La 4T tiene abiertos muchos frentes
¬ Luis Ángel García miércoles 24, May 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
En una obsesión por instaurar un Estado autocrático, el poder de un sólo hombre, una presidencia imperial, el inquilino de Palacio Nacional pretende imponer su proyecto político a costa de someter a los Poderes de la Unión, a los organismos autónomos, a los empresarios, a los científicos e investigadores, a las universidades públicas y busca influir en un supuesto nuevo concierto internacional, cuando él se ha encargado de acabar con el tradicional liderazgo de la política exterior mexicana.
Primero acabó con el servicio civil de carrera, mal llamada burocracia dorada, y reemplazó una estructura administrativa funcional, por ineptos y gente sin experiencia, pero que son serviles a los mandatos del tlatoani. Por ello, hoy cuenta con un gabinete, bien llamado de floreros, adorno que poco a poco se han convertido en una junta de notables que sólo buscan el enriquecimiento y no aportan nada a las funciones sociales de sus dependencias. Después siguió con los “legisladores”, zalameros que van por otros “huesos” y seguir mamando del presupuesto. Convirtió el Congreso en una oficialía de partes, donde no hay representantes populares sino abyectos burócratas que aprueban todas las iniciativas presidenciales con un “como usted guste señor Presidente”.
Durante la primera mitad del sexenio, también contó con un presidente carnal en la Suprema Corte, hasta que llegó la muy digna jurista Norma Lucía Piña Hernández, quien dignificó al poder judicial y dio vigencia a la división de poderes. Ello le ha valido una campaña de odio y agresiones desde el ex Palacio Virreinal, su vecino. Ofensas, insultos, sitiados por una turba de enajenados y miserables comprados con dinero público, alentados por el impresentable “gobernador” de Veracruz, quien distrae recursos del estado para financiar ese asedio. Aguanta incólume la presidenta de la Corte, lo que más provoca el enojo del tabasqueño, quien ante la exigencia de que respete la Constitución, se asume como dictador y gobierna con decretos.
Otro frente que mantiene es contra los empresarios, a quienes critica por corruptos, conservadores, voraces expoliadores del pueblo, burgueses inmorales. Recientemente utilizó a las fuerzas armadas para “expropiar” por causa de “seguridad nacional” tramos de una vía férrea del Grupo México, quien “insolente” reclama una justa indemnización, pero que se le hace excesiva al mandatario y por eso envía a los marinos a tomar posesión del medio de transporte. Esta acción, franca provocación, crea un ambiente de incertidumbre entre los inversionistas privados, medida que incluso motivó los rumores de que se cancelaba la compra de Citibanamex, con el argumento de que no iban a arriesgar siete mil millones de dólares para que después el gobierno lo expropiara. De ese tamaño es la desconfianza de los empresarios. Pero eso poco importa al inquilino de Palacio Nacional que se aferra a un populismo setentero que ya no funciona, pero se obsesiona con sus símiles de Venezuela y Cuba.
Ante la proximidad del relevo del rector en la UNAM, la 4T busca a un candidato que sea afín a su proyecto político, que desincentive a los “aspiracionistas” clase medieros, que masifique la educación y controle a científicos e investigadores. Educación mediocre y dogmática. La transformación del Conacyt es prueba de ello. La ideologización se pretende dar desde los libros de texto de primaria, los cuales, por cierto, fueron frenados por la Suprema Corte.
En la política exterior, México se ha enemistado con medio mundo. Lo mismo con los Estados Unidos, a pesar de que se presume la buena relación del presidente Biden, que con España y el reclamo sobre la Colonia, con Panamá, Perú y Guatemala. El liderazgo internacionalista de nuestro país se ha perdido en menos de cinco años y tardaremos en recuperarlo.
El Presidente abrió muchos frentes y se empecina en imponer su proyecto político y no se dude que busque ampliar su mandato, ejercer un Maximato con su “corcholata” preferida o la revocación de mandato si el próximo Ejecutivo no se apega a su proyecto.