Terminó la emergencia por Covid, pero la amenaza del virus sigue latente
Mundo lunes 22, May 2023
- Vigilancia puntual de la enfermedad, el reto
Tras más de mil días de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara a la Covid-19 como pandemia, terminó la emergencia sanitaria, pero no la amenaza del virus, advierte el doctor Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia de la UNAM y especialista del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina.
El organismo internacional declaró el fin de emergencia de salud, pero aún hay muchos retos por delante para convivir con un virus que llegó para quedarse, señala el especialista.
La OMS determinó que la Covid-19 es ahora un problema de salud establecido y en curso que ya no constituye una emergencia de salud pública de interés internacional; sin embargo, la institución desarrolló un plan estratégico de preparación y respuesta 2023-2025 diseñado para guiar a los países en la transición a la gestión a largo plazo de la presencia del virus. Este plan describe acciones importantes que los países deben considerar en cinco áreas: vigilancia colaborativa, protección comunitaria, atención segura y escalable, acceso a contramedidas y coordinación de emergencias, explica Mauricio Rodríguez.
“La Covid-19 es una enfermedad que se debe vigilar puntualmente, como las demás que se mantienen en el país, como el dengue o la tuberculosis, entre muchas otras. Debe quedar claro que el SARS-CoV-2 no se va, ni se irá”, apunta Rodríguez.
Para la OMS, uno de los puntos clave para el control del virus será integrar la vacunación contra la Covid-19 en los programas de vacunación nacionales.
“La amenaza está latente y tendremos que ver qué sucede con la ola del verano”, dice el especialista sobre esta nueva transición en la convivencia con el virus en la que la OMS retira del discurso la palabra emergencia, pero asumiendo que el virus sigue cobrando una vida cada tres minutos y miles de personas de todo el mundo aún luchan por su vida en unidades de cuidados intensivos, mientras millones siguen viviendo con los efectos debilitantes posteriores a la infección.