Las relaciones con la Unión Americana
¬ Luis Ángel García miércoles 15, Mar 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Y sigue la mata dando. El gobierno de la 4T mantiene las provocaciones al establishment norteamericano. Si bien es cierto que la Casa Blanca ha reiterado su nulo interés por usar a las fuerzas armadas en el combate al fentanilo en nuestro país, influyentes congresistas insisten en exigir a su gobierno que presione más a México en las acciones punitivas contra los cárteles de la droga. En Palacio Nacional no han dejado pasar ningún pronunciamiento de legisladores republicanos y demócratas que insisten en responsabilizar a los barones de la droga mexicanos de introducir el opiáceo sintético que mata a cien mil norteamericanos al año por sobredosis.
Pero la postura de los congresistas no debe verse como una afrenta a la soberanía nacional, no se trata de invasiones como en el siglo XIX, ni siquiera de una incursión al estilo del general Pershing en búsqueda del hoy tan homenajeado Pancho Villa. El reclamo de los estadounidenses es por la inacción gubernamental para contrarrestar el comercio ilegal de las drogas y ser permisivo para el trasiego del fentanilo y otros narcóticos a territorio norteamericano. En estos momentos, la droga sintética no sólo es un problema de salud pública, sino de seguridad nacional. Por eso inquieren a la administración demócrata para que la 4T se aplique más en ese tema. Por cierto, el fenómeno implica un alto grado de corrupción de ambos lados de la frontera. La porosidad aduanal es fomentada por la corrupción de funcionarios de distintos niveles de ambos países que alientan el tráfico de los narcóticos.
No están exentos de responsabilidad los gringos, cuyos adictos representan el mayor mercado de drogas en el mundo. Ellos sabrán qué política contra las adicciones implementan, por lo que es ocioso invitarlos a coproducir una campaña publicitaria para que se prevenga a los jóvenes sobre los efectos dañinos y mortales que produce el fentanilo. Cuentan con mejores creativos, empresas publicitarias y más recursos. El problema es para nosotros, donde el propio gobierno no reconoce que se procesa, comercializa y consume el fentanilo entre los jóvenes, sobre todo de las ciudades fronterizas. Mientras las autoridades no reconozcan que también aquí hay un grave problema de adicciones y que no sólo se trata de salud pública, sino de seguridad nacional, nada se avanzará en el control de las drogas.
En ese sentido, tienen razón los representantes republicanos y demócratas, México no cuenta con una estrategia de combate contra el narcotráfico y mientras no se haga de lado la fallida política de abrazos, no balazos, no se pulverizarán los cárteles nacionales. Se requiere de servicios de inteligencia y uso legítimo de la fuerza, incluso de la cooperación internacional y aceptar la ayuda de agencias como la DEA y el FBI. No es intervención ni invasión, es compartir tecnología e información para combatir incluso la corrupción de las corporaciones policiacas de ambos países y sus agentes aduanales. Genaro García Luna está procesado por corrupto no por mal policía. Esta administración debe utilizar la infraestructura que dejó, no utilizarla sólo sirve de distractor para demeritar a los contrincantes políticos. Si usan Pegasus para espiar a periodistas y defensores de derechos humanos, que se use para ubicar y arrestar a los líderes de las mafias mexicanas. El servicio no sólo es para los americanos, sino para la sociedad mexicana, para los jóvenes que son atrapados por redes criminales que les ofrecen la salida fácil a sus preocupaciones.
A mediano plazo, es verdad, deben atacarse los problemas sociales y económicos que generan la miseria y la falta de oportunidades para millones de mexicanos que caen en el mundo de las drogas, pero no es con los programas asistencialistas como se resuelven fenómenos estructurales. Ni pensiones para viejitos ni becas para “ninis” cambian esa realidad.
Por eso es innecesaria la arenga que hace el canciller ante 52 cónsules en Washington para arrancar una campaña negra en contra de los congresistas republicanos. Falso que quieran invadir México, quieren un mayor compromiso de las autoridades para combatir el narcotráfico, lo que es legítimo porque afecta a sus ciudadanos, pero también nos incumbe por la violencia que genera el crimen organizado y el número de muertos que deja ese flagelo, y no sólo por las armas que ingresan de Estados Unidos, ya que el “cuerno de chivo” es ruso y no entra por la frontera norte.
Incitan los diplomáticos mexicanos a que nuestros paisanos den un voto de castigo a los candidatos republicanos porque cuestionan a nuestro gobierno, como si el humor social de los migrantes fuera empático con un régimen que permanentemente le niega la posibilidad de empleo y educación en su propia patria. Que el canciller no se sienta Pancho Villa en Columbus y mejor combatan verdaderamente a las mafias aquí, en nuestro territorio.