Mexicanos al grito de guerra…
¬ Luis Ángel García lunes 24, Abr 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
De nueva cuenta, el Presidente arenga a los mexicanos a aprestarnos para tomar el acero y el bridón ante una potencial invasión norteamericana como sucedió en los siglos XIX y XX. Nada más alejado de la realidad, pero es el nuevo distractor del inquilino de Palacio Nacional para desentenderse de los graves problemas que aquejan realmente al país como es la economía, la inseguridad, la migración y el sistema de salud.
No pudo tener mejor escenografía que la Escuela Naval en el puerto de Veracruz, testigo de las invasiones de 1838, 1847, 1861 y 1914, entre otras, de naciones extranjeras, dos de ellas de los norteamericanos.
En el fondo sabe que las nuevas invasiones o intervenciones no son armadas, son comerciales, tecnológicas, arancelarias y de espionaje. Pero un discurso patriotero, incendiario, llama a un nacionalismo adormilado que tenemos todos los mexicanos. Envolverse en la bandera le permite posicionar su proyecto político y darle identidad al nuevo “enemigo” de México: Los Estados Unidos; con ello, los pobres dejan de pensar en los precios de la canasta básica, de paliar su miseria y resignarse a sobrevivir con los subsidios gubernamentales, que les cobrarán en las próximas elecciones. También es un distractor de las multimillonarias multas que al fin al de este sexenio se tengan que pagar por incumplir o violar las cláusulas del T-MEC por cerrarnos a las inversiones extranjeras en campos como la minería o a la generación de energías limpias. Tampoco reflexionaremos sobre las consecuencias económicas y sociales de la crisis migratoria o el problema de la inseguridad o la violencia que genera el crimen organizado.
Esos son los verdaderos problemas nacionales, pero urgía un pretexto para alentar un sentimiento nacionalista ramplón, sin reflexionar sobre las consecuencias de espantarnos con la fábula del lobo. Tanto reta a los gringos que seguramente tomarán medidas para frenar drásticamente el negocio de los cárteles mexicanos, donde las autoridades han sido omisas en el combate al narcotráfico. Eso sí preocupa a la Casa Blanca, que el fenómeno de las adicciones se convierta para ellos en un tema no sólo de seguridad nacional, sino de salud pública por el tráfico ilícito de estupefacientes como el fentanilo, suceso que una y otra vez niega el gobierno, aunque cada vez las agencias americanas creen menos. Información de las propias fuerzas armadas dan testimonio de la destrucción de laboratorios clandestinos donde se procesa, en territorio nacional, los precursores químicos que se convierten en pastillas para inundar el mercado más grande del mundo. Somos más que maquilladores de ese estupefaciente que provoca cien mil muertes al año en la Unión Americana y que porosas fronteras terrestres y marítimas permiten el tránsito.
Ante la inacción de las dependencias oficiales que mantienen la fracasada política de abrazos y no balazos y la ineficaz estrategia de rescatar a los sicarios con programas asistencialistas que no resuelven de raíz la pobreza, los americanos sí pueden intervenir, no con su ejército, sino con sistemas de inteligencias que operan desde hace tiempo agencias como la CIA o la DEA, sin que se pueda hacer nada.
Mentira que el gobierno no permita la labor de los agentes americanos o que tengan que pedir permiso o informar de sus actividades. Ellos saben dónde están los objetivos prioritarios y si quieren avisan a las policías nacionales o ellos los sustraen sin problema alguno. Lo vimos con la recaptura de Rafael Caro Quintero, donde ha incumplido el gobierno con la promesa de extraditarlo, o la localización de los secuestradores y asesinos de ciudadanos norteamericanos en Nuevo Laredo o la muerte en Michoacán, sin que nadie se adjudique la autoría, del malandro que masacró a los sacerdotes jesuitas en Chihuahua.
Eso es lo que quieren los gringos, que mantengamos a raya a los migrantes, que respetemos los compromisos del T-MEC y que combatamos a los narcotraficantes. Tan irreal es la amenaza de una invasión armada como innecesario es el mensaje patriotero que nos advierte de que ahí viene el lobo.