Atole en las venas
Freddy Sánchez martes 6, Jun 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Los hechos: En el Estado de México Morena ganó la gubernatura, pero no arrolló a la oposición ni venció al abstencionismo y en Coahuila el partido en el gobierno perdió la disputa por la entidad siendo arrollado por sus opositores que tampoco lograron vencer al abstencionismo.
Hipótesis para el 2024: El partido de Andrés Manuel puede volver a ganar la Presidencia, aunque difícilmente logrará “el carro completo” y no podrá tener el control legislativo para hacer las reformas constitucionales que el Presidente quiere.
Con estas consideraciones de por medio hay quienes dicen que el panorama electoral a favor de Morena es bueno, pero no tanto. O sea que su triunfo en el Estado de México en apariencia refuerza la convicción morenista de su cada vez mayor capacidad de ganar elecciones con la sola influencia electoral de AMLO, lo que no se puede afirmar tomando en cuenta los comicios de Coahuila.
Y es que en uno y otro caso el poder seductor del presidente entre los electores recibió un trato distinto.
En el Edomex, a pesar de las críticas para su candidata, el partido Movimiento de Regeneración Nacional ganó y obviamente el arrastre popular del Presidente tuvo que ver en la victoria para quitarle al PRI lo que se ha dado en llamar “la joya de la corona”, lo que en contrate no sucedió en Coahuila, en donde la oposición unida pasó por encima de Morena y de la popularidad presidencial.
Quedó claro entonces que el morenismo sin una buena carta electoral y con el apoyo de Andrés Manuel en algunos casos podrá ganar, pero en otros no.
En ese tenor, es necesario destacar que el triunfo de Morena en las elecciones previas a la sucesión presidencial tiene un aspecto claroscuro. La razón es que entre los electores no todos están dispuestos a entregarse a una “confianza ciega” hacia lo que el jefe del ejecutivo decida en materia electoral.
De ahí que el partido en el poder está obligado a revisar con cuidado los resultados electorales habidos el pasado fin de semana en el Estado de México y Coahuila.
Un mal cálculo podría serle adverso a Morena para cuando llegue el momento de la sucesión presidencial, en particular si no se selecciona cuidadosamente a los candidatos para los cargos de legisladores federales. Porque sin abanderados morenistas con buena imagen lo que el presidente ha llamado su “plan C” para obtener la mayoría que le permita antes de dejar el poder realizar las reformas constitucionales de su interés se podría convertir en una “misión imposible”.
Así las cosas, en Morena podrán estar más que satisfechos por haberle infligido una derrota de alto significado al PRI en la entidad mexiquense y dar por hecho que sea quien fuere su candidato a candidata para la presidencia lo mismo sucederá el próximo año para conseguir un segundo periodo consecutivo sexenal en la primera magistratura, aunque en política nada es cien por ciento seguro.
Y menos si se toman en cuenta dos factores: la oposición no está “muerta y enterrada” y los abstencionistas que parecen dormir “el sueño de los justos” pueden llegar a reaccionar.
Y esto último podría ocurrir para cuando llegue el momento de elegir al sucesor de Andrés Manuel y a los representantes de las dos cámaras legislativas, además de quienes deban ocupar diversas gubernaturas, alcaldías y legislaturas locales. Obviamente, si los abstencionistas se deciden a actuar dejando de lado lo parece inmovilizarlos o sea: Atole en venas.