La bajeza contra la ministra
Armando Ríos Ruiz lunes 5, Jun 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Desde hace muchas décadas, los gobiernos en turno han tenido la preocupación de hacer investigar a la clase política, con el objeto de conocer sus lados débiles relacionados con la corrupción, principalmente, para tener elementos o armas en contra, que se usan cuando la situación lo requiere.
Por esa razón han adquirido tecnología cada vez más moderna y efectiva para realizar labores precisas de espionaje, que han ido desde la interceptación de señales telefónicas de manera rudimentaria, hasta el novedoso software espía o spyware denominado Pegasus, que suele ponerse en manos de la clase militar para que ésta se encargue de hacer el trabajo sucio.
La llegada de la ministra Norma Piña a la presidencia de la Suprema Corte, no es algo que pudiera aplaudir el Presidente tabasqueño, debido a que no se trata de una amiga personal sin personalidad propia y sumisa, como todos los lacayos de Morena. Al contrario, se trata de una persona con una sólida formación académica en el Derecho, que no comulga para nada con el abuso o la imposición arbitraria de caprichos que lastiman a los mexicanos.
El rechazo de la Corte de las iniciativas aprobadas por el Congreso, únicamente porque las envió el Ejecutivo, sin conocer su contenido y con la orden de aprobarlas sin cambiarles una coma, lo que se traduce en el imperativo:
” ¡Apruébese sin leer!”, constituye una ofensa grave para cualquiera. Más para el organismo encargado de vigilar el uso irrestricto de la ley en estos casos.
Esta situación convirtió a la ministra, inmediatamente, en enemiga del cambio prometido por Morena. Por la sencilla razón de que no se trata de un cambio para mejorar, sino sólo para destruir y para imponer el apetito concebido por el mandatario, de desaparecer todo lo que le estorba y así consolidar un plan maquinado desde hace mucho, de convertirse en el eje rector de vidas y haciendas, ya sea personalmente o a través de sus incondicionales.
Hoy existe en la mente del mandatario, el prurito de eliminar el mecanismo que designa a los ministros de la Corte y sustituirlo por el de elegirlos mediante voto popular, como si su pueblo bueno y sabio supiera mucho de leyes y de probidades de personas que ni siquiera conoce. Pero existe un deseo rencoroso de imponer esta modalidad, que sería única en el mundo.
Inició una embestida sin piedad en contra de la ministra Piña, a quien ha enviado sirvientes de pésima catadura, ni siquiera mexicanos, a gritarle ¡mueras! En la misma sede del organismo. Está empeñado en fabricarle una imagen de indeseable, para rematar con alguna estrategia a mano alzada o algo parecido,
que convenza a sus partidarios de que el mejor mecanismo es ese.
En una reciente mañanera, el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rodríguez Bucio, afirmó que Norma Piña y la magistrada Gabriela Rolón, secretaria ejecutiva de Disciplina del Consejo de la Judicatura, desecharon una queja administrativa contra la jueza Beatriz Eugenia Álvarez Rodríguez.
Se habla de un pepenador detenido en 2018 en Aguascalientes. De su desaparición y de la jueza, que protegió a los autores. Una vez interpuesta la queja por esta circunstancia, fue desechada por las dos funcionarias. La ministra Piña estaba lejos de ser presidenta de la Corte.
A leguas se nota que el militar recibió orden de investigar a fondo a la ministra enemiga y lo único que pudo encontrar fue lo expuesto arriba, que además trataron de magnificar para denostarla. No han bastado las injurias y los plantones mandados a hacer a la medida de la vileza exhibida frente a la Corte. Hay que atizar todos los días el fuego infame, con ruindades como la anterior.
Seguramente al paso de los días, encontrará nuevas formas de denigrar a la Corte, con intención de abonar el terreno y una vez llegado el momento en que el pasto esté sediento, imponer uno de sus mecanismos inventados para realizar su intento entre los incondicionales que le aprueban todo, con la esperanza de recibir como pago, su mirada y su sonrisa agradecidas.