Avispero universitario
Freddy Sánchez jueves 20, Abr 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“El 68 no se olvida”…
Con esa frase repetida como pocas en México es preciso refrescarles la memoria a los políticos temerarios que parecen empeñados en “meter las manos” en la Universidad Nacional Autónoma de México con insanos propósitos de manipulación.
Y es que agitar las aguas del campus universitario bajo ningún pretexto es justificable.
Los asuntos de la universidad deben seguir siendo resueltos por universitarios.
El cambio del rector y demás cuestiones que pueden significar la alteración anímica estudiantil es menester que se realice con la mayor armonía posible.
Porque incurrir en el afán impertinente de buscar la división y el conflicto entre universitarios provocando que se desborden las pasiones y haya actos de violencia dentro y fuera de la máxima casa de estudios sería una conducta de la más baja calaña política.
Los tiempos que corren en el país, caracterizados por la agresión verbal de quienes apoyan y los que están en contra de las algunas políticas de la Cuarta Transformación hace mucho más riesgoso que ese clima de animadversión contamine la esfera estudiantil en los planteles universitarios.
En particular, en la Universidad Nacional Autónoma de México en donde no es difícil propiciar un ambiente de hostilidades diversas habida cuenta de la predisposición de algunos grupos de recurrir a las protestas violentas cuando algo les parece contrario a sus libertades.
Como se pudo comprobar en días recientes los estudiantes que ven en el gobierno medidas que producen perjuicios en su contra como sucede con el manejo de la becas, no dudan en inconformarse recurriendo a bloquear vías de tránsito vehicular.
Y lo que es más grave: abriéndose un espacio para la actuación violenta de grupos vandálicos.
De ahí la imperiosa necesidad de evitar que las pasiones políticas propensas a la ira social para fustigar a los que piensan distinto y no están necesariamente a favor o en contra del gobierno en turno, alcancen el territorio universitario engendrando disputas violentas entre estudiantes y al mismo tiempo acciones contra la sociedad civil en las calles.
Así las cosas, mejor será que en la UNAM se respete el derecho de los alumnos, maestros, investigadores y autoridades para resolver sus cuestiones internas sin menoscabo de su autonomía y con respeto a sus normas internas.
Sean políticos cercanos al gobierno o de la oposición los que de una u otra forma quisieran seguir influyendo en el comportamiento universitario para la elección del nuevo rector o rectora, así como en torno a la discusión de cualquier cosa que perjudique sus derechos y libertades vigentes, lo correcto es abstenerse de actitudes de necia intromisión.
La UNAM ha sido y debe seguir siendo un recinto académico distante de las disputas por el poder en México, puesto que eso ha significado alentar la democracia sin que participen abiertamente los universitarios con actos de proselitismo o de presión, sino como electores como todos los demás con derecho a elegir en lo individual al partido de su preferencia.
Es por ello que hay que evitar cualquier acción que afecte la autonomía de la universidad y los derechos universitarios como lo sería inevitablemente una descarada manipulación política partidista capaz de agitar el avispero estudiantil.