Lecciones electorales
Ramón Zurita Sahagún martes 5, Jul 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los comicios del 3 de julio dejaron una serie de lecciones que deberán ser analizadas por los perdedores.
Para derrotar al PRI se requiere de una alianza entre los partidos de la izquierda y de la derecha, pero además deberán contar con un candidato de formación priísta.
En la actualidad quedó plenamente comprobada esta teoría, ya que las alianzas ganadoras del año pasado (Oaxaca, Puebla y Sinaloa) permitió la formación de frentes comunes con candidatos emanados del PRI. Gabino Cué, Rafael Moreno valle y Mario López Valdez, abrevaron en el tricolor.
Las referencias a esos triunfos plasmadas por varios de los candidatos derrotados en los estados de México, Coahuila y Nayarit, mostraron que los candidatos surgidos de los partidos que los propusieron y hasta los importados de otros organismo políticos, simplemente no garantizan.
Pero además de ello, para triunfar los partidos adversarios del PRI deberán mantener la cohesión interna, porque de otra forma sufrirán reveses menos o más espectaculares que los del domingo 3 de julio.
En las tres entidades en competencia por el gobierno estatal, la izquierda llegó fracturada y en dos de ellos el PRD propuso a sus candidatos y los otros organismos (PT y Convergencia) postularon a otro.
El resultado de ello es que los candidatos de unos (PT-Convergencia) en Nayarit y de los otros (PRD) en Coahuila, captaron una votación raquítica.
Pero ni siquiera unidos, con un solo candidato, hubiesen alcanzado posibilidades de disputar la supremacía de los gobiernos estatales.
Y es que en el Estado de México, donde fueron unidos los tres partidos de la izquierda, su votación fue tan magra que se ubicaron a 40 puntos porcentuales del priista ganador.
Con todo y la pretendida alianza con el PAN, las cifras hubiesen quedado en una paliza del dos a uno, sin importar si el candidato era Alejandro Encinas o Luis Felipe Bravo Mena.
Por eso, la apuesta mañosa de perredistas y panistas estaba puesta en la eventualidad de que Eruviel Ávila Villegas no fuese postulado por el PRI y entonces lanzar sus redes por él.
Sin embargo, eso no sucedió e izquierda y derecha tuvieron que apostar con sus propios candidatos, desgastados y caducos que no pudieron levantar su votación y que se ubicaron por debajo de las expectativas y de los pronósticos de los distintos sondeos.
Otra lección, también valedera para la izquierda, es no dejar que los caciques del partido nombren a los candidatos a su antojo y menos que lleven figuras emblemáticas como postre de los mítines y concentraciones partidistas.
Fuera de Marcelo Ebrard, los demás son las mismas caras que de emblemáticas llegaron a su caducidad. Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho Solís y el propio Andrés Manuel López Obrador, son respetados, pero se convirtieron en figuras que les han cerrado el paso a las nuevas figuras de la izquierda.
La realidad es que los partidos de la izquierda deberán refrescar su militancia y buscar candidatos más atractivos.
Alejandro Encinas Rodríguez ganó amplios reconocimientos como un luchador da la izquierda, con ideas modernas, pero eso fue hace 18 años cuando compitió por primera vez por el gobierno mexiquense.
Es cierto que su labor como jefe de gobierno sustituto en el Distrito Federal le valió reconocimientos a medias, ya que su desempeño no fue malo, pero también lo es que actuó como militante en otras ocasiones.
Para Coahuila, Convergencia y PT nominaron al eterno aspirante Jesús González Schmall, un ex panista nacido en esa entidad, pero donde nadie lo conoce, con todo y que en varias ocasiones ha buscado cargos de elección popular, sin conseguirlos, pues su votación histórica no rebasa el cinco por ciento.
En Nayarit, el grupo de Los Chuchos se aferraron a la candidatura de uno de los suyos, Guadalupe Acosta Naranjo, y se negaron a ceder la candidatura a otra de los suyos, Martha Elena García de Echevarría.
Aquí no fue siquiera la prohibición a las alianzas de parte de Andrés Manuel López Obrador lo que las impidió, sino la terquedad de Los Chuchos, por implantar como candidato a quien les salvó la presidencia del partido para el Chucho mayor, Jesús Ortega Martínez, en los tiempos de mayor confrontación entre el grupo de estos y el de López Obrador.
Hoy, después de los resultados en los tres estados, los partidos de izquierda y derecha deberán reflexionar ampliamente para saber con qué armas pretenden enfrentar al PRI en la contienda del 2012, ya que las mostradas hasta ahora no les son suficiente para frenar a la aplanadora que ya está calentando motores.
LOS TRES GANADORES
Por enésima vez, los priístas ensayaron la fórmula para que sus gobernadores no rebasen la media centuria de edad y de los tres ganadores, el de mayor edad es Rubén Moreira Valdés, quien apenas rebasa los 45, aunque represente una edad superior. Le sigue Eruviel Ávila Villegas, con poco menos de 43 años y el menor de ellos es Roberto Sandoval Castañeda, lejano todavía de las cuatro décadas.
¿MARCELO O AMLO?
La moneda está en el aire y la pregunta es quién perdió más en el Estado de México, de los dos candidatos presidenciales de la izquierda.
La candidatura de Encinas fue compartida, por lo que son corresponsables de la debacle, tanto Marcelo como Andrés Manuel.
Los dos respaldaron la candidatura de Encinas y fueron las estrellas de los principales mítines, además de asistir a diversos eventos y realizar campaña abierta por su candidato.
Es cierto que uno quería alianza (Marcelo) y el otro no (AMLO), pero al final los dos convinieron en que el mejor candidato era Encinas, con todo y que se cuestionó fuertemente su residencia.