La constante burla presidencial
Armando Ríos Ruiz lunes 3, Jul 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Muchos mexicanos no podemos perder la capacidad de asombro ante las complacencias reiteradas que el gobierno brinda a los poderosos grupos delictivos que se han multiplicado y fortalecido en el actual sexenio, a lo largo y ancho del territorio nacional, porque cada día nos muestran la superioridad alcanzada contra quienes deberían combatirlos y permanecen expectantes por órdenes de un Presidente sordo y ciego, que para colmo, goza del apoyo a sus decisiones de la clase más ignorante del país, que alienta sus errores.
Esa capacidad de asombrarnos no se pierde porque los criminales no se mantienen en un promedio, sino que cada día aportan para el espanto y los secuestros, intimidaciones y asesinatos crecen y crecen sin parar, impulsados por el prurito de controlar todo el país e inmersos además en sus guerras intestinas que sólo dejan desolación y muerte. Pero además arrasan con inocentes.
Un amigo me decía recientemente: “Yo creo que el mandatario dice cosas en sus mañaneras para burlarse de la población. Es imposible que no se dé cuenta de lo que realmente ocurre en materia de delincuencia. Parece un bufón que dice chistes de pésimo gusto y me resisto a pensar que hay quién le crea…” Desafortunadamente hay millones que se tragan las mentiras de su catecismo.
En referencia a los crímenes más recientes en diferentes estados de la República, tuvo a bien decir en una de sus aburridoras mañaneras con el gesto sarcástico que lo caracteriza: “qué les diría yo (a los criminales) a quienes se tapan la cara. Se encapuchan y hacen estos actos:
“Que tengan cuidado porque en una de esas los voy a acusar con sus mamás. Con sus papás. Con sus abuelos. Porque estoy seguro de que sus abuelos, las mamás, los papas, no están de acuerdo. Me dejo de llamar Andrés Manuel. Estoy seguro que los ven… que los verían como malcriados que no deben andar haciendo eso. Les darían hasta un jalón de orejas y zapes…” (sic).
Efectivamente, chiste de pésimo gusto. Seguro que hasta los abuelos y los padres murieron de la risa junto con los hijos a quienes, muchos de aquellos, agradecen el esfuerzo y los riesgos que corren todos los días para ofrecerles oportunidades de vida digna que jamás tuvieron por falta de dinero.
Algún empleado pudo haber tenido el suficiente valor para decirle que se escuchó muy mal. Porque en otra mañanera abordó nuevamente el problema para pedir en esta ocasión a los grupos delictivos, que “tomen la iniciativa y abandonen las actividades ilícitas, como lo han pedido las asociaciones de madres buscadoras de desaparecidos que buscan un pacto de paz”.
“Que ellos tomen la iniciativa y que abandonen la actividad ilícita y que no sigan dañando, pero nosotros no tenemos contemplado llegar a un acuerdo (con el crimen organizado)”.
Ellos son quienes deben asumir por cuenta propia, un giro a sus vidas, transformadas por la violencia a que invita el constante riesgo de traficar con drogas, pero que deja excelentes ganancias. Es como invitar en la vida normal, a un empresario a que deje su empresa que le genera para bien vivir y hasta riqueza, porque es cansado trabajar.
Dice que no tiene contemplado un acuerdo. Pero también millones de mexicanos han advertido que existe desde hace muchos años. Desde antes que llegara a la Presidencia. El observador ha advertido en las visitas a la sierra de Sinaloa y a la madre de El Chapo. En su reconocimiento a los criminales y en otros hechos, una amalgama evidente. No oficial, que hay mucho que agradecer.
¿Por qué la orden a los soldados de aguantar las vejaciones en muchos lugares? ¿De ser amagados por adolescentes armados de palos que los insultan y hasta los han agredido, sin que respondan ya sea hasta por amor propio? ¿Por qué sus expresiones de que son personas con derechos y merecen el respeto que ellos no muestran para nadie y que inclusive asesinan hasta por mera diversión?
Por todo esto, continuará la ley de los abrazos. Insistió para variar.