A un año de su inauguración, el AIFA es una carga para el país
Miguel Ángel Rivera martes 21, Mar 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Es un hecho que el hubiera no existe más que gramaticalmente, pero hay muchos datos duros y comprobables que permiten sostener que fue un error cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México (que se conoció como NAICM) y sustituirlo por el denominado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Hoy se cumplió el primer aniversario de esta última terminal construida sobre la base militar de Santa Lucía, ubicada en terrenos del municipio de Zumpango, Estado de México, cuyo costo total ha sido escondido por el gobierno de la llamada Cuarta transformación por considerarlo como un asunto de seguridad nacional. Sin embargo, se puede concluir que sus beneficios no compensan las elevadas inversiones realizadas por el gobierno nacional.
Bajo el título de El AIFA cumple un año sin levantar vuelo; los viajeros brillan por su ausencia, el diario La Crónica de Hoy publicó una nota informativa en la que se lee que, en la moderna terminal, “los viajeros brillan por su ausencia”.
La nota firmada por Mario D. Camarillo también expone:
“La pobre demanda de viajeros en el AIFA ha llevado al presidente, Andrés Manuel López Obrador, a pensar en una estrategia arrebatada, como la de permitir el cabotaje, o sea, autorizar el libre tránsito por el espacio aéreo mexicano y llegar a diferentes destinos del país a líneas aéreas extranjeras, lo que de aprobarse pondría contra la pared a las aerolíneas mexicanas, y todo, para que el AIFA tenga más vida y más operaciones por día.
“En la actualidad en el AIFA operan tres aerolíneas mexicanas, Volaris, Viva Aerobus y Aeroméxico, mientras que hay tres internacionales, Arajet (República Dominicana) Copa Airlines (Panamá) y Conviasa (Venezuela).
“De acuerdo con agencias especializadas en aviación, entre ellas Flight Rada, desde el AIFA los principales vuelos salen con destino a Cancún, Guadalajara, Monterrey, Mérida, Puerto Vallarta y Oaxaca.
“Con destino a Mérida hubo un registro de 19 vuelos semanales, Puerto Vallarta tuvo 17, Oaxaca con 13, Acapulco, 9; mientras que, hacia Veracruz, Mexicali y Tijuana registraron siete vuelos cada uno, es decir, una salida diaria.
“La pobre demanda de vuelos nacionales es notoria, a lo que se suman las contadas salidas hacia destinos en el extranjero, como a República Dominicana a través a Arajet, con un vuelo cada dos días y con menos de una cuarta parte del cupo”.
A su vez, el portal especializado REPORTUR.MX informó que, el primer mes de operaciones, el recién inaugurado AIFA superó 75 veces más los ingresos que genera, es decir, tuvo ingresos por 308.331 pesos mexicanos pero sus costos de operación fueron por el orden de 23 millones 211 mil 143 pesos mexicanos, con una pérdida de alrededor de 22.9 millones al mes.
A su vez, el diario El Financiero reportó que, diariamente, el AIFA ha facturado 9.946 pesos, mientras el costo operacional de la terminal aérea es de 748.746 pesos, esto significa que se pierden 738 mil 800 pesos, según las cifras de la Secretaría de la Defensa Nacional y el AIFA.
En su primer año de inaugurado, el NAICM
hubiera recibido millones de viajeros
Al ser anunciado en 2014, se estimaba que el NAICM ubicado en la región de Texcoco, con un costo 13,300 millones de dólares estadounidenses (168,880 millones de pesos mexicanos) entraría en funcionamiento alrededor de octubre de 2021, pero estimaciones posteriores acortaron la fecha inaugural para mediados del 2021, con una inversión que había aumentado a 14,300 millones de dólares estadounidenses (285 mil millones de pesos mexicanos).
Las diferencias se atribuyeron a incrementos en costos, debido a la devaluación del peso mexicano y al replanteamiento del plan maestro para que el aeropuerto pueda atender una mayor demanda en su primera fase.
En esta etapa inicial (2022) el aeropuerto contaría con una capacidad de 70 millones de pasajeros y 540,500 operaciones (aterrizajes o despegues) anuales, bastante más que el solitario millón de viajeros que transitaron por el AIFA en su primer año de operaciones.
En su etapa final (programada para 2024), el aeropuerto contaría con una capacidad de 135 millones de pasajeros y 1 millón de operaciones anuales, por medio de la eventual construcción de 2 terminales y 2 terminales satélites, así como 6 pistas que permitirán 3 despegues y 3 aterrizajes simultáneos.
En cuanto a costos, la primera proyección respecto a la inversión total requerida para el AIFA fue de 75,000 millones de pesos, dada en 2019.
Un año después, el presidente Andrés Manuel López Obrador cambió la estimación a 80,000 millones de pesos.
Posteriormente, los montos reportados por las autoridades resultaron contradictorios, agravados por obstáculos que impiden hacer los cálculos de forma independiente. Entre ellos, contratos que fueron clasificados como de seguridad nacional y que no podrán ser analizados hasta dentro de cinco años.
Tampoco se publicó el informe financiero final sobre la obra, y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló que el Ejército no ha registrado correctamente el gasto de un fideicomiso al que se le inyectan recursos públicos para la construcción.
De acuerdo con datos de Hacienda, se han ejercido 104,531 millones de pesos en su construcción (sin contar lo del 2022).
A lo anterior se debe agregar que el cambio de planes ha sido recalculado en varias ocasiones por distintos organismos. La cifra oficial de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) indica que la cancelación costó 75,223 millones, es decir 26% del presupuesto solicitado.
Por el contrario, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) calculó en 2021 que el costo llegó a 331,996 millones de pesos, 232% mayor a lo estimado por el gobierno federal.
Pero luego de una embestida por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, los expertos de la ASF modificaron radicalmente los cálculos y la cifra de las pérdidas por la cancelación del NAICM se redujeron a 113,327 millones de pesos, lo que de cualquier forma significa una cuantiosa pérdida para el país.
En abono de lo anterior, el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa escribió el 28 de nariz de 2022 en su colaboración semanal para el diario El Universal:
“Al anunciar en octubre de 2019 la ampliación del aeropuerto militar de Santa Lucía para dar paso al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el presidente López Obrador estimó que la nueva obra tendría un costo de 75 mil millones de pesos. A lo largo del tiempo el monto fue incrementándose y en estos momentos, tomando en cuenta lo presupuestado para 2022, ya ronda los 116 mil millones de pesos.
“¿Es eso mucho o poco? ¿Se erogará más? ¿Ha sido realizada hasta el momento la obra con transparencia y eficiencia? Esas preguntas las hubiera tenido que responder eventualmente la Auditoría Superior de la Federación (ASF), si no fuera por el pequeño detalle que, como la obra fue hecha por la Secretaría de la Defensa, la inversión en el AIFA ya fue clasificada como inescrutable por razones de seguridad nacional.
“Lo que sí es público es el dictamen de la ASF sobre el costo que se incurrió tras la cancelación, por orden de López Obrador, de lo que hubiera sido el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en el lago de Texcoco. De acuerdo con una primera estimación hecha por la ASF, el costo de ese error presidencial fue del orden de 332 mil millones de pesos. Aunque esta cifra fue posteriormente reducida por la ASF, creemos que es cercana a la realidad, pues considera, además de todos los costos hundidos, un remanente de deuda a pagar del orden de 4,200 millones de dólares.
“Así pues, el recién inaugurado AIFA, inconcluso todavía, ha tenido hasta el momento un costo directo para la nación del orden de casi 450 mil millones de pesos. Pero desgraciadamente las consecuencias del desatino presidencial no acaban allí. Hay otros dos tipos de costos que deben también agregarse a la cifra anterior. El primero atañe a todas las obras de infraestructura que se están haciendo para que los pasajeros potenciales puedan trasladarse al AIFA. A este costo hay que restar, para ser justos, los beneficios que tendrán de manera indirecta los no viajeros de la Ciudad de México, el Estado de México e Hidalgo que podrán trasladarse más fácilmente a destinos intermedios”.