La música y el totalitarismo
¬ Luis Ángel García miércoles 28, Jun 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
En los estudios mundiales sobre apego a la legalidad, buen gobierno, respeto al Estado de Derecho y democracia, difícilmente llegamos a la media tabla y en un descuido competimos con los sotaneros; lejos estamos de los sistemas escandinavos y por nuestra posición en el ranking internacional nos movemos de los Estados híbridos -gobiernos autoritarios que mantienen como fachada a instituciones democráticas-, hacia los totalitarios.
Si bien es cierto que aparentamos ser una democracia con un sistema pluripartidista que participa en elecciones más o menos libres, que en teoría somos una República con división de poderes y contrapesos, con instituciones constitucionales autónomas e independientes, la verdad es que cada día nos acercamos más a las dictaduras.
El árbitro electoral logró la ciudadanización de los comicios y se enfrentó al poder político para hacer respetar el sufragio y los resultados, lo que provocó el atroz acecho del Ejecutivo para regresar la estructura electoral al control del gobierno, como era en la época de la “dictablanda” priista. La 4T también pretende acabar con otros organismos autónomos como el INAI, el Inegi, el Coneval, la Cofece y el Ifetel para acabar con los contrapesos y la transparencia. Buscan regresar a la opacidad.
Asimismo, el autoritarismo presidencial quiere acabar con la división de poderes y convirtió al Legislativo en una oficialía de partes que aprueba sin discutir cualquier iniciativa enviada desde Palacio Nacional sin quitarle una coma. Lo intentó con el Poder Judicial pero no pudo, por lo cual busca descalificar a los ministros y magistrados que se oponen a sus caprichos con acusaciones sin fundamento de corrupción. Pero “todavía hay jueces en Berlín”, aunque insiste en acabar con los togados antes de que termine el sexenio.
Sin elecciones ciudadanas y confiables con respeto al voto, ausente la división de poderes y demolidos los organismos constitucionales autónomos e independientes, pasamos de un gobierno híbrido a uno francamente totalitario.
Evidencias hay en los objetivos del proyecto político de la 4T, la cual busca derogar el sistema educativo nacional basado en el conocimiento científico y la competencia sana del alumnado en lo académico, por un esquema doctrinario que ideologiza y masifica la educación en detrimento de la preparación de las nuevas generaciones, quienes carecerán de una verdadera formación científica y competitiva.
Otro aspecto del totalitarismo a la mexicana es la censura a la prensa, contrario a la narrativa oficial, hoy más que nunca hay una persecución y censura a la labor informativa, la cual es considerada como la profesión más peligrosa para ejercer en nuestro país, peor que en naciones en conflicto bélico o con guerras civiles. Aquí, además se descalifica, critica y estigmatiza a los comunicadores. El Salón Tesorería de Palacio Nacional se ha convertido en el nuevo tribunal de la Santa Inquisición con nuevos Torquemada, donde todos los días se exhibe, injuria y condena a periodistas y opinadores contrarios al régimen, como en los tiempos de Pol Pot en Camboya. Donde se premiaba la delación de los hijos hacia los padres.
Pero no sólo se censura a los informadores y se fomenta la creación de zonas de silencio -como lo hace el crimen organizado-, ahora hasta la música pasará por el tamiz gubernamental. El adoctrinamiento de niños y jóvenes no solo será con mediocres y sesgados planes de estudios, también el Estado, anunció el Presidente, -como en las novelas distópicas Fahrenheit 451 y el Big Brother de 1984- censurará los corridos o la música que a criterio de burócratas censores determine que hacen apología del delito. Se le dirá a las nuevas generaciones qué grupos musicales están autorizados a escuchar, como el siempre dispuesto grupo Firme o los cantantes y raperos que gustosos -menos el rejego Bad Bunny-, quieran dar conciertos “gratuitos” en el Zócalo como Los Tigres del Norte, aunque tengan en su repertorio canciones como el “Jefe de Jefes”, entre otras. Si no se pone un freno, mañana serán censuradas las películas y series televisivas. Cada día nos acercamos más al totalitarismo. ¿Cuál democracia?