Presidente despilfarrador
Alberto Vieyra G. martes 11, Abr 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
AMLO pasará a la historia por dos cosas: Como un pleitero de callejón y un vil despilfarrador de los dineros de los mexicanos.
Primero, se estrenó mandando a la basura más de 300 mil millones de pesos cancelando el proyecto del Aeropuerto Internacional de Texcoco, que pondría a México como una nación de primer mundo, y lo cambió por un “elefante blanco” llamado Santa Lucía del que no quieren volar ni los avioncitos de papel.
Además de ese monstruoso despilfarro, dejó una deuda internacional de más de 5 mil millones de dólares en bonos de Nueva York por la que los mexicanos tendremos que pagar intereses los próximos 18 o 20 años.
Después, se dedicaría a chatarrizar al país comprando la refinería Deer Park, en Estados Unidos, para que, según el señor López Obrador, “México ya no importe gasolinas”.
Con un discurso que huele a patrioterismo podrido, la semana pasada AMLO siguió con el despilfarro de la nación comprándole a la más importante empresa generadora de energía en el mundo, Iberdrola 13 plantas que están en pleno proceso de chatarrización, pues ya tienen más de 18 años en operación vendiéndole electricidad a la Comisión Federal de Electricidad y la misteriosa operación económica nos la ofrece a los mexicanos envuelta en un añejo y ramplón patrioterismo disfrazado de nacionalismo. AMLO quiere pasar a la historia como un Lázaro Cárdenas o un Adolfo López Mateos. Con la compra de las plantas generadoras de energía a Iberdrola, AMLO despilfarra casi 6 mil millones de dólares, el equivalente al monto que Tesla invertirá en Nuevo León para crear la más pomposa planta de autos eléctricos del mundo.
AMLO, apenas llegó a Palacio Nacional y lo primero que hizo fue pelearse con los reyes de España exigiéndoles que se arrodillaran y pidieran perdón por las atrocidades que causaron los conquistadores españoles contra los indios en la nación azteca y el inmisericorde saqueo a México. La corona española se soltó a reír a tambor batiente de las ocurrencias del llamado mesías tropical mexicano. Habrá que recordar que la principal función de la monarquía española es luchar por la preservación de las empresas españolas estén donde estén.
No hace mucho, el despilfarrador de Palacio acusaría a Iberdrola de ser “altanera, corrupta y saqueadora de la riqueza nacional” como si México fuera tierra de conquista. AMLO se comprometió a fincarle responsabilidades y dijo textualmente: “¡Que Iberdrola se vaya al carajo!”.
Sí, se va al carajo, pero con casi 6 mil millones de dólares, es decir unos 111 mil millones de pesos a cambio del 80% de sus activos invertidos aquí en unas plantas que ya están en plena chatarrización y que, de acuerdo con el Acuerdo de París sobre el cambio climático, Iberdrola debería modernizar sus plantas generadoras de energía a más tardar en 5 años, lo cual le representaría un billetote. Así que AMLO, en su demencial borrachera patriotera le hizo un favor colosal a Iberdrola y a la monarquía española.
Pero no crea usted que con la compra a Iberdrola la CFE generará más energía eléctrica, no, será la misma que está generando actualmente porque a Iberdrola le compra la electricidad que no es capaz de generar la CFE.
Me asalta un recanija pregunta: ¿Tantísimo dinero que se embolsa España gracias a un despilfarrador presidente mexicano que quiere pasar a la historia como nacionalizador y hacer que México regrese a la era de Lázaro Cárdenas o de López Mateos; de dónde saldrá la lana que no estaba presupuestada para este año, se le agregará al trenecito maya o a Dos Bocas?
En el próximo año, la Auditoría Superior de la Federación nos dirá de dónde salió el despilfarro presidencial y López Obrador saldrá con que es otro complot de los conservadores.