Comunismo
Alberto Vieyra G. viernes 30, Jun 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Hasta hace 3 décadas, poseer una bicicleta en China era considerada una persona rica. La mayor parte del pueblo chino vivía de la agricultura. Imperaba en China la tesis política y económica de Carlos Marx sobre la igualdad de clases, no existía la propiedad privada y el control del Estado era férreo sobre la población, una dictadura muy ponzoñosa.
Sin embargo, los chinos transitarían de un Estado comunista a un Estado capitalista. ¿Cómo? Muy simple: Los chinos comenzarían a estudiar en las grandes universidades extranjeras para convertir a China en la gran fábrica del mundo y se daría el lujo de escalar a la segunda economía más importante del mundo con posibilidades reales de desbancar a la gran potencia económica mundial, Estados Unidos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y Rusia se enfrascarían en una tenebrosa guerra fría que no fue otra cosa que un conflicto ideológico, político, económico y militar. La lucha sin cuartel era entre el comunismo y el capitalismo. Los norteamericanos combatieron rabiosamente al comunismo dentro y fuera de sus fronteras. Se formaría incluso, la tristemente célebre comisión senatorial conocida como McCarthy, encabezada por el rabioso senador de Wisconsin, Joseph McCarthy quien se daría a la tarea de exterminar cualquier célula comunista en Estados Unidos, México y Rusia.
Sobre ese histórico episodio de la guerra fría, la escritora y guionista de Hollywood, Lillian Hellman escribió el libro Tiempos de canallas que vale la pena leer y releer. Finalmente, el capitalismo triunfo sobre su veneno letal llamado comunismo.
El comunismo o socialismo se combatió en México desde 1939, cuando los gringos, a través de la CIA le impidieron al general Lázaro Cárdenas del Río, el segundo Presidente socialista en México que impusiera a su compadre Francisco J. Múgica en la Presidencia de la República, para dar continuidad al socialismo.
En México había surgido en 1939, el Partido Acción Nacional que tenía como finalidad acabar con los excesos del socialismo, incluyendo la expropiación petrolera que el general Cárdenas llevó a cabo contando con la anuencia norteamericana porque Estados Unidos deseaba con toda su alma que las compañías petroleras inglesas fueran expulsadas de México.
¿Por qué hago historia? Mire usted.
En 2006, las grandes élites capitalistas en México combatieron rabiosamente la llegada al poder del ex renegado priista Andrés Manuel López Obrador, enderezándole una ponzoñosa campaña que bajo el lema de “¡Cuidado, puedes perder tu casa, tu empleo, puedes perderlo todo, el Peje es un peligro para México!”. Y AMLO se quedaría chiflando en la loma declarándose presidente legítimo de México y se diría que le robaron la elección presidencial. Pero, finalmente en 2018 y después de dos intentos, llegó a la silla presidencial.
Ahora, el dedo sagrado de Palacio Nacional, todo mundo lo sabe, apunta hacia su servil pupila Claudia Sheinbaum, de quien se ha dicho que nació en Bulgaria, pero muy chiquilla fue registrada en México.
¿Quién es doña Claudia Sheinbaum? Lo que se sabe es que hizo la licenciatura y maestría en la UNAM sobre cuestiones de contaminación en la Ciudad de México. Se asegura también que Claudia Sheinbaum rinde culto al comunismo extremista y desde hoy, el capitalismo norteamericano y de otras latitudes del planeta tienen muy puestos los ojos en ella, pues podría iniciar lo que AMLO no pudo, una ola de nacionalizaciones de empresas extranjeras en México y eso le quita el sueño al capitalismo.
¿Se repetirá la historia de la sucesión presidencial de 1940, cuando los gringos impidieron la continuación del socialismo cardenista?