Las narices gringas y los presidentes de México
Alberto Vieyra G. jueves 23, Mar 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“Agradezco que hayan pensado en mí, pero yo no estoy preparado para ser Presidente de México. El país debe ser gobernado por alguien que realmente quiera a su gente, a su tierra y que comparta la riqueza y el progreso”. Con esa histórica frase el general Francisco Villa, Doroteo Fermán Arámbula, nombre real del Centauro del Norte rechazó con una honestidad monumental la propuesta de Estados Unidos para convertirlo en Presidente de facto de la nación azteca.
Ante el inusitado rechazo, los halcones de Washington reconocerían el 9 de octubre de 1915 a Venustiano Carranza como Presidente de facto en México.
¿Por qué hago historia? Mire usted.
Poco más de un siglo después, acabo de escuchar a una mujer con la honestidad de Pancho Villa cuando algunas voces intencionadas le piden ser candidata presidencial por la alianza opositora PRI, PAN, PRD; Xóchitl Gálvez quien es senadora de la República les contesta: “Yo no estoy preparada para ser Presidenta de la República. Yo estoy preparada para gobernar a la capital del país”.
El hecho será histórico porque hoy en día y después de que Vicente Fox y AMLO llegaron a la grande, cualquiera quiere ser Presidente de México y para serlo deberá estar preparado para sacar al país del desastre de desastres en que se encuentra, pero también contar con el apoyo de los votos de la llamada indiada de México, incluyendo a más de 44 millones de aspiracionistas que se colocan en las llamadas clases medias, esas que han sido quemadas en leña verde por AMLO porque se le salieron del huacal, pero sobre todo deberá contar con la anuencia de los gringos que históricamente han metido sus narices en las elecciones presidenciales de la nación azteca.
Sí, quien crea que en México todo es democracia, permítame decirle que eso es un sueño guajiro porque en realidad son los norteamericanos, a través de la CIA y de los principales personeros del gobierno yanqui los que han intervenido en México como los grandes electores de los que quitan y ponen a los gobiernos en el país, aunque AMLO diga y recontra diga que México es una nación soberana y no una colonia del imperio yanqui. Eso es puritito patrioterismo ramplón.
Por ejemplo, en 1938, Estados Unidos metió sus narices electoreras para que el general Lázaro Cárdenas no postulara para la grande a su compadre el general Francisco J. Múgica como pieza clave del continuismo socialista, sino que manipuló por todos los medios para que el PRI postulara al llamado presidente caballero, Manuel Ávila Camacho, el último general en la era sexenal.
Precisamente AMLO ha recibido en Palacio Nacional en los últimos meses a varias piezas claves del gobierno yanqui, entre ellos al embajador Ken Salazar, quien entra y sale de Palacio Nacional como Juan por su casa dizque para hablar de fentanilo y de los ciudadanos norteamericanos secuestrados en México o John Kerry, enviado especial para tratar asuntos sobre el clima. ¿Será sobre el clima político en México?
La cuestión es que para el imperio yanqui el socialismo y comunismo son veneno puro y con los encontronazos que han tenido con AMLO, Estados Unidos buscará por todos los medios evitar que siga el continuismo socialista que pinta para comunismo y autoritarismo. Los halcones de Washington detestan ese veneno y no querrán otro imitador o imitadora de López Obrador. Al tiempo.