A la carrera, Morena aprueba desaparecer el Insabi, la Financiera Rural y el Conacyt
Miguel Ángel Rivera jueves 27, Abr 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Como se ha vuelto costumbre, con dispensa de todos los trámites y “en lo oscurito”, el oficialismo —Morena y rémoras— aprobó en la Cámara de Diputados desaparecer el laureado Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), para sustituirlo por una nueva institución que, según la llamada Cuarta Transformación esté libre del pecado original de responder a la “ciencia occidental” o “neoliberal”.
Las condiciones resultan más que evidentes. Apenas el martes por la mañana se aprobó en comisiones —sólo con el respaldo de los legisladores de Morena y sus satélites del PVEM y PT— el dictamen que aprueba una iniciativa enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en diciembre anterior, pero que no pudo ser procesada en el anterior periodo ordinario de sesiones.
La propuesta fue rescatada el martes y presentada para su discusión —y aprobación— el mismo día, por la noche, en una sesión en que se decidió, igualmente con el voto de sólo Morena y su rémoras, cancelar un organismo que durante los últimos cinco años fue presentado como obra fundamental de la llamada Cuarta Transformación, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y también se canceló la Financiera Rural. Por eso se puede afirmar, sin temor a incurrir en mentida o exageración- que la reforma se aprobó en lo oscuro, aunque el lujoso salón de sesiones del Palacio Legislativo de San Lázaro esté iluminado por cientos de luminarias.
Como el corrido de Gabino Barrera, las fracción oficialista de la Cámara de Diputados, no entendió razones.
Como se ha vuelto costumbre, la oposición presentó mociones de suspensión y propuestas de reformas que fueron rechazadas sin discusión, sólo con el peso de la mayoría de Morena y sus rémoras.
En realidad, a pesar de las prisas por aprobar la reforma enviada por el Ejecutivo federal, no hubo sorpresas. Desde hace años, el presidente López Obrador y sus principales colaboradores se han manifestado en contra del trabajo realizado por el Conacyt y hasta acuñaron nuevos conceptos, como el de la “ciencia neoliberal”, que nadie, más que ellos, sabe qué significa.
Otro caso de definiciones “sui generis”, ocurrió en 2015, cuando la ahora titular del Conacyt, en su calidad de investigadora de la UNAM, dijo que “la ciencia occidental es la que ha producido los avances más deslumbrantes y, quizá, más inútiles como la llegada a la Luna”.
En otra oportunidad hizo referencia a un “sistema capitalista neoliberal globalizado, (en el cual) las corporaciones usan a las científicas y su ciencia, nuestra ciencia, y dictan qué se investiga y qué no, además de cómo legitimar sus negocios. Esto es a lo que llamo los avances de la hidra disfrazada de ciencia”.
Como ejemplo de lo difícil de encontrar una explicación a esos conceptos, vale mencionar que, mediante una solicitud de información de la Plataforma Nacional de Transparencia y solicitada por el sociólogo Juan Pablo Pardo Guerra, se pidió al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt ) una definición sobre el concepto de “ciencia neoliberal”. La institución respondió que no se “encontró información que pueda atender dicho requerimiento”.
La solicitud, con el número de folio 330010922000929 y realizada el 16 de noviembre de 2022, pidió específicamente al Conacyt y a su titular, María Elena Álvarez Buylla Roces, que “informen de la definición oficial de qué constituye ciencia neoliberal” y cita que dicho término se ha utilizado en varias ocasiones y destaca una entrevista del diario La Jornada.
“Dada la clara importancia del concepto en el marco de las políticas públicas de ciencia y tecnología, solicito al Conacyt se me proporcione una definición oficial de ciencia neoliberal, así como criterios claros, transparentes, colegiados y cuantificables que permitan distinguir ciencia neoliberal de otras formas de ciencia”, se puede leer en la solicitud de información.
Lo que sí quedó claro es que el dinero de los fideicomisos en materia de ciencia y tecnología se desvió.
En declaraciones ante diputados, en agosto de 2022, Álvarez Buylla admitió que la desaparición de fideicomisos sirvió para financiar parcialmente al Tren Maya, el AIFA y Dos Bocas.
“Dos años después de la extinción de 109 fideicomisos que administraban dinero público para proyectos trans-sexenales, de los cuales 44 eran para investigación científica y desarrollo tecnológico, la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Elena Álvarez Buylla, reconoció ante diputados y senadores que parte de esos recursos se entregó a la Tesorería de la Federación para los “proyectos prioritarios” de este gobierno. La actual administración federal considera bajo esta categoría a la refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya”, dice la nota publicada por el diario La Crónica de Hoy, bajo la firma de Antimio Cruz.
A lo anterior, se debe recordar que la administración de Álvarez Buylla promovió una denuncia penal contra distinguidos investigadores nacionales, a los cuales se acusó de malversación de recursos e inclusive solicitó una orden de aprehensión en contra de 31 científicos de este organismo. La investigación corrió a cargo del “autónomo” fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, quien por cierto consiguió en este sexenio el más alto grado del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que, desde 2010, le había sido negado por una “insuficiente producción” científica.
A pesar de esa promoción, Gerz Manero no logró probar la presunta culpabilidad de ninguno de los inculpados. De hecho, la justicia federal dispuso que las demandas fueran sobreseídas, lo que significa que los acusados fueron absueltos y ya no podrán ser investigados por las mismas denuncias.
No obstante, la llamada Cuarta Transformación prosiguió el embate contra Conacyt y ayer sus diputados les obsequiaron una reforma por la cual desaparece esa institución y en vez de ella se crea el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, institución que supuestamente está lejos de la despreciada “ciencia neoliberal”.
Al defender la iniciativa, los diputados oficialistas sostuvieron que en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto entregaron miles de millones de pesos del erario a empresas, cuyos intereses eran el lucro y el negocio, además de afirmar que el Sistema Nacional de Investigadores se basa en criterios “elitistas” para el apoyo a los científicos.
Según la iniciativa enviada a la Cámara desde el martes 13 de diciembre de 2022, pero dictaminada a la carrera, contrario a lo que hicieron esos gobiernos anteriores, la autodenominada Cuarta Transformación ha dado un “giro radical” a la política científica; extinguió fideicomisos opacos; las becas ahora son universales con la idea de “no dejar a nadie atrás ni dejar a nadie afuera”; el sistema nacional de investigadores ahora es “incluyente”, además de que ahora sí, según su visión, se apoya a la ciencia básica y la de frontera, además de que han reactivado el registro de propiedad intelectual.
Carlos Madrazo, del PAN, sostuvo que ese dictamen “es una verdadera porquería, está hecho con las patas. Daña a la comunidad académica, impide la innovación científica, desalienta la investigación en la ciencia, la tecnología y la innovación, además de que provoca un daño irreparable a la infraestructura científica de México”.
Al presentar una moción suspensiva, la diputada del PRD denunció que en el proceso de dictamen se violentaron diversos acuerdos previamente establecidos, como lo es dar cumplimiento al sexto transitorio de la reforma constitucional en materia educativa. Dicha disposición establecía la entrega de un balance del desarrollo de la ruta aprobada, así como la realización de siete foros de parlamento abierto y consultas especializadas de los cuales solo se efectuaron dos foros.
Lo anterior, agregó, “refleja la renuencia al diálogo y a la discusión parlamentaria, la cual no es sólo un trámite más, ésta implica un proceso de análisis y estudio, algo a lo que el grupo mayoritario rehúsa, ya que sabe que carece de argumentos sólidos para defender algo que es inaplicable y regresivo”.
A final de cuentas, la reforma fue aprobada en San Lázaro con 257 votos a favor, 210 en contra y dos abstenciones. Para entrar en vigor deberá ser ratificada por el Senado.