La estrategia rinde sus frutos
Armando Ríos Ruiz viernes 9, Jun 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
A través del tiempo, nuestros políticos han dado muestras de ser desposeídos de un verdadero amor por el país que gobiernan y de un rechazo a la gente más humilde, a la que sólo utiliza para sus propios fines electorales, para obtener ventajas sobre los rivales en tiempos de elecciones. Ha habido quienes, después de saludarlos con aparente afecto y emoción, se lavaban las manos.
“Los de antes”—para emular a nuestro jefe de Estado—, pertenecieron a esa misma clase de actores. No obstante, trabajaron con una visión y deseos de mejoría para los habitantes, con la construcción de obras e instituciones que mucho aportaron y aún aportan al bienestar de los mexicanos.
Hoy es diferente. Se utiliza la palabra para engañar abiertamente. Se usan algunas horas en la mañana para aparecer a cuadro en los televisores. Para denostar a quienes no concuerdan con una manera de gobernar con el mazo en la boca. Para lanzar dicterios contra los periodistas. Contra los empresarios y contra todos los que acusan discrepancias con el Presidente.
Hay quienes saben a ciencia cierta, que después de la conferencia tempranera viene el remanso obligado por la fatiga de levantarse temprano y que las horas siguientes se usan para el merecido descanso. Todos los días. Después, seguramente la reflexión sobre la campaña en ciernes y sobre la elección de los que serán denostados la mañana siguiente.
Los fines de semana -no todos-, los viajes a algunos estados para hacer lo único que ha sido importante desde que Morena gobierna. Para hacer proselitismo a favor de los amigos elegidos para ocupar cargos de elección popular. También para elogiar de manera preponderante las obras insignia, como el aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
Las tres valen para vergüenza nacional e internacional. El aeródromo ha sido denominado por el ingenio popular “terminal camionera” o “Chaifa”, que alude al caló ”chafa”, que quiere decir corriente, mal hecho, de pésima calidad, en sustitución de las siglas AIFA o Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
La refinería se construye en un pantano, en donde llueve más que en Mawsynram, en India. —Aquí, la precipitación anual es de 12 mil litros por metro cuadrado— y resultó más cara que los aeropuertos de China. Ya fue inaugurada y aún no produce un litro de gasolina. El Tren Maya ha devastado infinidad de hectáreas de selva, con el consiguiente aniquilamiento de vida animal y vegetal. Pero la destrucción continúa viento en popa. El Primer Mandatario ordenó desaparecer los protocolos para la cura del cáncer. Hay alarma con toda razón.
Quien contraiga la enfermedad, no tendrá más remedio que pedir a Dios la ayuda que el Presidente le niega, apenas días después de haber reiterado lo que prometió al comenzar su gestión. Que en materia de salud, México estará a la par que Noruega. “No igual, sino mejor”, rectificó a manera de burla, quizá.
Y eso que quiere mucho a los pobres, que no tendrán más remedio que resignarse a su suerte cuando contraigan el mal. Esto es revelador de que también los utiliza. Pero a diferencia de antes, con la certeza de que sólo para sus fines perversos de aportar votos para su partido.
Lo ha conseguido. Los tiene e n un puño o como se dice de manera popular, “comiendo de su mano”. La estrategia que le ha redituado frutos de oro está en la dádiva de dinero bimestral, que lo ha convertido en un dios. En un ser venerado por millones de mexicanos incapaces de ver que la intención está orientada a otro rumbo: a ganar la confianza de la mayoría para continuar con el propósito dictatorial, por su presencia o por la presencia de un incondicional.
El dinero es un truculento instrumento que hace ver las cosas de manera diferente. En este caso, en el aliciente de esos mexicanos que han perdido toda esperanza de sobrevivencia, porque no buscaron o porque no encontraron el camino para redimir sus vidas por su propio esfuerzo. Hoy son precisamente los que creen que los gobierna un dios o el hermano del mismo Creador.