Pleito entre liberales y conservadores
Alberto Vieyra G. miércoles 3, May 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A razón de un encarnizado pleito entre liberales y conservadores, la nación azteca perdió ante Estados Unidos más de la mitad de su territorio original de 2 millones 547 mil 242 kilómetros cuadrados en 1848. Ese pleito entre liberales y conservadores le ha dado en toda la madre a México.
Benito Juárez un masón liberal moderado y un puñado de liberales que con él estuvieron, harían que México transitará de un México en poder de terratenientes españoles, preponderadamente la Iglesia católica a un México de libertades e instituciones que se consolidarían con el nacimiento del PRI en 1929.
La independencia de México dividió automáticamente en dos a la nación azteca. Los llamados conservadores, ricos todos ellos, luchaban por conservar sus privilegios que ostentaban en el gobierno virreinal y como la mayoría eran masones que traían hasta en la médula lo europeo, intentarían traer a un príncipe para que gobernará a un ingobernable México: A Maximiliano.
Aquel puñado de conservadores le pedirían a Napoleón III, apodado el pequeño, que Fernando Maximiliano de Hamburgo se convirtiese en el segundo emperador de México. La lista de conservadores la encabezaban el yucateco José Manuel de Landa, Juan Nepomuceno Almonte hijo de José María Morelos, el ex presidente mexicano Miguel Miramón y Tarelo, Tomás Mejía, José María Gutiérrez de Estrada, Joaquín Velásquez de León, Ignacio Aguilar, Adrián Woll, Antonio Escandón, Ángel Iglesias y José Hidalgo.
El desenlace de ese histórico, pero triste episodio, ya sabemos en qué terminó con el fusilamiento de Maximiliano, Miguel Miramón y Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas en 1867, en lo que se conoce como la Segunda Independencia de México cuando Juárez logro también expulsar de México al ejército francés, cuya verdadera razón de su invasión a México fue que nuestro país se convirtiese en una colonia o protectorado de aquella potencia europea.
¿Por qué hago historia?
Mire usted. Casi dos siglos después esa encarnizada lucha entre liberales y conservadores está al rojo vivo, atizada por Andrés Manuel López Obrador un masón liberal extremista, quien odia con toda su alma todo lo europeo y quizá España, y quizá ello explique por qué le declaró pleito a España para que la monarquía Ibérica pidiese perdón a los mexicanos por las atrocidades que los conquistadores españoles cometieron en la nación azteca durante 3 siglos.
AMLO utiliza diariamente a través de las mañaneras, el supremo instrumento de comunicación social de su gobierno para arremeter contra el conservadurismo mexicano y todo lo que no sea conservadurismo entre los que están sus críticos, periodistas y medios de comunicación, los picudos del capitalismo mexicano con excepción de los que conforman su oligarquía en el poder, tres de ellos multimillonarios y sin faltar sus opositores y enemigos políticos.
El radicalismo de AMLO contra todo lo construido en México durante los regímenes priistas y los dos regímenes conservadores del PAN ha hecho ver a los conservadores como el enemigo común de todos los mexicanos, al más puro estilo de Hitler que hizo también de los judíos el enemigo común de Alemania y Europa.
Enemigo es AMLO de las instituciones creadas por esos regímenes, entre ellas el Seguro Popular que daba muy buen servicio a más de 32 millones de mexicanos y lo desapareció porque fue creado por Felipe Calderón. AMLO a toda costa busca desaparecer al árbitro electoral de México, al Instituto Nacional de Acceso a la Información, institución que garantiza que los mexicanos tengamos derecho a saber en qué, cómo, cuándo y por qué se gastan nuestros dineros públicos. El Presidente ya desapareció al Conacyt, ya no habrá ciencia y tecnología en México y si nos descuidamos, AMLO termina desapareciendo a los otros 2 poderes del Estado el Legislativo y el Judicial.