El gobierno, mal administrador
¬ Luis Ángel García lunes 17, Abr 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
“La Docena Trágica” (1970-1982), regímenes populistas que demostraron que el gobierno es un mal empresario y peor administrador. Ante la aguda crisis económica que vivió el país en los setenta, después de la de 1932, Luis Echeverría —Presidente priista que por cierto no es atacado por la 4T y hasta trata de imitar—, buscó suplir las funciones de la iniciativa privada, la cual vio quebrar sus inversiones y negocios, para aparentemente salvar los empleos. Así, de la noche a la mañana, se estatizó la economía y el gobierno se convirtió en “próspero” empresario; cuanta industria o comercio cerraba, la administración pública entraba al quite.
El gobierno se convirtió en hotelero, restaurantero, agente de seguros, empresario de la aviación, fabricante de bicicletas y de hilos, dueño y distribuidor automotriz, de televisoras, radiodifusor, administrador de teatros y cines. José López Portillo no le fue a la saga y decretó la nacionalización de la banca, fue productor de películas y hasta propietario de equipos de futbol.
Ese triste periodo de nuestra historia se caracterizó por una permanente hiperinflación y sucesivas devaluaciones del peso. Se ahuyentó la inversión y quebraron miles de negocios privados, En doce años, el gobierno demostró que es un pésimo empresario, tronó Nacional Hotelera, Mexicana de Aviación, la cadena de restaurantes Focolare, la empresa automotriz Vehículos Automotores Mexicanos (VAM), fabricante de Rambler, Aseguradora Hidalgo, ya no existe el Conacine ni los Hilos Cadena, los bancos volvieron a ser privados, desapareció el once futbolero Oaxtepec y el Atlante es de particulares.
Hay que recordar que estas dos corporaciones del balompié eran administradas por el IMSS, junto con equipos de segunda y tercera división como los Venados de Yucatán y los Lobos de Tlaxcala, todos con estadios propios. El IMSS era propietario del que se llamó el Azulgrana, “La casa de los Potros de Hierro” en la Ciudad de los Deportes. Hoy quién sabe cómo se llame, después de ser el Estadio Azul del Cruz Azul. Pareciera que el gobierno no quiere dejar piedra sobre piedra.
En doce años, acabaron con cientos de negocios que previamente habían hecho quebrar por las malas políticas económicas de dos sexenios. Bueno, ni en pleno boom petrolero, México pudo mantener una economía sana y boyante.
Por eso llama la atención que esta administración, sin crecimiento económico, con riesgo de caer en la estanflación, con gran problema de desabasto de medicamento y un sistema de salud colapsado pretenda vendernos la idea populista de que al final del sexenio, los mexicanos contaremos con un servicio mejor que en Dinamarca. Si las actuales estructuras de seguridad social no pueden atender razonablemente bien a sus derechohabientes, cómo quieren creer que habrá una cobertura universal de excelencia en el sistema de salud, luego de que irresponsablemente desapareció el Seguro Popular, el cual atendía a 15 millones de compatriotas, los cuales recibían atención médica y medicamentos desde primer nivel hasta los servicios de especialidades.
Ni la red hospitalaria de Salud, ni el IMSS ni el ISSSTE dan una atención decorosa a su población beneficiaria. Cada vez es más difícil conseguir los fármacos recetados por los propios médicos —hay mercado negro propiciado por los mismos empleados—, padecen insuficiencia de quirófanos, nunca sirven los aparatos para Rayos X, tomografías u otras pruebas de gabinete. Los familiares son obligados a conseguir de manera particular medicamentos, material de curación o, incluso, instrumental quirúrgico. Los medios de comunicación y los buzones de quejas de las instituciones de Salud dan testimonio de esa lamentable realidad, consecuencia, en mucho, de lo mal administrador que es el gobierno. Por eso, como diría el clásico, a mi que no me vengan con que tendremos un sistema de salud mejor que el de Dinamarca. Eso es populismo puro.