Philomena Cunk vs. la solemnidad del académico
Opinión miércoles 19, Abr 2023Filosofía Millennial
H. R. Aquino Cruz
- Cunk on Earth es un trabajo de comedia y de falso documental; una sátira de las maneras áridas y sosas de algunos formatos documentales antiguos para presentar la información y, al mismo tiempo, una muestra irónica que juega con lo real espontáneo y lo planeado
Una de las razones por las que, sin quererlo, la transmisión del conocimiento riguroso, serio y metódico resulta complicada es la solemnidad que rodea a su carácter académico. En otras palabras, la pasión intensa que sienten investigadores, estudiosos y especialistas sobre sus áreas de conocimiento muchas veces queda opacada y velada por un constructo de formalidad que busca proteger la relevancia de una opinión docta tras una fachada de altivez que resulta, para el público ajeno a las minucias del estudio acucioso, como mera soberbia o ínfula de superioridad moral o intelectual.
Es verdad que para entrar en los detalles más finos de las áreas de conocimiento más penetrantes es necesario contar con un rico acervo personal de bibliografía y otros recursos para tener una opinión efectivamente informada, un conocimiento de causa. Sin embargo, esto no quiere decir que el conocimiento más preciso y técnico no pueda tener un correlato que apele al sentido común y a los tópicos generales conocidos por la mayoría de los individuos.
Esto no quiere decir que el constructo de formalidad que le adviene al conocimiento sea parte necesaria e inseparable de él y, mucho menos, quiere decir que el conocimiento mismo no se beneficie de ser expuesto, explorado y ensayado a través de medios diversos que prescindan del carácter académico riguroso, serio y metódico.
Así lo demuestra —a mi parecer— la nueva serie del personaje creado por Charlie Brooker (Black Mirror) y Diane Morgan: Philomena Cunk, protagonista de la serie de falso documental Cunk on Earth o La tierra según Philomena Cunk.
La serie de Netflix es la primera muestra internacional del personaje británico que, en su región de origen, se ha desarrollado paulatinamente desde 2013. Cunk inició siendo un personaje recurrente en el show de revista de Brooker para la BBC; el éxito del personaje la llevó a convertirse en la voz de especiales dedicados a la Historia del Reino Unido, Shakespeare y, en su momento, a lo acontecido durante la pandemia de COVID-19 en 2020, entre otros temas.
En cierto sentido, es difícil describir a Philomena porque resulta ser un personaje dolorosamente promedio. Una reportera que se exhibe mal informada, desinteresada y brillantemente ignorante.
Quizá bastaría con poner algunos ejemplos del tipo de preguntas que Cunk le hace a los mejores especialistas británicos: “¿Cómo construyeron las pirámides los egipcios? ¿empezaron del suelo para arriba o de arriba para abajo?”, le pregunta a una especialista en Historia de Egipto; “La frase más importante de Aristóteles para mí es ‘baila como si nadie te estuviera viendo’, ¿qué opina usted al respecto?”, le pregunta a una especialista en Filosofía Antigua quien responde: “Aristóteles nunca dijo esa frase”; “¿Qué ha sido más significativo culturalmente el Renacimiento o ‘Single Ladies’ de Beyoncé?”.
Y aquí es donde hay que recordar que Cunk on Earth es un trabajo de comedia y de falso documental; una sátira de las maneras áridas y sosas de algunos formatos documentales antiguos para presentar la información y, al mismo tiempo, una muestra irónica que juega con lo real espontáneo y lo planeado.
Según explican Brooker y Morgan, cuando los especialistas son invitados a participar en las impredecibles entrevistas de Philomena Cunk se les dice simplemente que trabajarán en una pieza de comedia. No se les explica ni se les avisa qué tipo de preguntas hará su entrevistadora ni se les pide, específicamente, algún tipo de respuesta o reacción.
Así, en Cunk on Earth vemos a importantes académicos confrontados con una persona malinformada, incompetente para preguntar y para comprender sus respuestas y capaz de tratar de replicar su conocimiento de causa con frases como “lo vi en un video de YouTube, se lo voy a mandar”.
De esta manera, indirectamente, Cunk on Earth pone de frente al conocimiento informado y docto con el conocimiento común y desinformado; el resultado, dicen algunos, es un doloroso reflejo del poco interés por la ciencia, la historia, el arte y el conocimiento veraz en nuestros días.
El resultado, dicen otros, es una muestra de que también los académicos —aún los más reputados y serios— son capaces de jugar el juego de la comedia con tal de transmitir el conocimiento que les apasiona.
Al respecto, el mejor ejemplo que nos presenta La tierra según Philomena Cunk es el especialista en Filosofía de la Religión Douglas Hedley quien antes que socavar el carácter de Philomena por su ignorancia o ironizar con su falta de referencias adecuadas para una conversación formal-académica, más bien recoge las malconstrucciones conceptuales de Cunk para guiarlas hacia algún concepto filosófico o para acercarlas a algún aprendizaje reflexivo.
Así, los embates cómicos de Philomena quedan resignificados por un carácter intelectual afable que rompe elegantemente con la idea errónea de que el conocimiento no se puede generar ni explicar desde puntos de partida no-formales o no-académicos.
Lo que Hedley demuestra, por el contrario, es que la Filosofía, la Ciencia, el Arte y la Historia pueden ser encontrados, señalados y estimulados aún en los más impredecibles interlocutores. Demuestra que no todo tiene que ser solemne para ser conceptualmente correcto y que transmitir conocimiento veraz también se logra desde la comedia, desde la ignorancia y desde la ingenuidad.
En cierto sentido, es difícil describir a Philomena porque resulta ser un personaje dolorosamente promedio. Una reportera que se exhibe mal informada, desinteresada y brillantemente ignorante. Sin embargo, desde los ojos de sus creadores —Brooker y Morgan— Cunk es equiparable a un niño o niña que hace preguntas desde el desconocimiento y que, a pesar de ello, logra tocar asuntos profundo o hacer observaciones sagaces.
De este modo, a través de esta lúcida ignorancia, Cunk on Earth se las ingenia para hacer toda clase de comentarios sarcásticos, satíricos, agudos y efectivamente graciosos sobre Filosofía, Ciencia, Historia, Arte y Música; sobre rock’n’roll, La Antigua Grecia, La Edad Media, Los Beatles, las Guerras Mundiales, la Fundación de los Estados Unidos y hasta algunos esbozos sobre la tecnología actual y la Inteligencia Artificial, entre muchos temas más.
La tierra según Philomena Cunk usa los recursos cómicos clásicos disfrazados de preguntas desatinadas para entregar chispazos de cinismo, genialidad e incisiva observación social. Pinta cuadros históricos con relatos evidentemente malformados que permiten al espectador diferenciar entre la falsedad, el error y el desacierto y los hechos y algo de Historia auténtica.
Con el único afán de hacer reír, Brooker, Morgan y su Cunk on Earth logran transmitir auténtico conocimiento, evidenciar —indirectamente— la pasión de quienes dedican su vida a investigarlo y desarrollarlo y demostrar que la solemnidad impuesta a la seriedad del academicismo es un constructo que nada tiene que ver con el hecho de encender la curiosidad de todos los públicos respecto al conocimiento veraz.
En todo caso, Philomena Cunk y su brillante ignorancia demuestran que romper con las formalidades es, en ocasiones, uno de los caminos más directos a la autenticidad. En este caso, que romper con la árida solemnidad del academicismo abre una ventana efectiva para asomarse a la pasión por el conocimiento.
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