¿Son morenos o priistas?
Ramón Zurita Sahagún lunes 12, Jun 2023De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Aunque al Ejecutivo federal no le agraden los métodos y la esencia del priismo, Morena se parece cada día más al partido tricolor, del que emigraron parte de sus cuadros principales.
El establecimiento de reglas para la competencia interna y su forma de seleccionar al candidato presidencial, son calca de lo que fue el priismo de los 70 y 80, cuando la dirigencia establecía normas similares.
Se recuerda aquella selección de aspirantes presidenciales realizada por Leandro Rovirosa Wade en que encartó a unos y descartó a otros, de donde salió el futuro candidato presidencial del partido tricolor.
Lo mismo hizo Jesús Salazar Toledano, entonces dirigente priista en la capital del país, quien recibió la encomienda de manifestar los seis prospectos seleccionados por quien regía los destinos del partido que se encontraba en el poder.
Ahora fue el propio Presidente López Obrador el que primero mencionó casi una docena de prospectos para la sucesión presidencial y conforme pasó el tiempo fue descartando a varios y tuvo la necesidad de encartar a uno más que es calificado como el colado en la obra de teatro La Casa de La Bandida, tres corcholatas y un colado, más lo que se apunten, que se presentó en el teatro Gran Recinto.
En aquellos años 70 y 80 del pasado siglo, los priistas salieron raspados, aunque la suerte les ayudó en la primera de ellas, ya que José López Portillo estaba lejano de ser el favorito de los apostadores o el que mayores simpatías concitara, pero tenía algo a su favor, era amigo del Presidente Echeverría Álvarez desde la juventud de ambos.
Mario Moya Palencia era el favorito y como tal se quedó con toda la propaganda impresa para su eventual campaña, que nunca llegó.
A regañadientes, los priistas se sumaron a la candidatura de López Portillo y para su buena suerte fue candidato único, ya que Acción Nacional vivía tiempos tormentosos al interior del partido y no postularon candidato.
En 1988, la selección no pudo ser tan tersa y hubo equívocos y mala fe, con el malogrado destape de Sergio García Ramírez, resultando que el candidato aprobado por el presidente de la Madrid y la dirigencia de su partido era Carlos Salinas de Gortari.
En 1994, se presentó una indisciplina del candidato que algunos creían sería Víctor Manuel Camacho Solís, cuyo segundo de a bordo era Marcelo Ebrard Casaubon, los que no quisieron reconocer la candidatura de Luis Donaldo Colosio, sino hasta cuatro meses después.
El desaseo de reglas propició que la sucesión del 2000 fuese realizada con reglas distintas, recurriendo a una elección abierta en la que participaron cuatro prospectos: Francisco Labastida Ochoa (con todo el respaldo presidencial), Roberto Madrazo Pintado, convertido en todo un rebelde; Manuel Bartlett Díaz (había participado en la de doce años antes) y Humberto Roque Villanueva, considerado simple relleno.
La contienda terminó con una pugna abierta entre Labastida y Madrazo, que contribuyó a la pérdida de la Presidencia de la República por vez primera para el priismo.
Ahora, la dirigencia de Morena sigue (como antaño) las instrucciones presidenciales para establecer reglas que hagan parecer la contienda como tersa y con tintes democráticos.
Veremos qué resultados sacan de este ejercicio con tintes democráticos y si no hay saldos negativos como el partido que tanto aborrecen, pero del que parecen haber salido muchos de sus conceptos y estrategias.
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Con notable éxito llegó a su fin la primera temporada de La Casa de La Bandida, tres corcholatas y un colado, más lo que se apunten!, con la participación de un magnífico elenco encabezado por Benito Castro, Maricarmen de la Peña, Martín Muñoz, Ruth Mendoza, Jorge Nieto y Jorge Ibarra y la producción de José Luis Montañez, la coproducción de Gustavo Salinas y la dirección de Fernando Garcilita, en el que participaron en varios debates sobre la sucesión presidencial periodistas de la casa editora de DIARIOIMAGEN, en el que tuve el placer de participar con Roberto Vizcaíno, Salvador Martínez, Víctor Sánchez Baños, Francisco Reynoso y Carlos Pozos (Lord Molécula), gracias a todos por esta nueva modalidad de teatro y debate, en la que también participó la orquesta de Pepe Arévalo y sus mulatos, gracias y que vengan más.