partido Nueva Alianza (fundado bajo su amparo) los hace ella misma en forma indiscriminada, señalan sus críticos.
La profesora Gordillo Morales ha gozado de la protección y beneficios de los presidentes Carlos Salinas de Gortari (su inventor), Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, los dos últimos considerados sus aliados políticos.
En esos 22 años, Gordillo Morales consiguió casi todo lo que se propuso, dinero, amor, viajes, alianzas y constituyó un poderoso cacicazgo dentro del magisterio.
Jugó a la democracia (en los bueyes de mi compadre), participando en el grupo San Ángel, sostuvo alianzas con quien ella decidió: priístas, panistas y hasta perredistas.
Alcanzó cargos de alto nivel político dentro del partido en que militaba, dirigente nacional del sector popular, secretaria general del CEN del PRI y coordinadora de los diputados del tricolor en la LIX Legislatura.
Sus deseos y ambiciones fueron colmados hasta donde quiso. Estableció alianzas formidables con los últimos dos Presidentes de la República y le fueron concedidas importantes posiciones del sector público.
Con Vicente Fox logró la dirección del ISSSTE para Benjamín González Roaro, la dirección de Lotería Nacional para Tomás Ruiz González y la Subsecretaría de Seguridad Pública federal para Miguel Ángel Yunes linares.
Felipe Calderón Hinojosa le entregó nuevamente la Lotería Nacional y el ISSSTE, además de la coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la subsecretaría de Educación Básica.
Francisco Yáñez, Miguel Ángel Jiménez y Benjamín González Roaro, respectivamente, asumieron la dirección de la Lotería Nacional. Yunes fue enviado al ISSSTE, Roberto Campa (ex candidato presidencial del Panal) al SNSP y Fernando González (yerno de Gordillo) a la SEP.
Los amarres políticos de la profesora se mantuvieron firmes y en su máxima expresión, durante los primeros cuatro años del gobierno del presidente Calderón Hinojosa.
En ese lapso, apoyó a los candidatos del PAN y PRD en Puebla y Oaxaca, Rafael Moreno Valle y Gabino Cué Monteagudo, respectivamente y como en su respaldo a la candidatura de Felipe Calderón, negoció posiciones importantes en los gobiernos estatales para sus allegados.
Hoy, las cosas no parecen pintar tan promisoriamente para la dirigente del sindicato y surgen voces de alerta sobre su posible reemplazo.
La dirigente magisterial juega con el futuro, al establecer que su partido verá la posibilidad de aliarse con el candidato de otro partido hacia la elección presidencial del año próximo.
Esa posibilidad la abrió el presidente nacional del PRI, Humberto Moreira Valdés, cercano al afecto elbista, aunque ya surgieron voces de protesta por ello.
Una de ellas fue la del ex candidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, quien no olvida que Gordillo Morales era la dirigente del sector popular del PRI en plena campaña presidencial que perdió el sinaloense.
Otros más como Manlio Fabio Beltrones, Roberto Madrazo Pintado, Emilio Chuayffet Chemor, consideran más necesaria una alianza con la sociedad que con el partido de la profesora.
Sin embargo, la verdadera preocupación de Elba Esther es lo que parece gestarse dentro el gobierno calderonista, donde parece que se cansaron de sus exigencias, de su prepotencia, altanería y presiones.
El reciente desencuentro con su antiguo socio político Miguel Ángel Yunes Linares y ciertas revelaciones que hace Jorge Castañeda en un artículo publicado recientemente, dejan en claro la posibilidad de que los tiempos de Elba Esther como una de las mujeres más poderosas de México se podrían acercar a su fin.
Tal y como sucedió con ella (era cercana al círculo de Carlos Jonguitud), se busca un caballo de Troya que esté dispuesto a la traición a cambio del poder sindical.
ALIADOS
Unos datos que vale la pena recordar son que de los 12 estados que eligieron gobernadores el cuatro de julio del año pasado, solamente en tres de ellos perdió el Partido Nueva Alianza que apoyó a candidatos distintos de los que ganaron. En Tlaxcala y Veracruz se alió con los panistas que fueron derrotados por priístas y en Sinaloa lo hizo con el priísta que fue vencido por el candidato de PAN-PRD. En la pasada elección en tres estados (tres de julio del 2011) se alió con los priístas ganadores en las tres entidades.
Pocos se acuerdan, pero los diputados aliados de Elba Esther Gordillo en sus tiempos de coordinadora priísta en la LIX legislatura fueron, entre otros, Francisco Rojas, Claudia Ruiz Salinas (hoy diputados nuevamente), Roberto Campa, Miguel Ángel Yunes, Tomás Ruiz, Alfredo del Mazo, José Reyes Baeza, Héctor Gutiérrez de la Garza.