Dimes y diretes
¬ Augusto Corro viernes 8, Jul 2011Punto por punto
Augusto Corro
- Superficialidad de FCH
- Congreso pide investigar
- Gordillo y Yunes, a salvo
En dimes y diretes terminará la confrontación entre la miss Elba Esther Gordillo y el ex director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes. El propio Felipe Calderón Hinojosa (FCH) calificó como “espectáculo lamentable” las acusaciones de supuestos malos manejos de recursos entre la lideresa y el ex priísta. También rechazó que las posiciones para la gente de la Gordillo sean cuotas o reparto del botín. Dijo que sólo se trató de respetar un acuerdo o negociación de su antecesor, el ex presidente Vicente Fox Quesada y que el ISSSTE ya ha sido auditado miles de veces.
Lo anterior fue manifestado por FCH al ser entrevistado en un programa de radio. Como se ve, el mandatario pretendió justificar los señalamientos que hizo la maestra Gordillo, sobre los puestos públicos obtenidos, como premios o recompensas al apoyo a la candidatura la candidatura presidencial del michoacano. Dichos cargos contemplaban la dirección del ISSSTE, la titularidad de la Lotería Nacional y una parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y vaya usted a saber que otros “regalos” concedieron a la miss.
Al tratar superficialmente el escándalo, FCH dejó la vía libre para que los interesados que estén a favor o en contra de la Gordillo o Yunes sigan alimentando la guerra de lodo con acusaciones que ya no causan extrañeza, por tratarse de políticos representativos de la corrupción y la impunidad que ahogan al país.
Sin embargo, el mencionado conflicto podría agudizarse, porque en los momentos presentes la partidocracia libra una lucha sorda para definir su situación frente a la sucesión presidencial del 2012, pues se tienen que cuidar todos los aspectos que ayuden a conseguir votos. En este renglón aparece la fortaleza de la dirigente del SNTE. Ella ofrece, al mejor postor, los sufragios del magisterio, que no son pocos.
A la dueña del Partido Nueva Alianza le resultó muy positiva la venta de votos como quedó comprobado. En esa ocasión, los panistas fueron beneficiados. Con su olfato político, la lideresa ya se dio cuenta que con los azules no llegará a ningún lado, porque Acción Nacional no tiene ninguna posibilidad de continuar en Los Pinos. Entonces, la maestra empezó a coquetear con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y todo hace suponer que el retorno de la hija pródiga es un hecho.
¿Esa actitud molestó a FCH? ¿Y por eso Yunes fue enviado a frenar a la mujer todopoderosa de México? ¿Se trató de recordarle que aún hay compromisos que no se pueden dejar a la deriva, como si no existieran? Lo dudamos. FCH no poseerá las cualidades de estadista, pero sí tiene el poder suficiente para actuar y llevar agua a su molino en el tiempo que le falta en su mandato presidencial. Doña Elba Esther no puede cantar victoria todavía.
Nuestro colega Roberto Vizcaíno, señaló, en su interesantísima columna Tras la puerta del poder, que “las severas acusaciones y señalamientos realizados por Yunes, a través de todos los medios radiofónicos, que fueron retomados ayer por los diarios más importantes del país, son la excusa perfecta para que el presidente Calderón se deshaga de sus colaboradores elbistas incómodos.
“El sorpresivo y duro ataque mediático y político realizado por Miguel Angel Yunes contra Elba Esther Gordillo cumplió su objetivo, la hizo insostenible e inviable para el presidente Felipe Calderón ante los mexicanos”. No hay que ilusionarse, las cosas no cambiarán.
Por otra parte, en la Comisión Permanente del Congreso también se trató el “affaire” Gordillo-Yunes y los legisladores de diferentes partidos acordaron efectuar una auditoría al ISSSTE, exclusivamente a los años comprendidos entre 2007-10. También se solicitó a la Secretaría de la Función Pública (¿todavía existe?) y a la Procuraduría General de la República (PGR) realicen las investigaciones correspondientes.
Los implicados en el escándalo no tienen por qué preocuparse. Ya lo planteamos ayer en este espacio. Aunque FCH tenga los medios suficientes para poner en su lugar a la miss, pero es lógico que no está sola, como se dice coloquialmente. Lo mismo ocurre con Yunes. Ambos son miembros de camarillas políticas que comparten el pastelote de las chambas y los negocios. Tienen compromisos que cumplir y las ganancias que obtienen no les permiten exponer sus juegos sucios.
Por eso mismo, causa extrañeza la conducta de los rijosos, porque en el ISSSTE siempre hubo dinero suficiente para calmar las ambiciones de quienes llegaron a saquearlo. Para no ir tan lejos, basta saber que el instituto mencionado tiene un presupuesto anual de 112 mil 500 millones de pesos. Las operaciones con los proveedores también son de muchos millones de pesos. ¿Y las comisiones? Las investigaciones que solicitan los legisladores no llegarán a la médula del asunto. Resultaría contraproducente para el sistema político conocer la lista de personajes implicados en negocios ilícitos.
El sainete entre la Gordillo y Yunes quedará en eso, en un sainete. Una lluvia de acusaciones que evidencian el cinismo total de los personajes que se enriquecen y que no hay ley que los obligue a rendir cuentas. Sus servicios políticos son recompensados con puestos importantes en el gobierno, sin atarles las manos para que roben, impunemente a la nación.
Mientras, la opinión pública se quedará con las versiones de Elba Esther sobre sus convenios privados con FCH, sobre recompensas y estímulos por su brillante participación en las elecciones que los llevaron al poder. Sabemos, al final de cuentas, que no fueron las ideas o los programas de trabajo de Acción Nacional, los que decidieron el triunfo, controvertido, de FCH, sino los votos manipulados por los mercenarios de la política.
En el caso concreto de la maestra Gordillo, como señalamos arriba, promueve la venta de un paquete político al mejor postor, en él incluye votos del Sindicato de Maestros, partido (Panal) con la asesoría respectiva para conseguir cargos públicos. Los interesados pueden encontrar a la promotora política en su mansión de San Diego, Estados Unidos.